Una buena comida... hasta que tienes la desgracia de toparte con el dueño. Sus insultos y prepotencia te pueden asaltar y fastidiar el día. Impredecible. No te arriesgues. Marbella está llena de estupendos locales donde jamás tendrás un trato vejatorio. No entiendo que este señor pueda seguir regentando un local e insultando a clientes con esta impunidad. Sólo hay que leer las reseñas que no son de su agrado.
Aquí dejo ver al resto, que este señor miente. Yo sí existo, sí existe mi reserva, y sí estuve en el restaurante. Lo repito, se le llena la boca de amenazas graves!!! Increíble!! Ah! Sí le hizo mi marido una buenísima reseña un tiempo atrás. Por supuesto la cambiaremos.
Y aquí la tercera edición respondiendo al segundo comentario de este individuo. Es una vergüenza que siga mintiendo e insultando, y como veo que sigue haciéndolo sin escrúpulos, me obliga a relatar el hecho vergonzoso de su parte. Sí es cierto que mi marido le increpó y pidió que lo dejara ya, y fue cuando me insultó, y por supuesto le mandó callar. No fue por otra cosa más que por su verborrea contra mi. Así sucedieron los hechos y que este tipo tergiversa y cree que los insultos le dan la razón. Al entrar en el restaurante, saludé con cortesía a todos, a él nunca le ha había hablado antes. Me preguntó por la reserva, Le dije que para cinco, y me ofreció una mesa donde la quinta persona quedaba pegada casi a la salida, le pregunté si se podía usar una más grande. Me dijo que no, que era para 6 y la tenía reservada. Entonces pregunté, si podía mover un poco las mesas, para dejar más adentro al comensal de la esquina que quedaba muy expuesto cerca de la puerta. Muy borde, me dijo que no se podía porque no podrían pasar para el servicio de la mesa que quedaba en el extremo. Lo entendí, pero insistió en volver a explicármelo, ya de malos modos, como si yo fuera tonta. Me empezó a sonar violento, verle cada vez elevar el más el tono de voz... Mi cara ya era de sorpresa, Siguió repitiendo que no, que se quedaba así. No dije nada, ya me esta resultando muy violento todo pero decidí que era más importante el encuentro con amigos que el amargor de ese primer recibimiento. En eso entró mi marido al local y al sentarse y verme en la esquina, me preguntó porqué yo me había sentado allí, y le expliqué que para favorecer a mis amigos que estaban a punto de llegar y que el camarero me había dicho que no se podía mover la mesa. En ese momento, este individuo, con lengua más larga que inteligencia, se metió en medio de nuestra conversación, dirigiéndose a mi con violento lenguaje, elevándome el tono y explicándonos el porqué me había dicho que no, como si no le hubiéramos oído o entendido. El tono, ya estaba absolutamente fuera de control e inaceptable. En ese momento, le dije que no era más que una conversación privada con mi marido y que no debía meterse en ella. Ahí se desataron sus cóleras. En ese momento, ante tantos insultos fue cuando mi marido le dijo que lo deje ya y fue a hablar con el camarero que siempre nos había atendido, quien encogiéndose de hombros, le dijo que ese era el dueño. En ese momento, yo estaba casi a punto de llorar, mientras el tipo, aprovechando que mi marido no estaba a mi lado, y viendo que yo recogía mis cosas, me llamó histérica y me dijo muy prepotentemente que no me iba a servir. Entendí lo obvio, antes de que nos fuéramos, él tenía que echarnos. Así de simple es su obrar. Miente en el relato, insulta, y lo peor es que me amenaza de hacerme cosas horribles si me encuentra. De hecho, el personaje al que él se compara, (amenazándome claramente, cuando dice que él sería mucho peor para "enseñarme" si me encuentra), es un asesino de ficción despiadado. Esto ya es muy, muy peligroso. Mucho! Tan grande y atrevida es esa amenaza como su ignorancia de que en España hay leyes y funcionan. Repito, es una desgracia tener a personas así al frente de un negocio en Marbella. Cuarta respuesta a su reeditado comentario. ¿Sigue insultando, mintiendo y amenazando??? Ha eliminado su comentario previo??. No sabe que se...
Read moreReview: Davero & Primitivo, Marbella
Davero, with its charming little back pocket Primitivo, is without a doubt our family’s favorite restaurant in Marbella. We’ve been coming here for many years, and from the very first visit we felt like part of the family.
This is true Italian dining – every recipe and every dish is authentic and prepared with love. The restaurant is family-owned, and that warmth and passion shines through in everything they do.
The staff are simply wonderful: always friendly, cheerful, and genuinely welcoming. They even remember what you ate and drank on your last visit, which makes the experience feel so personal and special.
During high season it can be tricky to get a table, so make sure to book ahead – it’s absolutely worth it. Davero & Primitivo is a place we always look forward to returning to, and we can’t recommend it highly enough if you’re looking for a truly authentic Italian experience...
Read moreEDITO valoración tras “contestación” del que suponemos será, el propietario.
¡Vaya, qué despliegue de humildad y empatía en su contestación! Se nota que el tono conciliador y orientado al cliente es su sello personal… Lamentablemente, las empresas que responden con agresividad en lugar de escuchar terminan perdiendo lo más valioso: la confianza y por ende su clientela.
Entiendo que le irrite recibir críticas, pero convertir una opinión en un ataque personal no dice nada bueno de su gestión. Quizás detrás de esa necesidad de imponer y descalificar a otros locales de hostelería de la ciudad, haya un complejo difícil de digerir, incluso más que cualquier plato de su carta.
Le auguro un futuro complicado si confunde servicio con soberbia. En restauración, la hospitalidad es un ingrediente esencial; cuando se sustituye por prepotencia, el final suele ser siempre el mismo: mesas vacías, sin necesidad de límite de 2 horas.
Un consejo gratis: menos chulería, más autocrítica. Eso sí que no tiene precio.
Valoración inicial: Comprendo que un restaurante quiera garantizar la asistencia a las reservas, pero la política aplicada aquí resulta cuánto ni menos excesiva y poco orientada al cliente. Tras intentar reservar por teléfono en dos ocasiones, finalmente me indicaron que el proceso solo podía hacerse online. Para confirmar, exigen tarjeta de crédito y aplican una garantía de 25 € por persona (150€ en total en nuestro caso, 2 de ellos niños), que se cobran si cancelas con menos de 2 horas de antelación a la hora de tu reserva o no asistes. También establecen un límite de 2 horas en mesa, lo cual al menos está informado, pero sigue siendo una práctica cuestionable para una experiencia gastronómica que debería invitar a la calma, no a mirar el reloj. En lugares como Marbella, donde se busca disfrutar del momento, imponer un cronómetro a la comida resta encanto y puede incomodar al cliente, especialmente en reuniones familiares o de negocios.
Lo que no se menciona durante la reserva es el cobro del cubierto, algo que debería comunicarse claramente y que, según la normativa de consumo, no puede aplicarse de forma opaca. Como alguien que visita restaurantes con frecuencia (mi perfil lo refleja) y que nunca falta a una reserva, estas medidas no solo transmiten desconfianza hacia el cliente, sino que condicionan la experiencia gastronómica, que es a lo que se va.
En Marbella hay establecimientos que logran proteger sus intereses sin trasladar tanta rigidez al comensal. Aquí, por desgracia, la política pesa más que la...
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