Muy mala la experiencia vivida el pasado lunes 11 de Agosto. Acudimos al restaurante donde teníamos cita a las tres de la tarde. Llegamos unos minutos antes y nos dijeron que si la reserva era a las tres esperásemos. No había problema puesto que aunque había mesas vacías, puedo entender que la carga de trabajo es tan alta que hay que esperar a mi turno. Una vez llega el turno observamos que no hay encendido ni un aire acondicionado (de nuevo, puedo entenderlo porque suele haber temperaturas suaves en verano pero hacía calor por lo que el ambiente en este caso baja, sobre todo si añadimos la visita al baño para lavarnos las manos y ver qué no había ni papel para secarse, al menos en el de chicos). Ya, una vez sentados y pedir una carta donde solo hay una cara de una hoja con comida (uno piensa: pocos productos y con recomendación de Repsol, esto debe estar todo bueno) y pedimos unas croquetas y una mariscada. Las croquetas estaban congeladas por dentro y templadas por fuera por lo que pedí que las retirasen. A los 10 minutos llegaron ardiendo. Ya malhumorado por empezar tan mal, las comí sin ganas, no era culpa de ellos y ya las encontré que eran bastante corrientes y encima con algún que otro trozo de cascarilla de nécora o centolla o yo qué sé. Nos retiran el plato y ponen la mariscada. En mis años saliendo a comer no he visto una mariscada con peor producto. Gambas que no valen ni como acompañamiento para un arroz, almejas y mejillones insípidos, navajas con arenilla, zamburiñas que eran volandeiras y que estaban duras, pequeñas y sin sabor. Fue tal el asco que nos dió que no probamos ni las nécoras ni los percebes. Fueron tan conscientes de lo mal que lo hicieron que ni preguntaron que tal nos pareció ni se despidieron. Normalmente, no hago mala reseñas. Con no ir a un sitio lo tienes solventado pero ese trato que tuvimos (y no solo nosotros, ya que dos parejas que fueron y tenían reserva no les sentaron hasta las cuatro menos diez) me hizo replantearme todo.
Puedo entender que un día lo tienen malo pero habiendo estado en muchos restaurantes Michelín, Repsol o de ámbito normal no entiendo el trato que tuvimos y por tanto no recomiendo para nada la experiencia...
Read moreIch besuche das Marina jeden Sommer – und es ist jedes Mal ein absolutes Genusserlebnis. Die Küche ist hervorragend: frische Zutaten, perfekt zubereitet, mit viel Geschmack und Liebe zum Detail. Besonders empfehlenswert sind die Meeresfrüchte – tagesfrisch, hochwertig und einfach köstlich. Jedes Gericht ist ein Treffer!
Der Service ist vorbildlich: herzlich, aufmerksam, schnell und fehlerfrei. Man fühlt sich vom ersten Moment an willkommen. Das Personal ist eingespielt und professionell – das merkt man sofort.
Ein großes Lob auch an den Chef, Óscar – ein leidenschaftlicher Gastgeber mit echtem Gefühl für Gastfreundschaft. Sein Engagement und seine persönliche Note machen einen Besuch im Marina zu etwas ganz Besonderem.
Fazit: Wer in der Gegend von Camariñas unterwegs ist, kommt an diesem Restaurant nicht vorbei. Frische, Qualität und echter Service – hier wird Genuss auf Galicisch gelebt. Unbedingt empfehlenswert!
English:
I come to Marina every summer, and every time it's truly outstanding. The food is consistently excellent: fresh, full of flavor, beautifully prepared, and made with care. Especially the seafood – it's always fresh, top-quality, and absolutely delicious. You really can't go wrong with anything on the menu!
The service is exceptional: warm, professional, fast, and incredibly attentive. The entire team makes you feel welcome and well cared for from the moment you arrive.
Special praise goes to Chef Óscar – a host with heart, passion, and true dedication to hospitality. His personal touch and way of making every guest feel special is something you don’t find everywhere.
Bottom line: If you're anywhere near Camariñas, dining at Marina is an absolute must. Fresh ingredients, fantastic food, and true Galician warmth – it's more than just a meal, it's...
Read moreFuimos de mas a menos, ambiente y decoración bien, atención bien, zamburiñas bien, calamares bien, pero llegamos al pulpo y empezó el desastre , trozos muy pequeños , duro y totalmente insípido , es muy desagradable irte de Galicia con la sensación de que te la han metido doblada, que has comido otra cosa que no era pulpo y además se quedan riendo, mientras esperábamos por nuestro plato alguien devolvió a bocinas una ración de pulpo, otra persona se quejó en barra (impasible el camarero/propietario imagino) y claro después de ver esto ya esperabamos lo peor y se cumplió , una lastima . De postre filloa (no se la filloa estaba dura, el cuchillo no cortaba o las dos cosas) con nata sobre cama de natillas (parecían de tetra brick) que se quedó solo en el somier, con chocolate blanco y negro, tarta de queso (pequeñita)con algo que parecía mermelada de frutos rojos estirado muy bonito por el plato con un biberón que para poder probarlo había que arrastrar el trozo de tarta por medio plato (cuanto daño ha hecho Masterchef) todo eso más una botella de agua , una cerveza y pan , 84€ no lo veo caro pero de barato no tiene nada, una lastima que viendo la profesionalidad de todos los que trabajan allí , se atrevan a servir ese pulpo, si lo hacen sabiendo que lo están haciendo auguro un mal futuro , y si les salió mal ese día hay formas de arreglarlo (y más siendo profesional) con el cabreo que coji era para montar el lío gordo, pero opte por pagar ,dar las gracias y seguir viaje,...
Read more