Después de acudir durante varios años en vacaciones al actual Cosmo (antes conocido como La Cometa) tanto a mediodía como por la noche, lo mínimo que cabría esperar sería un trato respetuoso hacia los clientes. Pues bien, aquí pasa justo lo contrario: parece que a la señora que lo dirige se le ha olvidado lo básico de la hostelería, que no es ni la decoración, ni los manteles, ni las lucecitas, ni las poses de “beach club”, sino respetar y cuidar a quienes mantienen vivo tu negocio.
Durante años, en este local, nos hemos gastado nuestro dinerito en comidas, cenas, cañas a mediodía (cosa que denostan) y raciones. Y sin embargo, lo que hemos recibido a cambio, cuando vas a mediodía a tomar en principio unas cañas, es la categoría de clientes de segunda, porque en este lugar existe una obsesión enfermiza: solo “comer o cenar” parece tener valor. Lo demás, cañas, tapas (no existen), raciones, sobremesas largas, algo bastante común en esta tierra, es considerado casi una falta de respeto. Y lo que no entiende esta señora es que el cliente español, al que tanto parece despreciar, funciona así: primero cañas, luego raciones, y después lo que vaya cayendo, copas incluidas. Y a veces, ente unas cosas y otras, ese cliente deja más dinero que la mesa de turistas que vienen a comer deprisa y se marchan. Pero claro, aquí la aritmética de la vida real no cuenta, solo cuenta su prejuicio.
Y si entras con la intención de “cañear”, directamente te arrinconan en un pasillo incómodo, como si fueras un apestado, una especie de gueto improvisado, un pasillo de paso entre dos casas (habría que ver si tiene permiso para estar ahí). Y lo peor no es el lugar, sino el gesto de ella: ese gesto que grita “no eres bienvenido” antes incluso de abrir la boca, si no te dicen directamente ¡¡NO!! Como nos dijeron a nosotros nada más llegar a Mojácar de vacaciones ya que está muy cerca del apartamento. Parece ser que no le gusta la clientela española. Pues perfecto: que ponga un cartel que lo diga bien claro. Porque lo de “beach club” le queda no grande, sino ridículamente enorme. Esto no es un beach club: es un local con buenas vistas y un complejo de superioridad mal digerido, el beach club abarca cañas, copas y todo lo demás.
Y hablemos de la comida: nada especial, nada memorable. Precocinados y congelados básicamente. Que siguieramos viniendo años atrás lo haciamos por el sitio, por la ubicación al lado del apartamento y por la nostalgia de lo que fue "La Cometa". Porque ahí sí se te trataba con educación y hospitalidad, ahí sí sabían lo que era poner una tapa decente con la bebida, ahí sí daba igual que entraras a cenar, a tomar un café o a pedir solo una copa. No había que clasificar a los clientes como si fueran ganado de primera y de segunda.
Lo triste es que un sitio con una ubicación tan buena haya acabado convertido en un decorado vacío, sostenido por un concepto que no se cree ni quien lo regenta. Lo que antes era hospitalidad, sencillez y buen trato, ahora es puro postureo mal enfocado y un desprecio evidente hacia la clientela local.
Así que conviene recordarlo: estamos en España. Y si no le gusta la clientela española, lo honesto sería decirlo abiertamente, para luego no relegarla al pasillo guetto, pero conmigo van listos. Porque a quienes conocimos lo que fue La Cometa, no nos engaña: este sitio ha perdido el alma, el encanto y, lo peor, el respeto. Ahora solo queda un espejismo pretencioso al que ya no compensa volver.
Volveremos, sí, pero el día que cambie de gestión el negocio. Y ojalá sea más pronto que tarde. Hasta entonces, que lo disfruten franceses e ingleses, que es para quienes está concevido este local, con total derecho, en este mal llamado “beach club”. ADVERTENCIA A LA CLIENTELA ESPAÑOLA: NO DIGÁIS QUE VAIS A "TOMAR ALGO" que no os van a hacer ni p...caso!!! Actualizado a respuesta de la propietaria: ¿Una cerveza? Te pedimos la carta y nos tiraste con mucha mala leche el QR encima de la mesa. Además de mala hostelera,y tratar fatal a los...
Read moreWhat could be better than popping into a bar/restaurant, ordering a cold beer and listening to some blues? After all, isn't that what live blues is all about? We read that Quasi Blues, having seen them on youtube, were playing live at 2pm on 29/10/23 so made a special trip to see them. Walked in to take a seat and was told abruptly we ' have to sit over there, not here'. We took our seats and waited 10 minutes, being totally ignored, to order our drinks. On enquiring about drinks we were told we would not be served drinks as we hadn't made a reservation, yet we were offered (reluctantly) a seat. We then asked if we could have a drink outside the front of the venue. We were shocked by the attitude of the owner(?) whose reply was 'I'm on my own, I'm too busy, I can't do everything'...or words to that effect. Can't comment on the food, drinks etc. as we were not even given the chance to sample anything on offer. Definitely can't recommend this place (seems very clique), but Quasi Blues seem like a good bet......if you're allowed...
Read moreA gem of a restaurant. Stepping into this welcoming space, the sea a glance away from the stylish wooden decked terrace, a perfect spot for a day time siesta meal while relaxing, or a moonlit evening enjoying some of the many delightful dishes that the hosts offer. The carefully thought-out menu compliments the sea air and relaxed atmosphere. Inventive use of the freshest vegetables and fish result in delightful twists of taste and combinations. Organic wines and refreshments compliment. Unique ideas abound in perfect harmony. Resulting in an experience as unique as the passion that is clearly behind this lovely space. The terrace leads down to the sea, a beautifully picturesque space for a wedding or summer gathering. The interior space, sheltered, with uniquely furnished spaces for intimate gatherings large or small. With music also the heart, artists are invited to perform for added special events.
We enjoyed four delightful meals here, the food cooked to...
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