Cantina La Puñeta — Restaurant in Valladolid

Llevo muchos años viniendo a este restaurante (y seguiré yendo) porque la comida, el ambiente y los desayunos están genial. El problema ha sido hoy cuando he ido a reservar para 12 personas para otro día y la camarera (la que estaba de turno, porque otra que hay en otros turnos es una profesional de 10) ha decidido atender a toda la barra, aunque varios de ellos estuviesen después que yo. La barra no estaba llena y se me veía perfectamente. Hasta aquí bueno, molesta un poco pero sin más. Decido decir el típico 'perdona' y ella me mira claramente y decide ignorarme e irse a limpiar una mesa vacía lejana. Bueno vale, tiene lío. Me acerco e insisto: 'perdón'. Me mira de nuevo, a un palmo de mí, me da la espalda y se va del bar, supongo que a buscar suministros o qué se yo. Entiendo perfectamente el agobio, el jaleo, la angustia y todos los sentimientos relacionados con la atención al público en hostelería. Lo que no entiendo es que se ignore deliberadamente a un cliente, que no sabes ni lo que va a pedir; que con un 'lo siento, dame un momento' hubiese bastado. Para reservas grandes obviamente no voy a volver, sientiéndolo mucho. No me gusta poner reseñas negativas y menos que pongan en peligro el trabajo de nadie, pero sinceramente la atención de esa camarera ha...

He ido cuatro veces, esperando a otra persona dentro. No conozco a nadie allí y no es mi zona, ni siquiera está cerca. He intentado pedir el desayuno desde una mesa limpia, otra sucia y dos en barra, con el periódico en la mano, a tres persona distintas y ME IGNORAN. Limpian las mesas de al lado y la mía no. Cuando viene mi acompañante, al cual no le había pasado nunca nada aquí, sí que le atienden. Tiene que ser por mi aspecto porque es desde el primer día y la cuenta la abono yo correcta y religiosamente, sin estridencias ni escándalos. No he visto el cartel con el Derecho de Admisión, pero si lo tienen deberían señalármelo. El último día le pregunté abiertamente a una camarera, delante de mi acompañante, educadamente y mientras leía el periódico. Y se escabulló balbuceando "mi jefe....", pero sin negarlo. Es un bar al que por su ubicación van muchos funcionarios a desayunar y los gordos, molestamos, no somos clientela tan distinguida (o eso creen ellos, no saben de dónde procede mi dinero). Digo GORDOS, que no desaseados, ni mal vestidos ni mal peinados ni desaliñados ni con malas pintas. GORDOS que vamos a tomar un desayuno como personas normales. Por cierto, el "jefe" o lo que sea, no es un dechado de anorexia...

Muy mala experiencia, fuimos el sábado dos parejas y una niña, un camarero con alopecia y barba, dijo que ya nos sentaba que se quedaba una mesa libre... Después de 45 minutos esperando decidimos irnos. "¡Detonante!" Ver y oir a un trabajador también camarero comentar a alopecia que juntará unas mesas que llevábamos mucho esperando con una niña pequeña. Pues bien. Le vimos y oímos perfectamente responder., No que se esperen. Ya eran las 22:45... Es obvio que al ver y oir eso ya no quisimos cenar allí y mucho menos tenemos ganas de volver ni a tomar café. Nefasto y todo por un mal trabajador o lo que quiera ser, este para nosotros en ese momento INEPTO, desde las 22:25 empezaron a quedar otras mesas libres en las que podría solucionar el papel o mínimo ofrecer una solución. Pero repito se desentendió totalmente. Espero que está opinión al menos sirva para que no sé repita está situación. Si no quieres dar de cenar dilo cuando llegamos y te preguntamos a las 21:50 ¡Y ya está! No hagas cosas así por qué no está bien, por cierto nos marchamos a una cadena de comida italiana a unos 200 metros. "La Competencia, nombre irónico para la situación 😅" nos atendieron perfectamente pese...