Recientemente, tuve el placer de disfrutar una experiencia culinaria verdaderamente memorable en un acogedor restaurante que se ha ganado una sólida reputación por su fusión de sabores tradicionales y modernos. EL PANTERA - GASTROBAR.
Comenzamos nuestra degustación con las croquetas, cuya textura crujiente por fuera y cremosa por dentro las hicieron simplemente irresistibles. El equilibrio perfecto entre la suavidad del relleno y el dorado de la cobertura fue un verdadero deleite para el paladar.
La ensaladilla nos sorprendió gratamente con su frescura y sabor equilibrado. Cada bocado era una combinación armoniosa de ingredientes frescos y bien sazonados, lo que la convirtió en una opción ligera y refrescante para empezar la comida.
El gofre de carne fue una innovación que capturó nuestra atención. La carne, jugosa y perfectamente sazonada, complementaba de manera exquisita la textura del gofre, creando una fusión inusual pero muy satisfactoria.
Las patatas bravas, un clásico que nunca falla, destacaron por su salsa brava con el punto justo de picante y una alioli sedosa. Las patatas, crujientes por fuera y tiernas por dentro, fueron el acompañamiento perfecto.
Y para el plato fuerte nos decantamos por el arroz negro , ya que nunca lo había probado y fue una buena experiencia. El arroz negro, con su profundo sabor a mar y su textura al dente, fue otro plato estrella de la noche. La tinta de calamar añadía una riqueza y complejidad que elevaban el plato a otro nivel, haciendo que cada bocado fuera una experiencia única.
Para culminar nuestra velada, nos deleitamos con una torrija excepcional. Crujiente por fuera y suavemente impregnada por dentro, esta delicia nos ofreció un final dulce y satisfactorio, dejando una impresión duradera de la excelencia del restaurante. En las manos del chef OUSMANE La atención y servicio muy bueno de parte de los camareros en...
Read morePésima experiencia!!!
La comida no puedo valorarla porque no pude probarla...
Llamamos por teléfono para reservar a las 15:15 (porque estábamos bastante lejos) y nos pidieron que llegásemos antes, máximo a las 15:00, "porque cierran a las 16:30", y tras hacer el esfuerzo de llegar a la hora que nos pedían, nos encontramos con que no teníamos sitio donde sentarnos porque había mesas en las que ya habían terminado de comer pero aún no estaban libres (no entiendo ese sistema de "reservas"... si quieres doblar turnos en las mesas lo mínimo que tienes que hacer es preocuparte de que las liberen a tiempo para el siguiente turno)
Para colmo de los despropósitos, una vez pudimos sentarnos tuvimos que esperar más de 20 minutos sin que nadie viniera a tomarnos nota, a pesar de que lo reclamamos varias veces, pero el chico que nos atendió desde el principio (muy amablemente, eso sí) nos decía que "él no podía coger comandas" y que "enseguida vendría el compañero encargado de eso", cosa que nunca pasó por más que esperamos (quizás tuvo algo que ver el que los camareros y los cocineros estaban demasiado ocupados discutiendo entre ellos)
Al final pagamos las 2 bebidas que nos habían servido al llegar y nos marchamos sin comer, cerca de las 16:00, con lo que no sólo no nos atendieron ellos. sino que nos quitaron la posibilidad de haber ido a otro sitio en el que sí lo hubieran hecho...
Desde luego, no volveremos a pisarlo ni tampoco lo recomendaremos nunca a nadie,...
Read moreMe habian hablado bastante bien de él, teniamos ganas de ir y ayer era el día, fui a mediodía con mi marido, reservamos una mesa para dos. Un solo camarero para salón y terraza. La comida estaba buena en general, son tapas o platos de elaboración diferente a la cocina clásica, mezclan sabores dulces y salados, como el gofres con carrillada que pedimos o mezcla de sabores como la rosada con adobo y una salsa que no recuerdo ahora de que era, este plato junto a las gyozas de cola de toro nos lo aconsejo el camarero, estaban bueno ambos, por último pedimos el risoto con carbonara y cecina de León que la verdad estaba muy insípido, pedimos un poco de sal para remendarlo pero no es esa la solución a un plato que cuesta 13€. De postre tomamos un Ferrero Roche con helado de vainilla, excesivamente dulce con un sabor muy ligero a chocolate, no nos apasionó. El servicio es muy lento, para tomar esto nos llevamos allí más de una hora y media y por último un detalle que fue muy feo, el camarero a cada mesa nos fijamos que ofrecia un chupito de no se que de sandia y otro mas, algo que no hizo con nosotros, obviamente tras dejar alli 60€ hubiera sido de agradecer aunque posiblemente hubieramos declinariamos el ofrecimiento, pero es un detalle muy feo que no pude callarme al salir y le di las gracias, irónicamente claro esta, al camarero. No se si...
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