Gastrobar Agaró — Restaurant in Chipiona

Es uno de los establecimientos que suelo ir cuando estoy en Chipiona. Es un lugar bonito, con buenas vistas a la playa, buen servicio y una carta con platos bien elaborados, bien ejecutados y ricos. Hasta esta última vez nunca había devuelto ningun plato. El plato que devolví fue el de tiraditos de pescado de roca aderezado con cítricos y un toque picante. Se lo dije a una camarera que nunca la había visto allí. Me pregunto que es lo que le pasaba al plato. Cuando fui diciendo lo que no estaba bien ( por ejemplo el maíz era incomible por lo duro que estaba igual que el plátano frito) ella me respondia en un tono de defensa poco profesional que eso era maíz y no era patata frita sino plátano frito. Le dije que se lo acababa de decir pero es que no se podía comer de lo duro que estaba. En esos momentos y por inercia a su comentario me metí un granito de maíz en la boca y lo mordí para demostrarle lo duro que estaba (se que no estuvo bien pero fue un acto reflejo a las pegas que me estaba poniendo). Me dijo de una forma bastante despectiva: "a mi no me enseñe comida masticada". Le pedí disculpas pero esta camarera fue bastante desagradable y poco profesional. Es cierto que una vez que llevo el plato vino la encargada o metre y nos nos pidió disculpa por el plato que no estuviera correcto o a nuestro gusto y si deseábamos otra cosa. También nos informó que lo sacaría de la cuenta. Si esto me hubiera ocurrido la primera vez y la encargada no hubiera intervenido como tiene que hacerlo una profesional de la hostelería, seguramente le hubiera puesto 3 estrellas. Esta chica debe aprender o dedicarse a otro trabajo. No obstante lo recomiendo y lo trataré cómo "cosas que pasan en un momento dado en...

Éramos 8 personas almorzando aquí hace una semana, nuestra segunda visita. Volvimos porque el sitio nos parecía ideal: es amplio (algo muy cómodo incluso en agosto) y tiene opciones variadas para diferentes tipos de dietas, lo cual valoramos mucho.

Sin embargo, en esta ocasión la experiencia fue muy decepcionante. La calidad de la comida no fue como la recordábamos, pero lo peor con diferencia fue el servicio y la gestión de la cuenta:

Al pedir la cuenta, nos pareció demasiado alta. Al revisarla vimos que nos habían cobrado una paella de 2 personas por casi 53 €, cuando en carta figuraba a 14,50 € por persona (mínimo 2).

Al plantear la duda, en lugar de escucharnos, asumieron que no entendíamos la diferencia entre precio con y sin IVA. Cuando aclaramos que ese no era el problema, sino el precio de la paella, nos hicieron esperar mucho tiempo mientras iban y venían.

Primero nos dijeron que habíamos pedido la de bogavante (no era cierto, la pedida y servida era la de almejas y gambas). Luego, tras más esperas, dijeron que la cocina la había preparado para 4 personas, aunque nosotros pedimos para 2.

La actitud fue poco profesional y nada servicial. No ofrecieron disculpas, ni una solución rápida. Finalmente, tras más tiempo de espera, devolvieron 29 €, sin que cuadrara con ninguna de las explicaciones previas.

La situación nos hizo perder tiempo, paciencia y arruinó la experiencia. Daba la sensación de que intentaban justificar un cobro indebido en lugar de resolver con transparencia.

Conclusión: no lo recomendamos y no volveremos. Consejo: si vas, revisa...

Vistas y buena comida. Servicio no tan bueno. Tardan en traer la comida, aunque es verdad que después está rica, aunque pedimos unos baos, que nos llegaron fríos. Sin embargo, el servicio del camarero que nos atendió, Daniel, dejó mucho que desear, cuando pedimos la cuenta, notamos que había un error, ya que habíamos pedido una hamburguesa sin nada (solo el pan y la carne), ya que era para un niño. Nos la trajeron y era una hamburguesa con un grosor normal, pan normal, 6 patatas contadas, hasta ahí todo ok por una hamburguesa que costaba 6€ creo recordar. En la cuenta el camarero, nos cobró la hamburguesa de retinto de 12€. Hablamos con él y nos dijo que esa era la que él había puesto, que tendríamos q haberle especificado que queríamos la “nuestra hamburguesa”. Es decir, él no tiene que especificar que nos va a poner una hamburguesa de retinto, con el doble de precio, pero nosotros al decir queremos una hamburguesa sin nada para el niño si. Hasta ahí podría haber sido un error de comunicación entre ambos. Pero cuando estábamos teniendo esta conversación con él, él claramente teniendo muchísimas ganas de querer terminarla soltó: “Bueno, pero la hamburguesa se la ha comido no? Pues ya está”. Nos quedamos la verdad que bastante impactados, y decidimos pagar y marcharnos. No volveremos, no vaya a ser que el próximo día pidamos 3 cosas, nos cobren cosas distintas más caras, y encima tengamos que aguantar malas formas y...