Solo voy a opinar sobre el trato recibido, que para mi en un trabajo de cara al público es fundamental. Fuimos 5 amigos y nos atendió una chica muy amable que bromeaba con nosotros y y dio chuches hasta al perro que llevábamos. Hasta ahí genial. El problema fue cuando llegaron dos amigos más y no entraban en nuestra mesa (de 4-5 personas) y ocupamos otra de 4 personas, es decir eramos 7 personas para dos mesas separadas de un total de 8 personas pegados a una pared en la que no molestábamos a nadie. Pues viene la encargada y nos pregunta: ¿estáis juntos? Es que estáis ocupando mucho sitio… (se me olvido poner que teníamos a un amigo con muletas) y le dijimos a ver es que en una mesa no cogemos, y van a venir ahora dos amigos más… Bueno pues después de todo eso, todos consumiendo debidamente bebida e incluso pinchos de tortilla nos hizo saber continuamente que estorbábamos con miradas incómodas y cuchicheos entre ellos, y poniéndonos de repente un cartel en la mesa que ponía que a las 22:00 estaba reservada nuestra mesa (eran las 21:32 exactamente) como queriendo echarnos de la mesa en la que ya llevábamos 1 hora sin parar de gastar… y mi pregunta es.. y si nos apetece cenar, tenemos que dejar la mesa en la que llevamos un buen rato porque nos habéis reservado la mesa sin preguntarnos si quiera? Es una vergüenza todo. Pd: Siendo un sitio de tortillas que hacen tortillas sin parar para comer alli o llevar, me parece nefasto que se acabe el pincho gratuito con tu consumición (que por los precios en verdad se paga) y no hagan una tortilla para seguir dándolo o den la que tienen ahi para vender, que tenían de sobra... Bueno eso nos dijeron, que se acabó, mas bien no nos lo quisieron dar. Pd2: no hubo ni gritos, ni voces altas ni ningún comentario malo de nuestra parte para que nos tratasen así. Es mas, nos pidió que uno de nosotros se moviera para que la mesa de alao tuviera mas espacio (que es verdad que estabamos muy juntos) y nos movimos sin queja. Pd3: pondría un...
Read moreFuimos a comer con muchas ganas porque nos lo habían recomendado, y lo cierto es que la comida estuvo bastante bien: buena presentación, platos sabrosos y una carta equilibrada. Los empleados que nos atendieron fueron muy amables, atentos y profesionales, lo que hizo que la experiencia, al menos al principio, fuese muy agradable.
Sin embargo, todo esto quedó empañado por una escena completamente innecesaria e incómoda que presenciamos. Estábamos sentados justo al lado cuando el que parecía ser el jefe o encargado del local comenzó a reprender en voz alta a uno de los trabajadores. No fue un comentario puntual, sino una auténtica bronca pública, con tono airado y completamente fuera de lugar. Lo peor de todo es que lo hizo con una cerveza en una mano y un puñado de frutos secos en la otra, como si estuviera en una terraza cualquiera, sin la más mínima noción del entorno ni del respeto que merecen sus empleados… y sus clientes.
Fue una escena de vergüenza ajena que rompió completamente el ambiente del local. Estas cosas, si hay que decirlas, se dicen en privado y con respeto, no delante de la clientela ni en actitud tan poco profesional.
Esta situación nos hizo reflexionar sobre algo que lamentablemente se repite demasiado en la hostelería de nuestro país: profesionales maltratados, con sueldos irrisorios, turnos interminables y jefes que olvidan que liderar no es imponer ni humillar, sino acompañar, motivar y cuidar de los equipos. A veces se habla del “mal servicio” en la hostelería, pero muchas veces el verdadero problema está en las condiciones laborales que soportan quienes trabajan en ella.
Es una pena, porque el local tiene potencial, pero mientras no haya un cambio en el trato hacia quienes sostienen día a día el negocio —los camareros, cocineros, personal de sala— será difícil recomendar el sitio...
Read moreEl servicio en mesa es malísimo, las buenas reseñas serán por la gente que lo coge para llevar (que además la calidad no merece nada la pena, son tortillas industriales con la patata medio cruda y el huevo líquido). Sobre el servicio: para empezar, cuando decimao que estamos preparados para que nos tomen nota, las dos camareras dicen que no les pertenece nuestra mesa y se van pasando el muerto. Hay una amplia carta de tortillas con distintos precios según si quieres pincho, bocadillo o una entera. Cuando vamos a pedir, tras esperar bastante, nos dicen que para pincho y bocadillo solo tienen disponibles las que hay en barra (la tradicional, de chistorra y poco más). Nos dejan un poco de tiempo para pensarlo pero se olvidan de volver a tomarnos nota. Nos llegan las otras dos raciones que pedimos, no están mal, pero terminamos con ellas y nos hacen esperar 20 minutos por los pinchos que pedimos porque la están haciendo (pero eso sí, a la gente que pide para llevar se la dan en el momento, y cuando la pedimos la tortilla estaba entera). Cuando por fin la traen, nos intentan colar que habíamos pedido bocadillo, cuando habíamos pedido pincho después de que nos explicaran que venía con un trozo pequeño de pan. No merece la pena, sin duda...
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