Beive ha sido uno de los pocos locales novedosos presentes en Manlleu, se trata de un restaurante donde puedes elegir o "tunear" a gusto el plato estrella de su carta, su hamburguesa. El local y su ambientación están bastante bien, un estilo abierto y diáfano en la mayoría de los locales, además de contar, claro está, con una decoración a base de madera bastante rústica y con un toque hogareño, personalmente me gustan este tipo de restaurantes, como pega esta la disposición de mesas en alguna habitación del local. Aunque no estuviésemos en hora punta, hemos tenido incomodidad mi acompañante y yo a la hora de sentarnos, pues la mesa ofrecida estaba bastante pegada a las otras dos, y así sucesivamente, no nos impidió disfrutar de la velada pero hubiese agradecido algo más de espacio. El servicio habla en catalán y su carta solo puede verse en catalán, pero entienden el español y no hubo ningún problema con respecto al idioma. Fueron igual de cordiales a la hora de atendernos, y dicho sea de paso, bastante rápidos. Sus hamburguesas son bastante aceptables. Hay bastante variedad en la selección de carnes y los acompañamientos a la hamburguesa son bastante extensos, entre ellos se encuentran 5 variedades de queso, así como 20 variedades de acompañamiento extra, incluyendo varios tipos de lechuga, bacon, huevo, Foie, semillas de girasol o de calabaza y varios preparados de compota de manzana, tomate y otros variados, todo ello sin contar las salsas lo bueno de la carta también se encuentra en la variedad de carne y su selección para celíacos y vegetarianos, un punto a favor para los que quieran probar una buena hamburguesa con dichas restricciones alimenticias. El precio varía en función a los ingredientes que quieran ponerse, pero ronda los 10 euros, 15 si decides elegir la carne de vacuno de 400g a 10 euros la pieza. Los entrantes están deliciosos, pedimos lo más básico que había, que eran unas bravas con dos salsas a 5 euros, muy buena opción a entrante, aunque he de poner una pega y esa es la fritura de la patata, su sabor amargo a aceite se hace repetitivo si no acompañas al plato con una pequeña salsa que rebaje ese amargor del aceite. Los Postres son también variados y deliciosos. Recomiendo el coulant con chocolate blanco, o como lo llaman, el Volcan de chocolate blanco (apto para celíacos). Sin duda la mejor opción (5 euros la pieza). Para dos personas salió por 40 euros teniendo en cuenta bebidas, entrantes y Postres. Quizás algo caro, pero es asequible si consumes con cierta moderación. Volvería a repetir sin duda.