Café Palau — Restaurant in Mieres

El sitio es agradable y acogedor, gracias a la decoración de Chus Quirós. Pero desde hace unos cuantos meses la experiencia se ha ido haciendo más desagradable: el café que era su garantía de calidad ya no existe, ahora tienes que ir con suerte, a ver si puedes con él. Los camareros no limpian las mesas: ellos no llevan bayeta consigo para pasarla al recoger. Si les dices que te la pasen por favor, no les hace gracia, han llegado a pasar la mano sin nada y poniendo un mal gesto. El día que consigues que la pasen, la bayeta huele a rancio porque no se debe aclarar muy a menudo. Hay un camarero al que no le debe gustar en absoluto trabajar allí y lo hace saber a sus clientes de la siguiente manera: durante el servicio no te saluda, no te pregunta qué quieres, sino que se para ahí sin más con su cara de hastío, no te dice hola ni hasta luego aunque tú se lo digas. Porque simplemente no le da la gana ser una persona, como mínimo, cortés en su trabajo. Por último, se nota que les gusta más atender a una gente que a otra, que le dan ventaja a quien lleve traje y que si no lo llevas es más fácil que se olviden de tu consumición, de ponerte tapa cuando se la ponen a todo el mundo, de que has llegado y estás en la mesa para preguntarte qué te apetece...

Era una buena cafetería que están descuidando con algún camarero desganado y falta de...

Cafeteria bonita con un buen potencial, la terraza tiene la peculiaridad de que siempre esta en sombra lo que es contraproducente en invierno pero un alivio en verano, la lastima es la actitud altanera en ocasiones de los camareros que te miran por encima del hombro, o de arriba a abajo como si te acabaras de bajar de un ovni, tienden a dar la impresión de estar prejuzgando y eso no me gusta.Me alegra la actitud con la que habeis encajado mi critica y eso os honra, comprendo que puede haber sido un poco dura y difícil de encajar pero lo habéis hecho con afán de mejora, así que un punto para vosotros, seguiré...

Me dejé caer hoy por aquí, para comer con unas amigas, y la experiencia fue de DiEZ.

Los sándwiches que pedimos estaban increíblemente buenos. ¡Y son enormes! La calidad, impecable. Y son muy económicos.

Para terminar, la atención por parte de los camareros fue inmejorable. Sobre todo, por parte del chico que estaba en (el que creo que era) el primer turno del día.

Vamos, que no será la única vez que me deje...