Lamentablemente, tengo que escribir una reseña extremadamente negativa sobre mi reciente experiencia. Quedé traumatizada por esta noche. No recomendaría este lugar ni a mi peor enemigo. El año pasado habíamos disfrutado mucho del tartar y el tataki, así que este año volvimos con grandes expectativas. Llegamos alrededor de las 22:15 un lunes, y a pesar de la larga fila, esperamos pacientemente media hora para una mesa. Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, una vez sentados, la experiencia se desplomó. Nadie nos trajo el menú y el código QR en la mesa no funcionaba, mostrando un mensaje que decía que el menú actualizado se publicaría próximamente. Finalmente, otra mesa nos pasó su menú después de notar también la total ausencia de servicio. Cuando finalmente una camarera llegó a nuestra mesa, preguntamos por el tataki, descubriendo que lo habían eliminado del menú respecto al año pasado. La respuesta de la camarera fue confusa y poco profesional. Cuando preguntamos por los detalles del trío de crudos de atún, nos respondió con un vago "tartar, sashimi y... no me acuerdo". Hicimos una broma sobre su falta de memoria, preguntando si el plato todavía incluía tataki, como el año pasado, pero su respuesta fue un sarcástico "¡te imaginas!". La camarera se alejó para informarse, pero nunca volvió. Tuvimos que llamar la atención de otra camarera, quien finalmente nos dio la composición correcta del plato: tataki, tartar y sashimi. Después de preguntar si era posible pedir solo tataki y tartar sin sashimi, el cual no nos había gustado el año pasado, esperamos otros 15 minutos solo para que nos informaran que no era posible. Al final, pedimos un trío de crudos para no renunciar al tataki, otro tartar aparte, un vaso de vino y una cerveza. La camarera nos advirtió que habría mucha espera para el atún, pero como habíamos venido precisamente por eso, aceptamos. En ese momento, decidimos pedir un sándwich de pulled pork para hacer más llevadera la espera, ya que nos habían dicho que los problemas de espera eran solo con el atún. Después de otra espera, un tercer camarero nos informó que el pulled pork se había acabado. Entonces pedimos media porción de croquetas, con la esperanza de que al menos estas llegaran en un tiempo razonable. Después de más tiempo de espera, las croquetas finalmente llegaron, pero junto con una noticia desconcertante: los platos de atún se habían terminado. La camarera que nos dio la noticia respondió de manera defensiva e inapropiada. Cuando pedimos hablar con un superior, llegó la segunda camarera, quien reconoció lo embarazosa que era la situación, pero nos dijo que no se podía hacer nada, que podíamos quedarnos con las croquetas o pedir la cuenta e irnos. La falta de profesionalismo era evidente, con la camarera acusándonos de ser el problema por haber hecho demasiadas preguntas. Para colmo, nos dijeron que tendríamos que pagar las bebidas a pesar de la noche catastrófica. Ante nuestra legítima solicitud de no pagar al menos las bebidas, dado que debido a ellos nos iríamos a la cama sin cenar, nos amenazaron con llamar a la policía, lo que efectivamente hicieron. El comportamiento del personal fue simplemente escandaloso: desde la total falta de respeto hasta las acusaciones, e incluso la llegada de cuatro oficiales de policía para obligarnos a pagar 6 euros por bebidas que consumimos esperando platos que nunca llegaron. Y por si fuera poco, uno de los camareros me agarró del brazo gritándome, mientras que otra persona, que era amiga de la camarera, me insultó mientras se alejaba. Lo más indignante es que nos dimos cuenta de que a los clientes mayores los trataban mucho mejor, sirviéndolos antes que a nosotros, probablemente porque somos jóvenes de 25 años. Nos quedó claro que recibimos un servicio de segunda clase solo por nuestra edad. Sospecho fuertemente que muchas de las reseñas positivas son falsas, dado que en las reseñas de Google curiosamente no se mencionan los platos de atún crudo, que parecen ser el verdadero punto débil de este restaurante. Una noche terrible en todos...
Read moreNo pudimos tener una peor experiencia en el mercado gastronomico. Cuando nos sentamos después de esperar la mesa no vienen a atendernos y nos tienen que dejar la carta la mesa de al lado al ver que no nos atienden. Una vez atendidos, preguntamos que tipo de crudos viene en el surtido de crudos y no lo sabe. Le decimos que si lo puede consultar, dice que si y no vuelve. Se lo preguntamos a otra camarera y nos comenta que es tartar, tatami y sashimi. La chica anterior nos dijo que tataki ya no lo trabajan... Que finalmente si hay en el surtido. Nos decidimos por el surtido y el tartar. Nos dicen que van a tardar y nosotros le decimos que sin problema, no tenemos prisa. Nos recomienda pedir algo para picar mientras esperamos y pedimos la brioche de pulled pork que está fuera de la carta. Al cabo de 15 min nos comentan que ya se les acabo el brioche. No hay problema, ya que veníamos por el atún expresamente. Cambiamos la brioche por unas croquetas de corvina. Cuando llegan las croquetas nos comentan que tampoco les queda atún, después de haberlo pedido hacia unos 45 min. En ese momento le decimos que no queremos las croquetas puesto que habíamos ido por el atún y no nos han comunicado que no hay hasta 1h después de que estuviéramos ahí. Le comentamos a la "jefa" que nos parece un poco exagerado el tiempo que han tardado en comunicarlo y la falta de profesionalidad poniendo caras de asco al escuchar nuestra opinión del servicio nefasto que nos estaban ofreciendo. Tras el trato recibido nos negamos a pagar una cerveza y una copa de vino puesto que eran ya las 00:10 y ya no podíamos cenar en ningún sitio. A lo cual proceden a llamar a la policía para que paguemos 6€. Una vez con la policía solicitamos la hoja de reclamaciones y después de 20 min nos la traen. Entre toda la discusión el "jefe" agarra del brazo y zarandea a mi novia para que no hablara de los sucedido con el resto de clientes. Un trato demencial y una experiencia horrible. No le recomiendo este sitio a nadie después del servicio caótico, desorganizado y con...
Read moreDecepción tras el cambio de dueño
Solíamos venir a este restaurante y teníamos buenos recuerdos, pero este año la experiencia fue desastrosa. Tuvimos que acudir hasta tres veces porque, aunque nos decían una hora de apertura, no cumplían el horario.
Ya sentados, pedimos la ensaladilla de gambas por recomendación e insistencia del camarero: estaba caliente y traía solo tres gambas diminutas. La media ración de chocos, muy escasa y muy duros. Y las tortillitas de camarones, otro lío: en carta se vendían por unidad (2,20€), pedimos 2, el camarero nos sugirió media ración que traía 4, pero solo llegaron 3 y nos cobraron 9€.m y tenían pinta de congeladas.
La única nota positiva fue una camarera muy simpática. El resto del servicio, muy mejorable. Para rematar, no tenían datáfono y tuve que pagar por Bizum al dueño.
El chico que lo lleva parece joven y desbordado, pero no se puede abrir sin organización ni género. A las 15:00, con cinco mesas ocupadas, ya nos dijeron que no podían servir más comida porque se habían quedado sin nada.
Soliamos gastarnos una media de 100€ porque nos gusta el buen comer y la calidad y siempre acompañado de una botella de vino. Esta vez, 32€ porque se nos quitaron hasta las ganas de comer.
Una pena, pero...
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