Restaurante Tropical — Restaurant in Llucmajor

Pido a través de la Web a las 21:00. Tras el pago, nos confirma un tiempo de espera de 90 minutos. Todo bien. Esperamos los 90 minutos y no llega. Es Halloween y suponemos que están hasta arriba porque llamamos 10 veces con diferentes móviles y no lo cogen. Tras 2 horas y 10 minutos nos cogen el teléfono. Reclamo el pedido y la chica que me atiende me dice que las cocineras se han ido y que no tiene ningún pedido. Le digo que no puede ser que me han cobrado, me ha llegado el ticket confirmando la compra y el tiempo de entrega. Me dice que no le sale nada y que no pueden hacer nada. Todo bien. Un error lo puede tener cualquiera. Le digo que me devuelva el dinero y me pide la dirección para buscar el pedido. Dice que no sabe cómo hacerlo, que espere. Tras 10 minutos en espera en el teléfono, "se cuelga" la llamada. Intento llamar 2 veces y no me lo cogen, así que decido ir al local en persona. A todo esto mi familia no ha cenado. El dinero no es el problema. Mis hijos que han esperado cenar pizza en un día que es especial para ellos, ahora tienen que cenar cualquier cosa por qué el tiempo de espera fue tan largo que ya no podemos pedir a otro sitio. Es muy tarde. Tampoco pudimos anticiparnos ya que no nos cogían el teléfono y, repito, el pago fue por anticipado. Aún así, paciencia. Pero ya no todo tan bien. Llego al local. Hablo con alguien del personal al que apenas decirle 2 palabras de a lo que vengo, me interrumpe indicándome que hable con un chico y una chica (que asumo es la que me atendió por teléfono). "Son los que se encargan de los pedidos", me dice. Así que no me atenderá el dueño, ni un encargado, si no una empleada jovencita a la que le tiran el muerto, que aunque fuera la responsable del error, no lo es del local. O al menos eso creo. Todo ya menos bien todavía. Le digo a la chica quien soy y a que vengo. La chica me dice que no sabe cómo devolver el dinero al destino desde el que se pagó en la web. Insiste en que a ellos no les sale el pedido. Le digo "tengo el ticket, mira" enseñándoles el teléfono. Ella mira a su compañero y al móvil (al que no le presta atención un segundo) y me dice que no hace falta, que me cree. Le digo que si no sabe cómo, que me devuelva el dinero en efectivo. Me dice que no puede por qué en la caja no tienen dinero ya que los pagos se hacen por internet. Creo que mi cara de confusión e incredulidad la hace abandonar esa idea. Y digo creo, porque se va a buscar el dinero en seguida y sin explicaciones. Estamos en un restaurante con gente cenando. Alguno habrá que pague en efectivo 🤷. Estoy bastante enfadado en este punto pero ahora viene la guinda del pastel (por fin algo de comer). Llega con la cantidad exacta de lo que he pagado. Curioso que lo sepa sin prestar atención al ticket que traté de enseñarle, pero quizá esté entrenada para memorizar la matrícula de 10 coches de una mirada, así que le doy el beneficio de la duda. Lo que ya me deja absolutamente rabioso es que después de todo esto, la chica deja el dinero en la barra y sin decir nada, coge una escoba y mirando al suelo a un lado, se pone a justificar su sueldo de alguna manera. Miro al chico que estuvo todo el rato sin apenas decir una palabra y que ahora hace lo propio con un trapo mirando al lado contrario. Yo en medio tras la barra y atónito, cojo el dinero y me despido. No me devuelven el saludo. No aparece el encargado. No aparece el dueño. Y nadie, absolutamente nadie desde que llamé hasta que me fui del local hace amago ni de pedir disculpas, ni de mostrar un mínimo de empatía ó asumir cierto grado de responsabilidad por el error cometido. Una absoluta y...

Vine a este restaurante el año pasado y tenía recuerdos de haber comido bien. Fué a mediados de verano en la terraza. Es un lugar espacioso tanto fuera como dentro. Esta segunda vez que he vuelto me decepcionó un poco por la comida. Me pareció un buen detalle la picada: un plato de allioli, aceitunas y tomates de ramellet para servirse con el pan tostado que te traían en una cesta. En la carta tienen un poco de todo, incluso kebabs que sólo sirven los fines de semana. Yo me pedí un chuletón de ternera porque venía con hambre y según decía la carta era de 600gr a 18€, por lo que salía bastante barato el plato por lo que era. Cuando me sirvieron el plato el chuletón era grande, pero no de 600gr, sobretodo porque me lo terminé fácilmente y sin llegar a estar lleno del todo. La guarnición era un salteado de verduras muy simple que utilizaban con otros platos de carne y media patata cocida aliñada que le faltaba un toque de horno. El servicio fue inmejorable, una atención muy certera. Se notaba que los camareros estaban muy bien compenetrados y organizados. Si no fuera por la decepción que me llevé con el plato de chuletón y su guarnición se llevarían las...

Llegamos a este restaurante porque nos lo habían recomendado unos amigos de Llucmajor pero no volveremos.

Llamamos para preguntar si podíamos ir con perra y nos dijeron que sí en la terraza. Al llegar nos querían poner en la puerta de la entrada donde pegaba todo el tiro del viento "porque íbamos con el perro" pero también con un señor de 80 años y una señora de 70 que sentarse en todo el tiro del viento no les va muy bien para su salud.No son petfriendly. Nos dieron otra mesa. No nos ofrecieron agua para la perra y ve veía con las miradas de los camarer@s que no éramos bien recibidos. Acababan de abrir y en el baño no había ni papel ni jabón. Para lo que es el sitio y la comida "sin más" me ha parecido cutre y caro. Comimos dos platos de costillas de cordero (no lechal), una hamburguesa (nada especial, sin queso, sin cebolla solo con una cacho de tomate y 3 hojas de lechuga), una copa de vino, una Coca-Cola y un agua... 67euros. Para ese precio me quedo a comer en mi barrio de Palma.

Nos hemos sentido incomodísimos y con ganas de acabar y huir. No volveremos y no lo...