Restaurante La Estrella — Restaurant in Huétor Vega

Respecto a la comida propiamente dicha, todo lo que nos han servido estaba bueno, correcto sin más.

No obstante, el servicio ha resultado decepcionante, por no decir indignante. Hemos tenido que esperar mucho tiempo entre platos, que han llegado fríos en algún caso. Además, he tenido que levantarme en varias ocasiones para que vinieran a la mesa a atendernos, y para pedir la cuenta.

La cuenta que ha habido que pedir varias veces y de la que un camarero en barra ha tenido la poca vergüenza de mentirme a la cara, poniendo excusas para no traerla, mientras que otra camarera a la que ya se la había pedido previamente, un rato después no solo se le había olvidado si no que tiene la desfachatez de preguntar "si es que me falta algo".

A todo esto, camareras y cocinera charlando tranquilamente con otros comensales en sus mesas, sin hacer su trabajo.

Esto es falta de organización y profesionalidad. No he visto a nadie apuntar una comanda ni en papel ni en un terminal, lo cual ya dice mucho. Y ni tiene que ver con la gente, que había bastante poca hoy, ni con el COVID, ni con falta de personal. Que bien que estaban dando vueltas entre charlas y ni los platos retiraban de la mesa.

Estas cuestiones empañan lo que podía haber sido una grata...

La mejor venta de Granada.

Pocos serán los granadinos que nunca hayan ido a La Estrella. Una VENTA en mayúsculas, por el gran tamaño del restaurante y el gran tamaño de la calidad de sus platos.

Comida casera con materia prima de una calidad simplemente excelente y hecha (muy bien hecha) al estilo tradicional. Habas con jamón, morcilla, longaniza, choto y en general todo tipo de carnes, además de la impresionante olla de San Antón (a su debido momento) son solo algunos de los manjares que te puedes encontrar en este mítico restaurante.

Lo primero que te encuentras es un aparcamiento que parece el de un gran centro comercial, y sorprendentemente está lleno muchos fines de semana.

El restaurante tiene diferentes ambientes, terraza, salón, mesa alta o baja. Lo que necesites. Y es perfecto para llevarse a los niños.

El numeroso y eficiente servicio consigue que nunca te encuentres “desamparado”.

En fin, no es causalidad que lleve tantas décadas abierto y que los granadinos “peregrinen” en masa para disfrutar...

Amplios salones y muy buena terraza, con una zona de más sombra y otra de sol y sombra, incluso otra de mesas en alto para tapear. Platos típicos del lugar bien elaborados. El servicio excelente, nada más llegar te toman nota de la bebida y te traen unas aceitunas, cubiertos y pan. La comanda también te la toman sobre la marcha y la comida llega en su tiempo y, muy importante, se esmeran para que te llegue caliente, utilizando doble plato (uno de ellos caliente) en caso de necesidad. Es una cosa a valorar. Agilidad también para segundas consumiciones, postres, café, licor y cuenta. Los precios ya no son los de antes pero también es cierto que el personal está bien dimensionado. No nos gustó el precio del pan: éramos dos comensales y en la nota ponía "2 panera de pan pequeña" y 4 euros. Sólo pusieron una panera (no pedimos pan extra) que traía, exactamente, cuatro rebanadas de una barra de pan. Rebanadas de barra, no de hogaza, una cantidad minúscula para cobrar 4 euros. El...