El Miracle

¡¡Maravilloso!! Desde principio a fin ❤️ nos atendieron enseguida y nos pidieron el pasaporte Covid, algo que agradecimos mucho porque nos sentimos bastante seguros; eso ya nos mostró la responsabilidad y compromiso por la seguridad y el cliente. La carta era una indecisión, queríamos probar todo (ya que veníamos desde Madrid) y escogimos 5 platos para compartir. Empezamos con las patatas bravas y sus salsas, que estaban buenísimas y crujientes. Para nuestro gusto, lo mejor fue el rulo frambueso y la leche frita, aunque todo estaba delicioso. No nos tardaron nada en atender, los platos los sacaron con premura. Los solomillos estaban muy tiernos y la carne era genial (mi pareja que es fan de la trufa dijo que los solomillos estaban de lujo, aunque la trufa se perdía un poco en la salsa y se degustaba de forma sutil). El crepe tradicional con jamón serrano estaba muy bueno, aunque como va relleno de queso llena mucho y casi no pudimos terminarlo. Nos quedamos con las ganas de pedir la sepia y la tarta de queso pero no podíamos comer más. Estaba todo súper rico!! Los camareros muy atentos de que no faltara nada en la mesa, de quitar espacio en la misma con los platos vacíos... La atención de 10!!! La comida de 10!!! Gracias por hacer feliz a personas con intolerancia al gluten, pues cuesta mucho encontrar establecimientos así, con una carta excepcional y todo buenísimo.

El aspecto mejorable: hubiera sido redondo si nos hubieran colocado en otra mesa. El restaurante tiene dimensiones de tamaño medio y entendemos que por temas de Covid las mesas tienen que tener la distancia de seguridad pero nos colocaron justo en la mesa frente a la puerta de entrada y salida, que estaba a 1 metro y medio de nuestra mesa; fuimos a cenar por lo que por la noche hacía más frío aún y al ser un lugar de tránsito, entrando y saliendo gente de forma constante, y los camareros saliendo para atender la terraza de fuera, no paraba de hacer frío y yo que estaba justo de espaldas a la puerta de entrada estaba helada. No me puse el abrigo para cenar porque me daba apuro y mi pareja estuvo estornudando un buen rato ya casi al finalizar la cena. Observamos que había 5 o 6 aparatos de aire y solo había puesto uno, el de la esquina que da a la cristalera, con aire caliente a 30 grados para todo el local. Mi opinión personal: redistribuiría las mesas o quitaría esa concretamente, al menos en invierno, ya que el estar pendiente de "abrirán la puerta más veces?", "estoy congelada", "qué frío me está dando por la espalda", no te deja disfrutar de la cena como te gustaría... Por lo demás, inmejorable.