Pasando unos días en Sanxenxo, decidimos salir del hotel a dar un paseo y cenar fuera. Miré valoraciones en google y probamos este maravilloso restaurante. La chica que nos atendió (nos contó que era la casa de su abuela y llevaba 80 años abierto) nos aconsejó un buen vino 🍷 para acompañar los platos. También nos aconsejó en base a la cantidad, cuantos platos pedir. En definitiva, la atención fue muy buena por parte de ella.

Cómo tengo que valorar “todo” no puedo quitarle ninguna estrella pero si es cierto que los postres nos atendió otro camarero y el de queso hubiéramos agradecido que nos explicaran que era más fuerte puesto que era de requesón. Quedó entero en la mesa y pedimos otro que tampoco gustó, (era para nuestra hija) repito la culpa no es del restaurante por eso no quito estrella pero si es cierto que alguien más profesional o con más tiempo nos hubiera ayudado a elegir un postre adecuado para una niña. (Al igual que nos aconsejó el vino)

Dicho esto, volvería a repetir pero eso si, preguntando los postres antes de pedir. La comida casera, tradicional y muy buena. El sitio y el ambiente fenomenal.