Restaurante Casa Rico — Restaurant in Santa Pola

We came to the restaurant, sat down - waitress passed me several times, looked at me directly, stand next to me drinking cola and never came by until I stand up and toke the menus. Food - horrendous. Small portions and i have been unable to eat anything other than calamari’s. Too salty, too oily, just bad. I have been eating in loads of places. I’m not picky. But that was one of the worst experiences in my life. The only tasty thing was dessert - although it was straight from mercadona. Then we finished our main dish, they looked at us and again - 30 min waiting with dirty plate on the table. Then they came asking for a dessert when we looked very annoyed. 😡 Staff were nice when they were talking to us but in general they didn’t...

Un restaurante con una comida muy buena, pero una organización muy mejorable.

Cuando llegamos, no nos pusieron carta en la mesa. Es cierto que la estábamos consultando a través de la web del restaurante, pero también es cierto que lo estábamos haciendo sólo 2 de los 6 comensales.

Pedimos unos boquerones fritos, pero ya no quedaban (llegamos a comer un poco después de las 14h), así que los pedimos adobados. Esto, junto con un pulpo a la gallega fueron los entrantes. Los boquerones estaban buenos, y el pulpo, sin ser de los mejores que he probado, también estaba bueno.

Los arroces los habíamos encargado un par de horas antes de llegar, para que tuviesen tiempo de prepararlo, pero aún así tardaron una hora en servirlo. El seco con tropezones estaba muy bueno, y el meloso con setas, gambas y rape estaba espectacular.

Para el postre hubo una nueva pausa considerable, hasta que vinieron a tomar nota. De la extensa carta de postres que habíamos visto en la web, apenas tenían 4 o 5 que nos dijeron de voz, y de ellos, sólo 2 eran caseros. Yo no me pedí, pues el que me había llamado la atención de la carta, no lo dijeron.

En total salimos a unos 35 euros por pareja, con algunos postres, y refrescos en tamaño pequeño (que a día de hoy sigo sin comprender cómo los siguen sirviendo).

La comida estuvo realmente rica y en cantidad de sobra. El servicio dio la impresión de poco atento, poco profesional y descuidado con los detalles.

Eso sí, reseñar que tuvieron un muy buen detalle que hasta ahora, en ningún sitio que había comido lo habian tenido: nos invitaron a la comida de las nenas (unas longanizas con patatas). De verdad que este gesto fue muy de agradecer, y muestra de que no buscan sacar el dinero al cliente injustificadamente.

Y es que, para la calidad de la comida, el precio estuvo bastante bien. Había platos para comer por precios muy elevados, pero otros en cambio muy moderados, como los que pedimos, y de una calidad excelente.

El restaurante tiene además concierto con un parking cercano con el que tienes 3 horas gratuitas por comer allí.

En resumen, si mejoran el servicio y la atención, podría ser un restaurante para repetir sin dudarlo y más aún para recomendarlo...

De antemano diré que comimos un caldero para tres muy bueno, quizás algo escaso de arroz, pero muy bueno. Hasta aquí la nota hubiera sido de cinco estrellas.

Reservamos mesa para las 14:30 diciendo que íbamos a comer tres calderos. Llegamos puntuales y la camarera, muy amable, nos dijo que el caldero tardaría 25 minutos, un tiempo normal para los arroces. Pedimos un entrante para hacer tiempo. Mientras tanto la mesa de al lado era una de esas mesas liantes e impertinentes que no recuerdan lo que piden y luego recriminan a la camarera los errores que no son de ella. Alabamos a la camarera su paciencia con esa mesa y creo que fue lo peor porque pudimos hacer porque luego ya nos tomaron por el pito del sereno. Las mesas que llegaron después que nosotros comieron su caldero antes. Tuvimos que esperar más de media hora entre cada uno de los tres platos. A las 16:10 estábamos reclamando el arroz del caldero ya rabiosos porque con tanta espera entre plato y plato se te quitan las ganas de comer. Una magnífica comida convertida en una mala experiencia, primero porque nos dijeron 25 minutos que se convirtieron en más de hora y media, segundo por la espera entre plato y plato, y tercero por servir a los demás sus calderos mucho antes que a nosotros, llegando más tarde. Si nos hubieran advertido esto de antemano hubiéramos ido a otro sitio y todos tan amigos. Ya no quisimos tomar...