La Plazoleta — Restaurant in Jarandilla de la Vera

Se tira casi media hora para poner dos cafés y un vaso de leche, porque no se entera de la tercera tostada. Aguanto como un jabato, y le pago, y me dice, sin haberle recriminado nada, que hay que tener un poco de paciencia. Lo que me faltaba, paciencia la de tus músculos esperando órdenes de tu cerebro, Marcelino. Y todavía le digo que no le he dicho nada, y dice que eso se ve...pues no has visto nada de las tostadas, empanao. Menudo inútil, si pones tres cafés ...pues tendrás que contar tres desayunos, no dos, membrillo. Terraza desatendida, aunque pone un cartel...luego lloraremos porque no hay clientes. Pero para poner desayunos a tus amiguitos del pueblo, para eso no te equivocas, listo, que eres un listo. Más de 10 años llevo veraneando en Jarandilla, espérame sentado, lince, que eres un aguililla. Como la memez de tener churros y no porras, hay...

Estuvimos cenando allí hace unos días y el resultado fue un absoluto desastre: Primero, la comida vino tarde y quemada, el bocadillo era negro casi en su totalidad. Por su parte, el servicio tampoco fue de nuestro agrado. La camarera empezó a retirar las mesas con mucha ansia por cerrar antes de terminar la cena para intentar echarnos. Tanto es así, que al niño que nos acompañaba le retiró el plato dejándole con el bocadillo en la mano y viendo que no había terminado. Preguntó de malas formas si nos traía la cuenta, sin haber tampoco terminado de cenar y no se preocupó en ningún momento por nada más. Le daba igual, su única intención era echarnos a todos. La gente se levantó de malas formas y abandonó el lugar, muchos de ellos a gritos. La única conclusión que hemos podido extraer de la comida y el servicio recibido es NULA. No...

He venido muchas veces aquí, pero es la primera vez que siento que molesto. Hemos pedido dos veces, en la primera prácticamente hemos tenido que asaltar a la camarera para pedirle la consumición debido a que nos ignoraba descaradamente (la terraza estaba llena, pero todas las mesas estaban servidas). En la segunda consumición he tenido que entrar al bar a pedir, ya que aún diciendole que nos atendiese cuando ella pudiese, siempre con educación, ha pasado fuertemente de nosotros. Al entrar al bar, casi vacío, esperaba pedir rápido y pagar, para aligerar trabajo, pero no, el camarero de dentro iba a la misma velocidad que la de terraza, velocidad -10 y pasotismo +10. Conclusión, llevo viviendo aquí unos cuantos años y mis acompañantes toda la vida, y es la primera vez que nos tratan así, y...