Dicen que en Andalucía existe el duende, que con sus cinco sentidos zamarrea con un pellizco, la palpitacion que sobrecoge, el no se qué, es este uno de esos lugares recónditos donde el viajero que busca el duende andaluz lo encontrará. Sabores tradicionales que cuentan historias de nuestros abuelos en los origenes de sus platos, sonidos de un barrio histórico que te transporta a la historia de una ciudad narrada por sus gentes y sus gestas, olores de ilustres manos que trabajan el pan, los alimentos, y las maneras de un hacer que que se yo, como diría el viajero "aquí me siento como en casa" y al fin al cabo esa es la sensación de entrar aquí, cercanía, felicidad y el buen hacer de las cosas que llevan su tiempo.
Caballero sientese y calme su sed con una cerveza bien fresquita y prosiga usted con un buen medio, que le traigan salmorejo de los mejores tomates de Córdoba criados en tierra negra creadora de vida y pan de los mejores hornos de la ciudad. Pida otro medio de vino montillano de las parras de Moriles y que se lo agasagen con rabo de toro guisado durante horas hasta alcanzar su mayor ternura, el olor es el tradicional, el de una receta antagónica a la historia de una ciudad, viajero no desfallesca y pida alguna otra ocurrencia como el flamenquin, el pescaito frito, las croquetas, las patatas bravas, la carrillada o la carne de caza, pero no se jarte viajero que los postres en esta casa también tienen lustre y esmero y merecen un hueco en este tintero.
Pero sobretodo disfrute de este lugar de sus gentes, sus paredes, sus alrededores y rincones, sobretodo viajero como ya le he dicho disfrute, y espero que esta reseña y mi experiencia en la búsqueda de estos lugares le sean de ayuda en que usted goze de un gran día en...
Read moreThe lady at the bar treated us like her own grandchildren, gave us some salmorejo for free as what we ordered would take a while because she liked to cook it slowly :) Gave us the remote for the TV and...
Read morePésimo, el peor lugar para comer. Es conocido en la zona como sitio No recomendable. Aún así le dimos oportunidad, pedimos una fritura de pescado y el pescado olia mal, el sabor fuerte, salió la cocinera para dar excusas, su presencia dejaba mucho que desear. La ensaladilla rusa era envasada, para nada natural. La higiene horrible. Fuimos varias parejas de amigos y casi no comimos. Nos lo cobraron todo a pesar de dejar algunos platos casi sin comer. Nefasto. Por cierto el camarero cada 10 minutos se acercaba a la mesa para soltar sus gracias cosa que solo hacia era interrumpir a los clientes, a parte de dárselas...
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