RestoBar Drinks Sí, Querida — Restaurant in Comillas

HORRIBLE. Prefiero pasar hambre antes que volver a pisar este lugar. Sin duda, no de los peores sitios en los que hemos comido.

Mi pareja y yo decidimos darle una oportunidad a este restaurante tras una recomendación, pero ojalá hubiéramos seguido nuestros instintos y nos hubiéramos ido corriendo en cuanto llegamos. Nos sentaron en la terraza, en una mesa estratégicamente ubicada sobre un antiguo hueco de un árbol, lo que resultó en un suelo arenoso y bastante sucio. Para rematar, la mesa cojeaba, lo que claramente añadía un toque “rústico” que nadie pidió. Tras pedir que nos cambiaran de mesa, al menos nos hicieron ese favor.

Pero eso fue solo el comienzo. El camarero que nos atendió parecía más preparado para protagonizar un atraco que para servir una mesa. No solo su aspecto dejaba mucho que desear, sino que sus modales eran más propios de un bar de mala muerte que de un restaurante que pretende ofrecer una experiencia culinaria. Servía los platos de cualquier manera, con un lenguaje tan "de barrio" que ni siquiera se molestó en disimular. Y no solo él, el que parecía ser el encargado se refirió a mi pareja como "moza". Todo un alarde de profesionalismo.

El menú, por la módica cifra de 20€, ofrecía platos “típicos” de Cantabria, que parecían más bien salidos de una cocina en huelga. De primero, pedimos un arroz caldoso con mejillones y un risotto. Para nuestra sorpresa, ambos platos estaban hechos con arroz basmati. Sí, has leído bien, arroz basmati. Porque, claro, nada dice “cocina tradicional” como un arroz de grano largo. Pero eso no fue lo peor: el arroz caldoso parecía hecho con una pastilla de caldo que conoció días mejores y un exceso de colorante amarillo que resultaba casi ofensivo. El risotto, por su parte, no era más que una sopa de crema de leche con arroz, tan malo que no pudimos terminarlo.

Llegados a este punto, deberíamos haber huido, pero en un acto de masoquismo culinario, decidimos seguir adelante con los segundos. Pedimos entrecot y cachopo de lomo. Ya te adelanto que ambos eran una broma de mal gusto. El entrecot, más pequeño de lo esperado, venía con una generosa cantidad de grasa y tendones, lo que hacía que comerlo fuera más un reto que un placer. La carne, de tercera categoría, al menos era comestible… apenas. El cachopo, en cambio, fue un desastre total: dos tristes lonchas de lomo de pésima calidad con un tranchete de relleno, como un mal recuerdo de los almuerzos escolares.

Y por si la calidad de la carne no era suficiente, los cuchillos que nos dieron eran lamentables. Se doblaban con facilidad, haciendo imposible cortar ambas carnes. Casi parecía que el restaurante estaba intentando añadir un elemento de desafío a la comida, como si no fuera ya suficientemente difícil de soportar.

Y las patatas… ah, las patatas. Pensamos que, al menos, las patatas estarían bien. Después de todo, ¿qué tan difícil es freír patatas congeladas? Pues aparentemente, este restaurante y el pakistaní de mi pueblo están compitiendo por el título de “peores patatas del universo”. Bien hechas, pero con un sabor tan desagradable que ni siquiera las patatas lograron salvar la comida.

Cuando llegó el momento del postre, ya teníamos una cosa clara: no queríamos probar nada que hubiera salido de esa cocina. Así que optamos por un Cornetto, porque al menos con eso sabíamos a qué atenernos. Y fue, sin duda, lo mejor del almuerzo, junto con el agua.

Al salir, decidimos revisar las reseñas del lugar y no nos sorprendió descubrir que varias personas se habían sentido mal después de comer aquí. Desgraciadamente, nosotros no fuimos la excepción. La tarde que pasamos después fue la guinda del pastel. No entiendo cómo este lugar tiene reseñas positivas.

Espero profundamente que un inspector de calidad visite este establecimiento y le ponga fin a esta farsa. Porque si me preguntas, el menú no debería costar más de 7€, y eso...

Restaurante a la altura de “Pesadilla en la Cocina”. La comida es muy cutre, especialmente los segundos platos en los que la mala calidad destaca por todos sus frentes: en lugar de un entrecot te ponen medio filete (literal) con un trozo de pimiento de lata y, por dorada a la espalda te ponen un pez poco hecho medio crudo. A juzgar por los sabores, ese pescado fue fresco hace 10 días. A lo mejor revisando los nombres de la carta pueden evitar falsas expectativas, porque a estas alturas donde todos sabemos lo que es un entrecot y una dorada los platos de este sitio sorprenden. El menú tiene el mismo precio que todos los demás sitios (18 euros) pero lo que se come es de menú de 8 euros siendo generosos. Otro detalle significativo es el ambiente de trabajo: los camareros están en la puerta con sus móviles a lo suyo. El temperamento es, cuanto menos, equivalente al de un recién levantado. Sin embargo, este no es un problema porque no soy yo quién tiene que indicar el comportamiento óptimo en un sitio donde supuestamente se atiende al cliente. Lo que si es para subrayar es que si al camarero le pica el pie, como ha sucedido en nuestro caso, se quita el zapato allí mismo, en la puerta y se lo rasca el tiempo que es preciso para, obviamente, retomar su trabajo sin lavarse las manos. Supongo que si esto es lo que vemos, mejor no pensar en lo...

I am giving this ONE star because I cannot put ZERO stars.

Some people say the service in Spain is not good, but in this place it was seriously HORRIBLE.

We were passed on from one waiter to another, one of which actually said "I have no time to wait for your order, I'm very busy."

I am not even going to waste my time reviewing the food.

Bottomline, don't even bother, go next...