This restaurant has a reputation to live up to, so you arrive with high expectations. As a place that offers high-end table service and fine dining it serves very well. Expect a queue at 8.30pm when door opens for evening service. We had made a reservation the day before and were immediately checked off and escorted to our table. Be aware the restaurant has several seating zones and to be honest we felt we had been seated in the “ overflow section” unlike the other rooms that had a more intimate, welcoming ambience this room was super bright. Stark lighting. It lacked the eclectic decoration and historical photos that decorated the other rooms. It l was the major negative in terms of the overall experience. Food ordering was efficient, if somewhat slow at times, but hey, it’s Spain, so despacio is the attitude. Don’t mind that. We ordered cheese, the ubiquitous tortilla camarones ( shrimp batter fritters) followed by cod in tempura , light and delicious . Good cheese, aged and punchy with quince preserve. Mains were the young steak, a fairly lean portion with potatos, and the oxtail stew with potato chips. Oxtail was amazingly tender and super rich velvety sauce. With wine, bread and the offering of a carrot amuse bouche the bill was £124. I would return but prefer the buzzing atmosphere of the bat to the formality and bright light of the restaurant. You can just turn up to eat in the bar . All my own opinions here. Overall I rated it 4* as felt had to try it out by tv other places had a more...
Read moreUn desastre de principio a fin. Habíamos reservado una mesa para dos personas. Llegamos a nuestra hora al salón, en el que había aún 4 mesas preparadas para 2 personas y nos instalan de frente a una máquina de aire acondicionado gigantesca. Era como estar en el polo. Cuando protestamos, en lugar de cambiarnos de mesa, se limitaron a girar un poco la máquina. Seguía haciendo frío. Anunciamos que nos vamos a cambiar a una de las dos mesas más alejadas de la máquina, que estaban junto a la cristalera, y como si hubieramos mentado al diablo los camareros salen a buscar a la persona que nos había instalado, que nos concede sentarnos en otra de las mesas libres pero en ningún caso en la de las cristaleras (al final de la comida descubrimos por qué: estaban reservadas para los "coleguillas", la pareja que ocupaba una de las mesas estuvo un rato largo charlando con uno de los cocineros, y la otra pareja estuvo de charleta con el jefe de sala). El tejemaneje nos dejó ya una sensación desagradable, pero seguimos para bingo: LA CARTA: no disponen de carta en papel. En 2024. En un restaurante con un ticket medio cercano a los 100 euros. Un cutrerío inadmisible. Los clientes no tenemos por qué dejarnos los ojos para que ustedes ahorren en fotocopias. EL PAN: dos panecillos precocinados, de los que se meten en el horno un ratito antes de servirlos (en este caso, horas antes, porque llegaron fríos), es decir, un pan de una calidad infame que a día de hoy no se sirve ni en los sitios de menú del día, indigno de un restaurante de categoría y cobrado a casi 4 euros por cabeza con la excusa del aperitivo que se sirve con él. EL SERVICIO: inexistente. Tuvimos que servirnos nosotros el vino todas y cada una de las veces, no había nadie atento a rellenar las copas, pero eso es lo de menos. Lo realmente inadmisible es que nos sacaron el pescado que habíamos pedido de segundo cuando apenas nos acababa de llegar el segundo plato de entrantes que habíamos pedido y que tuvimos que comernos como los pavos. Es indamisible que se calculen así de mal los tiempos. Eso sí, una vez que terminamos los segundos, ahí se quedaron los platos muertos de risa durante 20 minutos. Nadie se acercó a retirarlos ni a preguntarnos si queríamos postre. Casi tuvimos que echar el lazo para atrapar a uno de los camareros. COMIDA: nada especial, insípida y sin gracia ninguna. La presentación de algunos platos, como el flan de coco que no sabía a coco, con los trocitos de piña alrededor al menos nos proporcionó una risas, al recordarnos al mítimo "león come gamba" de masterchef, pero lo realmente inadmisible fue el estropicio del parto a la sal. Se nos presentó a la mesa y pudimos ver su tamaño y nos extrañó que se lo llevaran aparte para limpiarlo en lugar de hacerlo junto a nosotros en una mesa auxiliar, pero cuando nos trajeron los platos comprendimos por qué. El camarero encargado de limpiar el pescado había realizado una auténtica escabechina dejándose medio pescado sin limpiar y sirviéndonos una cantidad ridícula. Una auténtica vergúenza. Al menos no nos perdimos gran cosa, porque el pescado estaba seco e insípido. Y para rematar servido con patatas frías. En resumen, llevábamos varios años sin ir al Faro del Puerto y no volveremos. Un despropósito de...
Read moreDesde donde el mar besa la historia, se alza un faro de sabor y tradición en el corazón de Cádiz: Restaurante El Faro de El Puerto. Ubicado en Av. de Fuentebravía, km. 0, 5, 11500 El Puerto de Sta María, este restaurante es una joya gastronómica que rinde homenaje a la rica herencia del Atlántico. ⚓🍽️
Un entorno que inspira
El Puerto de Sta María es una zona vibrante donde el bullicio del puerto se fusiona con la tradición gaditana. Pasear por sus calles es sumergirse en una atmósfera de historia, donde cada rincón y cada fachada cuentan la leyenda de una ciudad que siempre ha estado ligada al mar. La zona es perfecta para disfrutar de una comida frente a vistas que recuerdan al eterno vaivén de las olas y a la brisa salina que embellece el paisaje. 🌊🏙️
Ambientes que cautivan
El Faro de El Puerto destaca por su elegante y acogedor interior, decorado con detalles náuticos que evocan la vida en el mar. El ambiente luminoso y espacioso te invita a relajarte, mientras las imágenes y elementos decorativos rememoran la tradición pesquera y la esencia del litoral gaditano. Cada detalle está pensado para crear una experiencia memorable que se funde con el entorno costero. ✨🖼️
Una experiencia culinaria inolvidable
Durante mi visita, tuve el placer de degustar una selección de platos que capturan la esencia de la cocina local: • Bacalao al pil pil: Un clásico preparado a la perfección, con un pil pil cremoso que realza el sabor del bacalao y te transporta al corazón de la tradición culinaria gaditana. 🍽️👌 • Albóndigas de choco: Jugosas y llenas de sabor, estas albóndigas son una reinterpretación creativa que combina la frescura del mar con una sazón inigualable. 🐙😋 • Daditos de corvina: Delicados bocados de corvina, perfectamente sazonados, que ofrecen una explosión de texturas y sabores en cada mordisco. 🐟💥 • Postre de chocolate: Para culminar la experiencia, un postre de chocolate que es simplemente buenísimo, con el equilibrio perfecto entre dulzura y amargor, dejando una nota sublime en el paladar. 🍫😍
Servicio y detalles que marcan la diferencia
El servicio en El Faro de El Puerto es tan memorable como su cocina. El personal atento y cordial te hace sentir como en casa, mientras cada plato se presenta con una elegancia que refleja la dedicación y el amor por la gastronomía. Los detalles, desde la ambientación hasta la calidad de cada ingrediente, hacen que esta experiencia sea única.
🔹 Valoración final: 5/5 ⭐⭐⭐⭐⭐ Si buscas una experiencia culinaria que combine la tradición, el sabor del Atlántico y un ambiente lleno de historia, Restaurante El Faro de El Puerto es una parada obligatoria. ¡Un lugar que deleitará tus sentidos y te hará...
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