La nueva cultura woke, para no repetir mas
Hace unos días estuvimos comiendo en el Rte. Treintaitres de Tudela, ya habíamos estado el año pasado y nos gusto, tanto lo que comimos como el trato que recibimos. Hicimos la reserva 14,30h y nos acompañaron al comedor, de la planta inferior, donde nos entregaron las cartas y pedimos la de vinos. Como nos gusta comer bien necesitamos estudiar la oferta que ofrece el local y decidirnos mientras pedir el vino que íbamos a tomar, en dos ocasiones mientras comentábamos lo que íbamos a pedir (el comedor solo estaba ocupado por una mesa con unos seis o siete chicos) el dueño del restaurante no hacia mas que acercarse a nuestra mesa atosigándonos, en la tercera ocasión que hizo el mismo gesto le dije que en un momento le diríamos lo que íbamos a pedir, su respuesta fue decirme que el estaba tranquilo y que no me pusiera nervioso, dándome unas golpecitos con la mano en mi hombro. Con mucha paciencia no dije nada y pedimos los platos que queríamos probar, nos trajeron el primero, (los primeros eran para compartir) que eran unas alcachofas fritas con foie fresco, no las pudimos terminar, aun reconociendo que no era todavía plena temporada, empieza en octubre y esto fue a finales de septiembre, ambos coincidimos que estaban muy grasientas y así se lo comentamos a la camarera cuando nos pregunto si no nos habían gustado. Trajeron el otro plato que íbamos a compartir, pimientos de cristal con papada ibérica y yema de huevo, cuando lo trajeron acompañando las yemas habían colocado un trozo de carne que básicamente esta cubierta de grasa (las piezas de cerdo ibérico, al menos nosotros antes de hacerlas les quitamos la mayor parte de la grasa que tienen), mi acompañante dio el primer bocado y dijo que estaba muy grasiento, yo lo probé y también coincidí con ella, con lo que decidimos no seguir comiéndolos. Tengo que hacer constar que para contrarrestar el efecto del exceso de aceites en la cocina lo compensan con la práctica ausencia de sal en la elaboración, quien no quiere no se consuela. Con el segundo entrante de nuevo vetado, se acerco el dueño a nuestra mesa y como no le debió gustar los comentarios que le expusimos tomo la actitud que describo a continuación, también tengo que matizar que entre plato y plato ocuparon una mesa al lado nuestro y mientras tomaba nota estuvo casi rozándome (a unos cuatro dedos) mi espalda con sus posaderas. En un sitio que presume de una categoría Premium, es inadmisible e inaceptable la postura que adopto el dueño del local, como no le gusto lo que le comentamos, tomo una actitud de total mala educación, increpándonos, levantando el tono de voz y ante mi decisión de pedirle que anulara los segundos platos y me trajera la cuenta, acabo de perder los papeles, gritando y diciendo que la comida se había terminado, “agarrando “ las dos copas de vino, que chocaron en su mano y retirando de malas formas el resto del servicio, para a continuación con su elevado tono de voz echarnos del restaurante con gestos soeces. Conclusión, en un local en el que íbamos a pagar cerca de 180 euros, incluyendo un vino de unos 40 euros es inadmisible que pueda suceder esto. Estoy en desacuerdo con la nueva cultura woke, en la que todo vale porque somos todos iguales, no soy su colega ni su compadre, no tienen porque tutearme desde del inicio de la entrada del local ni el dueño ni los camareros, siendo como es un restaurante en que los precios no son baratos y quieren mantener un status alto. Pero lo mas inaceptable es el estilo del dueño del local que aun no ha olvidado sus orígenes de trabajador de tabernas y casas de comidas y el trato que nos dispenso lo deberá utilizar con los colegas de sus tiempos de aprendiz de tornero y antiguos clientes de su pasado. No se merece ningún respeto y a ver si aprende a aceptar las criticas, mas cuando se le dicen con educación, es usted un impresentable y un mal educado, y recuerde que la noria sigue girando y no siempre se...
Read moreEsta crítica se plantea desde la relación calidad precio del restaurante, no voy a hacer explícito que en ese establecimiento se coma mal; pero, al menos lo que yo tuve la oportunidad de probar, no estaba a la altura del precio que tenía. Asistimos dos personas al restaurante y pedimos uno de los menús que se sirven a mesa completa, en este caso un menú de verduras cuyo coste es de 59€ por persona. Dicho menú lo conforman 7 pasos: una crema de calabaza, borraja con patatas a la importancia, un guiso de trigo, un pisto, una crema de foie con alcachofas, unas pochas con cocochas y sepia y, como postre, una torrija. Si bien toda la comida era disfrutable, se trata de un menú extraordinariamente plano y tradicional; nada a la altura de a lo que se aspira en un local que rezuma un intento de alto standing, pero se queda en mera pretenciosidad. Los elementos que tratan de hacer leves cambios en las formas tradicionales de las preparaciones están mal introducidos o, simplemente, no tienen sentido. A lo largo del menú, todos los platos eran platos de cuchara (cuando digo todos, me refiero a que durante toda la cena jamás se tuvo que hacer uso de un tenedor o un cuchillo): esencialmente parecía un menú sacado de la mente de alguien que hubiera tenido que diseñar la alimentación de un geriátrico. Por otro lado, los elementos que buscaban un contraste en la textura de un puré o una crema a través de elementos crujientes estaban mal ejecutados (sirviendo una lámina de algún tipo de cereal chicloso en un guiso de trigo extraordinariamente pasado de cocción o unas alcachofas pasadas de fritura que acababan resultando incomestibles por su agriura). Paralelamente, para ser un menú de siete pasos, las raciones eran inexplicablemente abundantes y servir como último paso previo al postre un gran plato de pochas no guarda ningún tipo de lógica en lo que a perseguir el bienestar del comensal respecta. A esto hay que sumar que el jefe de sala, era una persona que no estaba a la altura de sus funciones, desarrollando un trato con el comensal cuyos límites sobrepasaban en ocasiones los del buen gusto. ¿Repetiría la experiencia? Es posible, porque como digo la comida era adecuada, pero para un menú de un máximo de 15 o 20 euros...
Read moreFantastic showcase of Tudela’s vegetable garden. The service was very friendly and professional, waiter was funny and warm but not overbearing. Definitely book on the weekends, we didn’t and were lucky to get a table because we were there as the restaurant opened. All the dishes were outstanding, we had the pepper carpaccio, artichokes, turbot and kokotxas, with sorbet and French toast dessert. There is as much care and deliciousness put into the garnishes as the dishes, and they also serve as a taste of Tudela’s great veggies. Pricey but...
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