MATIGUS Asador restaurante — Restaurant in Moralzarzal

Estuvimos la pasada semana 13 amigos con nuestros niños ya que habían estado anteriormente y habían comido muy bien. Lamentablemente la experiencia fue un fiasco debido a la actitud de la encargada. La realidad es que parte de la culpa fue nuestra ya que al reservar nos preguntaros cuantos cocidos íbamos a tomar, y reservamos 9. Al pasar al restaurante y tomar unas cañas antes en la barra, vemos que al final algunos queríamos cambiar y serian solo 7 cocidos y el resto a la carta. La encargada nos dijo que no podía ser ¿? que solo nos dejaban cambiar 1. Entendiendo que aunque los hablamos reservado, no comprendíamos como en una mesa de 13 y que ademas íbamos a ir a la carta, nos dijeran eso, ademas de forma muy tajante.. Ademas, un par de niños comentamos que querrían compartir uno de los menús, y nos dijo que no podía ser ¿? que fuéramos a la carta ..... en ese momento, varios estuvimos a un tris de pagar las consumiciones e irnos a otro lugar..... ¿¿Alguien le ha explicado a esta señorita algo de atención al cliente?? Al final decidimos quedarnos, pero ya el resto fuimos a menú del día..... ¿No hubiera sido mas razonable dejar cambiar esos dos cocidos y darnos satisfacción como clientes, ademas que íbamos a gastar bastante mas que en el menú del día??? Después al pagar, una amiga fuer a hablar con ella ya que ni siquiera habían incluido alguna de las bebidas en el menú, cosa habitual el compensar ya que ademas hablamos pedido vino aparte del del menú...... En definitiva, atención pésima de la encargada , aunque el servicio estuvo bien. Nos pensaremos volver ya que en la sierra hay montones de restaurantes que te tratan fenomenal y no te ponen ningún problema. Respecto a la comida, estaba buena, pero lamentablemente una experiencia...

Lamentable experiencia. Acabo de pagar más de 120€ por dos comensales y lo único que mereció la pena fue el vino (un Emilio Moro a 32€), eso sí, servido sin darlo a probar. Según entras al local, un olor a fritanga te enbriaga. Llegas a las mesas y don pequeñas e incómodas. La carta muy aparente: pedimos unos puerros crujientes y unas zamburiñas. Los primeros, originales en su concepción, se echaban a perder con una supuesta salsa de boletus (que no era tal) y una especie de pisto de bote, que anulaban cualquier sabor reconocible. La textura lo único que valía la pena. Y respecto de las zamburiñas, típicas congeladas, sin ninguna gracia especial. De segundo un cuarto de cordero para ambos comensales. Decir que estaba salado es poco; ni el mar muerto tiene tanta sal. La piel nada crujiente y el cordero en sí lamentablemente recalentado. Y eso que comimos a las 13’30, así que sin duda era de ayer. De postre un arroz con leche decente y un coulant de chocolate sin más, acompañado de un helado industrial de sabor indescriptible e inedintificable. A la hora del café tuvimos otra desgracia, pues al parecer no trabajan el descafeinado. Nos ofrecieron un licor pero huimos tras pagar una cuenta desproporcionada. El ambiente, algo sórdido, con grupos en la barra armando bulla y un perro que se coló tres veces al menos en el comedor. El servicio más pendiente de sus cosas que de los clientes. Ciertamente para no regresar jamás. De las peores relaciones calidad...

Acabamos de "comer" en este sitio, del que habíamos oído hablar. La experiencia ha sido nefasta. Hemos ido dos personas a comer, a uno de los dos no le apetecía comer nada del menú (que le vamos a hacer), y quiere pedir a la carta, a lo que nos dice el camarero que por ser la primera vez nos deja, que si no, si uno pide menú, el otro también, a mi que me lo expliquen. Nos toma nota, y hasta que no nos trae la comida no trae la bebida, hemos estado esperando más de diez minutos hasta poder echar un trato de agua. Me traen el primero de mi menú, una ensaladilla sin más, patata, cebolla, zanahoria y algún encurtidos, con un trozo de gambón, sin más, lo niños de Masterchef podrían dar lecciones aquí. Termino mi primero antes de que traigan el plato de mi acompañante, que pidió un bacalao de la carta, y aquí coincido con un comentario de alguien que opinó sobre su experiencia, ni el mar muerto tiene tanta sal. Mi segundo me lo traen después de que mi acompañante terminase de comer. Pedí pulpo a la brasa, y la verdad que la brasa no la han encendido hoy, porque el pulpo estaba cocinado a la plancha como mucho. A la hora de pagar nos querían cobrar mi bebida del menú a parte.

En fin, un despropósito en toda regla.

Para no volver. Solo espero que igual que contestan a los comentarios que son favorables, me contesten a mi para que aprendan que todos los clientes...