Actualizo (marzo de 2023)
Siempre es un buen lugar para llevar a alguien que ame el sushi y acertar. Esta vez nos atendió otro encargado muy simpático y la chica que toma nota de las comidas es una trabajadora excepcional. Una máquina que no para y gracias a la que funciona todo el salón y no es pequeño. He probado platos nuevos, que añado a los antiguos y que han sido un Win. El tartar de atún con salmorejo, muy rico. Los Rollitos Osusume de Rabo de toro (mismo relleno que el Bao de Toro), bastante original y muy bueno. Las gyozas tradicionales son infinitamente más ricas que las Kanbun (antes se hacían con salsa de carne y ahora es con salsa de pollo y no tienen tanto sabor) y la salsa de Gyozas que te ponen, espectacular. También probamos, como novedad, el Pad Thai y nos sorprendió gratamente, muy muy rico, el toquecito de lima espectacular. Quizás eché de menos un poco más de cilantro, que no lo vimos por ningún lado y somos muy amantes del mismo. No nos quedaba hueco para postre y nos pusieron de invitación de la casa, 2 copitas de sorbete de limón con cava (Increíble). Pagamos 52€ comiendo 5 platos, para 2 personas y me parece un precio increíble para una cena de viernes en un restaurante japonés de grandisima calidad. ¡Ah! Y un detalle que pocas veces pasa: entramos a las 21.45h y a las 22.20h habíamos terminado de cenar, un servicio muy rápido, ágil y un equipo muy dinámico. Es, sin lugar a dudas, mi restaurante japonés de confianza, donde sé que siempre acertarán con los nuevos clientes a quiénes recomiendo ir. Así que tenéis que probarlo.
Cuando voy, los platos obligados son las Gyozas (he probado las Kanbun y hace 2 años estaban mejor, no sé si será mala suerte, pero no tenían el toquecito de plancha y le faltaba fuerza al sabor del caldito de carne que le echan), los panes Bao, el de pato con salsa hoisin (el mejor, una auténtica locura) y el de rabo de toro (al que le falta el toque asiatico, pero está bien) y los nigiris de pez mantequilla con trufa (el pescado muy rico, muy diferente a otros sitios más económicos en cuanto a calidad, ahora, subir 0,85€ por un pegotin de trufa, me parece excesivo).
Otra vez que fui, probé los tallarines Yakisoba, de lo que hay, además, media ración y estaban increíbles.
Como podéis ver en la carta, no es un sitio extremadamente caro y está muy bueno.
Las camareras son un encanto, súper amables, profesionales y atentas...
Y bueno, por último, la decoración está muy cuidada y el lugar tiene un ambiente precioso, cómodo y agradable.