Escribo esta reseña como clienta, pero con la ventaja de haber trabajado allí: la calidad de los productos no mermó, ni siquiera, en la época de pandemia. Siempre haciendo los churros, el chocolate, bocadillos y pastas con lo mejor y sobre todo con cariño y dedicación, porque en ese lugar SIEMPRE hay cariño hacia el producto en general y hacia el cliente en particular. Con limpieza inigualable en neveras, cocina... en fin, todo limpio siempre! Merche y su familia son personas hermosas, trabajadoras y empáticas, con un enorme corazón y eso se refleja en los productos y la calidad de clientes, dando por resultado un ambiente sano, familiar, donde comer rico, y como si te lo prepara tu mamá. No comería churros ni chocolate en ningún otro lugar (me dejaron el listón muy alto). Y gracias MERCHE, MANOLO Y FAMILIA... Siempre volveré y se los extraña enormemente. ❤