Cuando abrieron el restaurante los curiosos que vivimos por la zona contemplábamos la apariencia del salón, visible desde la calle, ya que llamaba poderosamente la atención. Contaba con una decoración atractiva y sugerente (atípica, aunque cada vez menos, en la zona) invita a entrar y probar su propuesta.
Lo hice un par de meses después de su apertura, y llamando para reservar porque era de esperar una afluencia notable de clientes. No me equivoqué. Un viernes normal y corriente estaba hasta la bandera. Fue una cena en la que decidimos probar un poco la variedad, pidiendo varios "entrantes" y platos ligeros para compartir, prescindiendo de principales o carnes (que obviamente es el gran fuerte del lugar). Siempre es agradable descubrir que la calidad de un restaurante está presente en toda su carta, porque todo estuvo realmente bueno (huevos rotos con trufa, provolone, setas shiitake y unas mollejas de escándalo entre otras cosas). Creo que el pan se cobraba a parte, aunque hay que decir que se trata de una cesta con panes variados de calidad. Los postres, además, son algo excepcional.
Tras esta primera visita, sacamos varias conclusiones: Los precios son elevados y, sin duda, se desmarcan ligeramente de la zona, pero es que la calidad de la comida, de la atención, de la presentación en todos los aspectos, es sobresaliente. Comer de carta permite la opción de optar por una solución más económica sin perder la calidad y el buen producto. Los postres no se quedan fuera y merecen una mención especial. Hay una interesante variedad de vinos. Además del salón (es decir, comer en mesa), existe en la entrada una "zona de bar" y barra dónde a parte de tomarte algo con una buena tapa, puedes comer o cenar con una carta alternativa centrada en originales hamburguesas, bocadillos y entrantes para compartir.
Llegados a este último punto, paso a comentar mi segunda experiencia en el restaurante, ya que, al acudir sin reserva, optamos por cenar en esta "zona de bar" con mesas altas. Hay que esperar a conseguir una mesa libre, confiando en la buena fe de otros clientes por respetar el orden de llegada. En nuestro caso tuvimos mucha suerte, ya que, aunque no conseguimos sillas (un grupo de unas 14 personas se había hecho con casi todas sin estar consumiendo gran cosa), sí que pudimos hacernos con una mesa en unos pocos minutos. Allí nos atendieron con servicio a mesa, preparándonos cubiertos y acercándonos las consumiciones de la barra. Aunque era un poco caótico para los camareros, pues la gente (tanto los que esperaban para hacerse con una mesa en esta zona, como los que tenían reserva pero tomaban algo para hacer tiempo) se agolpaban en la barra y en la puerta impidiendo el paso. Aún así, nos sirvieron con profesionalidad. Probamos la interesante oferta de hamburguesas (de jabalí, cochinillo, ternera madurada...). Estaban excelentes. Gran combinación de sabores para potenciar la carne que llevaban. Recomiendo la de cochinillo para aquellos que tengan antojo del mismo, pues es sabor puro de cochinillo metido entre dos panes. Para mayor sorpresa nos indicaron que también podían servirnos postres, así que degustamos nuevamente la parte más dulce y golosa de la carta.
Mi objetivo es repetir para comer en una fecha especial en la que optar por probar las carnes de su horno de leña.
Muy muy...
Read moreBueno, este sitio me resulta difícil de valorar. Porque la comida está muy buena. No se le puede poner un pero... El problema es que éramos un grupo algo grande, y nos vimos un poco dirigidos y abocados por el camarero a pedir ciertos platos y otros no... Sinceramente, si hubiera ido sólamente con otra persona, no hubiera ocurrido ésto, pero siendo tantos, estás en muy animada charla con unos y otros y te dejas llevar. El mayor problema vino con la carne. Nos dijo de poner 2 chuletones troceados, para compartir.... y bueno, aunque no era nuestra intención inicial, aceptamos... pero yo había visto que en carta se recomendaban unos chuletones de la raza vacuna Simental, a 80 euros el kg, algo subidos de precio, aunque esa raza es cara de por sí y por eso le preguntamos qué carne nos iban a poner y nos dijo que chuletones de vaca rubia gallega... ah, ok, aceptamos. Pero es que, finalmente, nos lo cobraron al precio de la Simental... vamos, que nos salieron los dos chuletones a casi 200 euros y eso para mí fue algo muy engañoso. Rubia gallega no es Simental. Y estaban muy buenos, claro que sí, pero los he comido iguales a bastante menos precio. El resto de la comida, entrantes, pues muy buenos, las croquetas de callos, deliciosas, pura crema y gran sabor, de verdad, a callos, con su toquecito picante y todo. Las patas revolconas con torreznos, correctas. Las mollejas buenas de gusto pero creo que les faltaba un punto de crujiente, de tostado exterior, que le da muy buen toque en contraste con la ternura interior del producto. Las setas shitake con esa crema de queso resultaron una estupenda combinación y los canelones gratinados rellenos de carrillera estaban de muerte. Los postres muy correctos, la tarta de chocolate muy para verdaderos chocolate lovers y mención especial a la tarta de queso de cabrales con estética de flan, que a mí me gustó más por su sabor algo potente, como debe ser, y textura cremosa pero consistente... nos quedamos con ganas de probar varios de los segundos de carta, que nos parecían muy apetecibles, y eran nuestra intención original, pero bueno... creo que volveré de nuevo, aunque todo este lío me dejó mal sabor de boca. El local es muy agradable. El precio, con 3 botellas de vino y alguna cerveza que alguno pidió, fue de 48 euros por persona y éramos 9. La mayor parte de la cuenta se la llevaron, como os comentaba, los chuletones de marras. No fue un precio excesivo, calculando, creo que debe ser el ticket medio del restaurante y por la calidad me parece bien. Pero no puedo dar 5 estrellas por todo...
Read moreFui el domingo, 10 de abril de 2022, con mi novia por la tarde sobre las 19:30, nos sentamos en una mesa de la terraza, se acercó un camarero alto con poco pelo, nos tomo nota y nos saco las bebidas rápidamente, mi chica se acabó su cerveza y le apetecía otra, se lo pedí a otro camarero, se metio dentro del bar, y como 15 o 20 minutos después, se lo volví a pedir a otra camarera con trenza, y le dije que el otro no nos la sacaba, se metió dentro y volvía pasar lo mismo, vi otra camarera española y se lo pedí, en esto que el camarero al que le había pedido la caña se dio cuenta y nos la saca y me dice que " si no me la habían sacado", este poco profesional debe ser hijo del dueño, porque cuando se lo pedí a él la primera vez tuve que ver cómo pintaba la mona dentro del bar en vez de sacar la cerveza. Después para pedir la cuenta se lo dije a la española se mete y lleva la cuenta, y sale y entra varias veces y no me trae las vueltas, así que la digo en la terraza "que pasa con mis vueltas" y me dice que ella solo lleva las cuentas" y me ve el camarero que no hacía nada y me las saca, todo en monedas claro. Yo no sé qué manera de atender a los clientes es esa, la terraza estaba medio vacía y los camareros son poco profesionales o las normas del gerente del bar son porque no se fía se sus empleados y tiene que estar encima, pero esperar a que me pongan una caña más de 40 minutos, cuando ese camarero no hacía nada y digo nada, mientras sus compañeras si trabajaban, lo dicho o hijo o sobrino del dueño, y el que está detrás de la barra para poner una caña no se tardan 40 minutos ni para cobrar las consumiciones. No recomiendo para nada este bar, ni esos camareros. ni de coña vuelvo alli, ni pienso hacer gasto allí, y si voy con gente insisteré en irme de allí o en irnos a otro bar donde me atiendan igual que a los demás o sea bien. Por supuesto no les dejé ninguna propina y menos después de ver a ese camarero alto con pelo, el camarero alto sin pelo es lo único que se salva, el otro que se...
Read more