La Miyuky es uno de esos pequeños tesoros escondidos que, si eres amante de la auténtica cocina japonesa, no puedes dejar pasar. Situado en el tranquilo barrio de Horta, este restaurante ofrece una experiencia gastronómica que roza lo sublime, aunque con algunos detalles que aún deben pulirse.
Empezando por lo mejor: la comida es una auténtica joya. Se nota que todo está cocinado con mimo, tiempo y cariño, y eso se traduce en platos llenos de sabor, textura y esencia. Las gyozas son, sin duda, de las mejores que he probado en Barcelona: crujientes por fuera, jugosas por dentro, y con un relleno sabrosísimo que diría que prepara la misma Miyuky de forma completamente casera.
El Tonkatsu es otro imprescindible: perfectamente rebozado, con ese punto clásico japonés que cuesta encontrar fuera de Japón. Pero si tengo que elegir un plato estrella, sin duda me quedo con la berenjena con Niku Miso. El equilibrio de sabores, el punto de caramelización... simplemente espectacular.
También probamos los onigiris, con un sabor muy logrado, aunque en este caso la textura del arroz estaba algo pasada, lo que les restó un poco de gracia.
Ahora bien, no todo fue perfecto. La gestión de las reservas necesita una revisión urgente: llamamos expresamente para reservar, ya que hicimos más de 30 minutos de coche para llegar, y al llegar no tenían nuestra reserva correctamente anotada. Por suerte, había mesas libres y pudimos sentarnos.
El otro punto negativo fue la espera: llegamos a las 21:20 y no empezamos a cenar hasta pasadas las 23:00. Entendemos que Miyuky cocina sola y que su cocina es muy pequeña, y eso tiene mucho mérito, pero se habría agradecido algo de información desde el principio para gestionar mejor la espera. Una simple explicación o aviso habría cambiado totalmente nuestra percepción.
Pese a estos detalles, volveremos sin duda. La Miyuky tiene alma de izakaya tradicional: un sitio donde lo importante no es la decoración ni el ritmo, sino la comida casera, sincera y espectacular que se sirve.
Si vas con paciencia y sabiendo que el tiempo aquí se mide a fuego lento, vas a disfrutar mucho. Porque cuando el corazón de un restaurante es su cocina, lo demás se puede mejorar. Y estoy seguro de...
Read moreEsta cena nos dejó totalmente alucinados por la calidad y el cariño en la preparación de cada uno de los platos que probamos: empezamos con las gyozas (la prueba de fuego de todo restaurante japonés), caseras, de un tamaño correcto, con un nivel de plancha perfecto y crujiente y un sabor excelente (¡sin exceso de ajo!). Continuamos con unos nigiris de anguila que nos dejaron boquiabiertos, un arroz sublime, nada pegajoso y muy suave, cocción perfecta y la anguila... ¡oh! Cortes generosos y de un sabor intenso, perfecta preparación. Pedimos un onigiri de chasu, arroz igual de bueno y con la carne perfectamente preparada, ¡se deshacía en la boca! El remate final lo dimos con un par de ramens de pollo con karaage, fideos con textura y cocción perfecta, un caldo suave y sabroso, con una clara influencia de sésamo y condimentos ideales (especialmente la kombu). El trato de Miyuky es magistral, con una sencillez y una simpatía únicas, pudimos compartir con ella nuestra inquietud y gusto por Japón, sus regiones y gastronomía, algo que se echa de menos a menudo en otros locales de luces de neón atiborrados de gente. En La Miyuky nos sentimos como en una taberna de ramen en plena Hokkaidō,...
Read moreExcelente. El lugar, claramente no es una franquicia, sino un comercio de proximidad en este país tan inhóspito para autónomos. La comida, maravillosa. La carta, amplia o escasa, se agradece que la cocine Miyuky, vigilando esté en el nivel de cualquier otro japonés auténtico. Servicio pausado… y necesario, la atención rápida va de la mano del fast food. Ojalá este Reataurant siga muchos años en el barrio, dándonos de servicio este manjar en un espacio limpio y ordenado. Felices por haberte visitado hoy, después de esperar casi un mes en conseguir mesa. Volveremos pronto! Arigato...
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