Fontao — Restaurant in Huesca

Despropósito de elección, se alinearon tantos aspectos negativos que quiero pensar que fue una nefasta coincidencia y que el resto de los comensales que frecuentan el lugar salen más contentos.

Ya empezó la cosa torcida cuando en la barra, mientras esperábamos a que nos confirmasen si podíamos pasar al comedor, tuvimos que aguantar a 3 niños gritando y aporreando la máquina tragaperras sin supervisión; una vez dentro, ya en nuestra mesa, nos fue dado el don de la invisibilidad, o eso quiero creer puesto que la camarera tardó 50 minutos de reloj en acercarse a nuestra mesa (en esos 50 minutos ni siquiera nos ofrecieron agua), llegamos a marcarnos una hora límite para levantarnos e irnos, nos debieron de escuchar porque a falta de 5 minutos para ese límite, nos tomaron nota y ¡Aleluya! llegó el agua.

Podríamos pensar que las cosas buenas se hacen esperar, y no perdimos la esperanza de que al menos comeríamos bien, digo al menos porque la espera, además de larga, se estaba haciendo insoportable debido al ruido y el calor que provocaba la falta de ventilación del local.

Por fin vinieron los platos, pedimos un menú especial para degustar la gastronomía de su tierra natal, y con ellos también vino el summum de la decepción; del primero, formado por 3 tapas de degustación solo salvaría las croquetas de marisco, los otros 2 eran un arroz negro con guisantes y ajonesa bastante normal, y el otro una ternera guisada según ellos a la "maragata", que estaba más seca que la mojama. Aún quedaba el segundo, y con él, esperaba que la justificación del precio (28€ por barba). Pedí una chuleta de ternera gallega, la pregunta es en qué año vivió el pobre animal puesto que su carne estaba claramente descongelada y para colmo la guarnición chamuscada.

Espero y deseo que haya sido una mala experiencia puntual y que el resto de visitantes se vayan más satisfechos, yo por mi parte no volveré ni lo...

La comida está muy buena pero.... Si se tiene alguna intolerancia parece que es un problema. Todo y que lo solucionan, el servicio sobretodo de la mujer deja mucho que desear. Debo añadir que está bien quitar los alimentos a los que se es intolerante, pero no servir un filete como tirado en el plato sin absolutamente nada más. Aunque si es verdad que pidiéndolo, te traen lo que no le habían puesto. Los segundos (y no solamente a la persona con la intolerancia) nos los han "tirado" en la mesa en plan "toma cerdo, come".. No somos unos clientes quisquillosos ni tampoco en ningún momento hemos sido desagradables, porque entendemos de primera mano que la hostelería es dura; así que no entiendo ese trato. Le daría más puntuación, porque se la merece pero como ya he dicho el servicio prestado por la mujer ha estado muy mal.

Lamentablemente, para no...

Fuimos en verano y tuvimos que esperar una barbaridad a que nos dieran mesa. La comida es normal, nada del otro mundo, está buena pero no para tirar cohetes. Yo pedí canelones, aceptables, y caldereta de cordero, que llevaba trozos de tajo bajo, mucha grasa y nada de especial. También se pidió entrecot, pero vamos, q ésto lo tienen en cualquier otro restaurante. Me llamó la atención los "camareros" y lo pongo entre comillas porque que te sirva un chico con la camiseta llena de lamparones no da muy buena imagen, la señora q traía los platos un poco seca y nos faltó una cucharilla para un postre y nos la lanzó a la mesa, me quedé atónita, nunca había visto algo igual. Si fuera por mí no volvería, pero en unos días tenemos que repetir. Para comer aquí puedes ir a...