María Castaña — Restaurant in Tarragona

Acaban de abrir y parece que será un establecimiento interesante. Lugar de la visita: María Castaña Fecha de la visita: 15.05.2019 Este establecimiento de reciente apertura (14.05.2019) ocupa el mismo local en el que se encontraba una panadería /cafetería y que cerró hace unos meses. El local es muy amplio, con techos altos, mucha claridad y una decoración muy, pero que muy original. En el exterior han instalado bastantes mesas conformando una amplia terraza. Todavía no tienen preparadas las cartas, pero en varias lugares del local hay pistas escrita, como por ejemplo: Atún encebollado, Habas baby salteadas, Chipirones de lonja, tablas de quesos, Alcachofas con foie, productos de KM "0", etc.. En mi primera visita he estado desayunando un café con leche, (que estaba bastante bien, aunque para mi gusto hubiese preferido que predominase más el sabor del café que el de la leche, como era el caso) y un mini bocadillo de atún con pan de cereales, que estaba muy bueno, todo por 2,20 euros, un precio muy bueno si lo comparamos con otros establecimientos de la zona. No sé cuantos empleados/as atenderán a la clientela, pero en este momento había dos chicas jóvenes muy simpáticas y atentas, que se les ve que le ponen "ganas" en lo que hacen, si bien creo que no tienen mucha experiencia por lo que pude observar (o bien estaban un poco nerviosas por la apertura del local y con cosas pendientes de terminar/funcionar, como la máquina que expide los justificantes de pago o tickets que todavía no funcionaba), aunque creo que pronto adquirirán...

Fuimos un grupo de 7 personas al bar y, al llegar, echamos en falta un poco más de atención por parte del camarero que nos recibió. No nos preguntó qué queríamos y, al solicitar juntar dos mesas, no mostró mucha disposición, por lo que tuvimos que hacerlo nosotros mismos. Por suerte, otro camarero (que parecía ser el encargado) fue bastante más amable durante el servicio y se notó su diferencia de trato.

Pedimos hamburguesas tipo smash con doble carne, pero en realidad resultaron ser una única hamburguesa grande partida por la mitad, con un pan muy básico, más parecido al de supermercado. También pedimos calamares, que lamentablemente no estaban buenos: eran las típicas anillas congeladas, cuando previamente habíamos preguntado si eran de calamar o de pota. En este punto creemos que se podría mejorar tanto la calidad del producto como la transparencia en la información.

Como aspecto positivo, al final de la comida, cuando pedimos la cuenta, el encargado vino personalmente y nos devolvió el importe de los calamares, lo cual es un gesto que valoramos mucho y demuestra interés en la satisfacción del cliente.

En general, la experiencia tuvo luces y sombras: el servicio podría mejorar en atención inicial y la comida en calidad, aunque la actitud del encargado nos pareció un detalle...

Entiendo que a veces la cantidad de gente supone que el servicio vaya más lento, pero es que no solo hemos estado esperando una media de 15/20 minutos entre plato y plato, sino que para cenar, a las 21h, ya no habían platos que estaban en carta, la ensalada que pone literalmente que tiene aguacate y burrata no era de aguacate, era de guacamole (podríais cambiar la carta si eso). Pido la ensalada de cherrys y ventresca esperando una ensalada normal, fría, y me llega un plato más bien caliente, sin ningún aviso previo sobre cómo era el plato. Llegaron platos equivocados…

Las camareras han sido un amor, pero me parece increíble que sigan aceptando clientes cuando CLARAMENTE no pueden hacer frente a un servicio mínimamente aceptable. No recomiendo este sitio en absoluto. De verdad soy una persona que normalmente da buenas reseñas y comprende muy bien las circunstancias del sitio en el que estoy, pero lo de hoy no solo me ha dejado con hambre sino con una molestia muy grande.

Ah pero para traer la cuenta tardaron menos de...