Claxon Majadahonda — Restaurant in Majadahonda

El diccionario dice que una taberna es un “Establecimiento público, de carácter popular, donde se sirven y expenden bebidas y, a veces, se sirven comidas”. La verdad es que hoy, la mayor parte de las tabernas de Madrid son restaurantes especializados, casi sin barra, a veces caros y con una decoración rústica pero sofisticada.

Claxon no es una taberna, al menos en el sentido estricto que los madrileños dan al término. Es un bar restaurante al que el apelativo de taberna no ayuda. Y menos cuando se anuncian como de “cocina mediterránea creativa”.

Es hermano de otro bar del mismo nombre en la calle Ponzano de Madrid, donde se enfrenta a sitios como Arima, sala de Despiece o La Blanca Doble. Nada menos. Eso agudiza los sentidos para competir.

El Claxon de Majadahonda está en la zona peatonal, donde también hay competencia, pero de un nivel diferente.

El local es magnífico. Por aquí han pasado cantidad de negocios que duran un par de años y cierran. Hay una barra espléndida aunque poco aprovechada, mesas altas y bajas a la entrada, un comedor al fondo y una terraza. La decoración es la que es, mezcla de bar de copas, comedor sixties, plantas artificiales y de todo. No hay música audible lo que la parroquia de un día entre semana a la hora de comer agradece.

La carta es ecléctica, con platos fáciles y algo caótica. Es como si estuvieran aún probando. Encontramos desde boquerones en vinagre, callos y torreznos, hasta carpaccio de pez limón, huevos “trufados” y revuelto de “foie”.

Nosotros optamos por unas Croquetas de cecina (12€ seis unidades) que estaban francamente bien. Una besamel cremosa con el sabor de la cecina atenuado y fritas en aceite limpio con Panko. También tomamos Saam de torreznos, lima y mejillón (16€ cuatro unidades). Y aquí se estropeó la comida. No solo por la nula calidad y escasa cantidad del plato, donde los torreznos grasosos y duros se peleaban con una mahonesa de sabor ignoto sobre una hoja de lechuga húmeda, sino por el precio totalmente injustificado en relación con el resto de la carta. Esto hizo efecto halo desafortunadamente sobre el resto de la comanda donde la presa, la butifarra y las alcachofas, todo correcto, sufrió por el recuerdo infausto de la entrada anterior.

El servicio es discreto, amable y profesional. Nos ofrecieron al llegar el cocido (19€) que era plato del día y que rechazamos para probar la cocina.

Volveremos, porque la barra de este bar es atractiva, porque el mejor escribano echa un borrón y porque los callos, la tortilla, las croquetas y la ensaladilla piden una...

Fuimos mi mujer y yo a conocerlo, comimos en el comedor Interior, es acogedor pero según se va llenando tiene mala acústica y se convierte en ruidoso, al sentarnos nos pusieron de aperitivo una lata de mejillones con patatas fritas, paso a valorar los platos que pedimos. Media de Torreznos, son cuatro unidades, realmente buenos, mucha carne y poca grasa y muy bien cocinados, calamar de potera rebozado, dos calamares medianos y enteros con un buen rebozado, estaban muy buenos de sabor, canelón de Txangurro gratinado, bueno de sabor pero aquí le pongo la única pequeña pega en cuanto a la comida, la pasta del canelón tenía poca cocción y estaba algo duro necesitaba que estuviese bastante más suave y por último un lomo de bacalao a la brasa, la ración fueron dos lomos grandecitos y estaban también realmente buenos. El postre, tarta casera de queso al horno, también muy rica. El servicio muy atento y agradable, pendiente en cada momento por cada uno de los platos. La relación calidad precio es muy buena. Volvemos sin dudar, totalmente...

Anoche disfruté de una cena excepcional en el restaurante Claxon en Majadahonda. Desde el momento en que entré, el ambiente me cautivó; la decoración es moderna y acogedora, perfecta para una velada relajada. La atención del personal fue impecable, siempre atentos y con recomendaciones acertadas que complementaron perfectamente nuestra experiencia.

La carta de Claxon ofrece una selección muy cuidada, y cada plato demuestra creatividad y buen gusto. Comencé con un entrante fresco y bien equilibrado, lleno de sabores sorprendentes. Como plato principal, opté por una opción de carne (o pescado, dependiendo de tu plato) que estaba en su punto perfecto, con una presentación cuidada y un sabor que dejaba claro la calidad de los ingredientes.

Los postres fueron otro punto destacado; probé un postre con un toque innovador que cerró la noche de forma perfecta. Sin duda, Claxon es un sitio para repetir y recomendar, ya que logra una combinación sobresaliente entre ambiente, servicio y una cocina que realmente...