El Pincho de Castilla — Restaurant in Cartagena

The food was top notch at "restaurant"! We were looking for somewhere a bit special in regard to delicious meat and couldn't have found a better place! From our large and varied starters to our main, the whole meal was thoroughly enjoyable, filling, and even then we wanted more, amazing! We had... sobrasada, croquettes (lamb and ham), duck crepe, artichokes, lamb cutlets and secreto iberico on toast.

For us the service is part of the meal, and it was wonderful. Our waitress Yolanda was friendly, helpful and we had a good old chat with her, she really helped make the evening memorable! If you visit, ask for her 😊

The venue itself is also very nice, there are three areas the Mason, the main restaurant and the terrace. We were in the restaurant as we wanted something a little quieter. The décor in the place is traditional with pictures on the wall wine racks above you and nicely laid tables.

Absolutely somewhere to visit when you come...

¿Tipo de cocina? Casero-castellana, carne, verduras, pescado, callos, ensaladas, cocidos, revueltos... Hay desde lo típico de una abuela a algo más elaborado (sin ser boletus al punto de congelación de hidrógeno con salchipapa crujiente).

¿Presentación? Normal-buena, con ello me refiero a que está en un punto intermedio tirando a alto, vamos ni el típico restaurante que te ponen un lomo con unas patatas fritas tiradas a 'donde caiga según la gravedad y la rotación del planeta' ni tampoco llegado el extremo del restaurante chic que les pides un calamar y cuando lo ves en el plato parece una obra de arquitectura.

¿Servicio? Normal-agradable-simpático, hoy 25 de Marzo de 2017 los que hay son gente normal que te atienden con amabilidad, tanto camareros como los dos jefes (padre e hijo), repito, a día de hoy, mañana igual meten a alguien amargado con su vida y lo demuestra externamente. Te sirven bien, rápido dentro de lo posible (es normal que si el restaurante se llena pues se pierda la cabeza o que alguien algún día tenga un mal día y no se muestre igual que siempre).

¿Tipo de servicio? Educado-casero, esto es que no te sirven a lo típico poligonero que solo les falta lanzar los cubiertos desde la barra, ni te sirven que te agobia porque para traerte el salero tienes que esperar a que el camarero coja un plato para depositarlo cogido de una mesa con una servilleta y unos guantes de terciopelo y luego llevarlo a tu mesa que estaba a 0,50 metros y depositarlo en ella. Si coges confianza incluso puedes pagar por zona de caja y de paso te entretienes con la que cobra que es muy simpatiqueta.

¿Decoración/estancia? Estilo 'castellana' incluídos artefactos antiguos a lo largo de la estancia (se puede ver algún escudo, alguna armadura...). Agradable. El restaurante es grande, en un principio parece pequeño pero tiene muchos recovecos por dentro.

¿Menú? De Lunes a Viernes con 1er platos, 2º plato y postre con café, todo ello a elegir (incluído que cada día hacen un tipo de arroz... a banda, con magra, con pollo, ...)

¿Porciones? Adecuadas y a veces de sobra, es decir, una tapa puede llegar a ser un tapón porque lleva condumio suficiente y con un plato normal no te va a faltar, tanto en carta como en menú.

¿Precio? Concordante con el restaurante (instalaciones, amabilidad, cantidad en el plato), es decir, ni una...

¡Un auténtico desastre! Hacía tiempo que no íbamos, pero es un sitio que siempre nos ha gustado mucho por la calidad del producto y por su servicio. Desafortunadamente, nada de lo que esperábamos ha ocurrido hoy. Y no culpo a los camarer@s, que estaban desbordados por la cantidad de comensales en sus diversos comedores; aunque ponían todo su empeño, también han cometido algunos fallos. Pero lo peor de todo ha ocurrido a la hora de servir el plato principal. Éramos 4 personas en la mesa. Primero han traído un steak tartar y una presa a la plancha, para dos de los comensales. Al ver que pasaba el tiempo, nos hemos quejado por la tardanza de la comanda restante, un pincho de merluza y gambas y unas costillas de cabrito. El camarero nos ha pedido perdón y nos ha explicado que la demora se debía a la tardanza en la cocina ( 3 decía que había). Aún así, hemos tenido que esperar un rato más. Cuando nos han servido los platos que faltaban, los 2 comensales a los que ya les habían servido, habían terminado sus platos. Cuando han venido a recoger el servicio, la camarera nos ha preguntado cómo había ido todo. Por supuesto, le hemos trasladado nuestras quejas. También nos ha mostrado sus disculpas, e incluso me ha propuesto hablar con él cocinero. Francamente, he creído que la solución no era esa, yo no tengo por qué ir al cocinero y decirle cómo debe trabajar. En todo caso, él es el que debería haberse acercado para dar explicaciones o mostrar un poco de interés por lo ocurrido. Pero claro, casualmente el dueño del negocio también está cocinando, por lo que pongo en duda que mis quejas hayan llegado a sus oídos. Y lo peor de todo ha sido ver cómo a algunos clientes se les ha atendido y servido sin ningún tipo de incidentes. Hemos tenido la sensación de ser clientes de segunda, algo que nunca debería experimentar ninguna persona cuando es atendida. No se puede, ni se debe tratar de una forma diferente a alguien que no es un cliente habitual. Y mucho menos, llenar tu local sin personal suficiente. Lamentablemente y casi con total seguridad, no vamos a volver a ese restaurante. No quiero volver a sentirme mal atendida y mucho menos, pagar por un mal servicio, consecuencia directa de una mala gestión y...