Restaurante Llantén — Restaurant in Valladolid

El restaurante cuenta con un entorno muy bonito, y la terraza es, sin duda, un gran aliciente en verano. En nuestro caso, optamos por comer en el interior debido al calor, algo que es más cuestión de gustos.

Lo negativo vino con el servicio de sala. Una vez que nos sentaron en la mesa, la sensación fue la de quedar “aparcados”. Tardaron mucho en tomarnos nota y, posteriormente, los tiempos de espera entre plato y plato fueron excesivos.

En cuanto a la comida, la famosa chuleta me pareció sobrevalorada en comparación con otros restaurantes de Valladolid de similar categoría. Además, la sirvieron poco hecha para mi gusto, y lo más llamativo fue que en ningún momento preguntaron por el punto de la carne, algo habitual en este tipo de platos. Tras esperar un buen rato, mi mujer tuvo incluso que levantarse con el plato en la mano e ir casi hasta la cocina para pedir, por favor, que nos la pasaran un poco más.

Del postre directamente desistimos: tras terminar el segundo plato, estuvimos 45 minutos esperando de reloj a que alguien se acercara a preguntarnos si queríamos tomar algo más. Finalmente, tuve que ir yo mismo a la barra a pedir la cuenta, porque la sensación en el comedor interior era la de ser los grandes olvidados.

En resumen, no sé si el problema fue puntual o si suelen funcionar así, pero desde luego mi experiencia personal ha sido...

Empiezo por hablar de la desfachatez del dueño Javier, que no tuvo ni tan siquiera la decencia de disculparse ante la crítica de unos clientes habituales que reclamaban una notoria bajada de calidad y un mal servicio por su parte (no por parte de ninguno de los camareros). Es inadmisible que en un restaurante de esta categoría, se permita el lujo de no servir el vino ni darlo a catar antes de dejar la botella encima de la mesa al pasar (vino de 29€/botella). También muy curioso que la ensaladilla de langostinos tigre lleve esta vez (por el mismo precio) 3 langostinos en vez de 4, y que la justificación sea que el calibre era mayor. Permíteme dudarlo. Palabras del dueño: “Si quieres uno más o si quieres que te sirva el vino, lo pides”. Sería el primer restaurante del mundo en el que tengo que pedir que me den a probar una botella de 29€ en un restaurante de 50€/comensal. No tengo por qué hacerlo. Y sobre la carne madurada de “75 días de maduración”, será también el primer restaurante en el que esta carne no esté tierna o me la traigan medio “cocida” en una vasija con todo el jugo en el fondo. Lo triste es que esto podría haber sido solamente un traspiés del restaurante (que conocemos bien), acompañado de una disculpa a la altura del precio. Sin embargo, se convierte en un traspiés sin disculpa que nos llevará a...

Es una pena que un sitio tan bonito, en un marco incomparable, con tanto potencial y posibilidades de explotarlo aún más, esté gestionado por propietarios tan incompetentes y poco profesionales. Llevo yendo a este sitio desde que se llamaba "Las Calabazas", con un trato de siempre exquisito, de hecho los camareros son majísimos y muy atentos. Con la buena intención de organizar un evento, intentamos pedir presupuesto e ideas de cómo lo hacen. Tras numerosas, llamadas, mails, visitas... y 1 mes de espera lo envían. Sin estar de acuerdo en la propuesta, solicitamos y proponemos alternativas. No se nos explica y se limitan a indicarnos que gracias por el interés. Nos personamos para hablarlo e intentar llegar a un acuerdo, y nos encontramos en Javier(1 de los dueños) en actitud prepotente y desafiante que sin cita allí no hablaba y que se cerraba en ese alternativa que nos envíó, que si nos interesaba bien y sino que nos fueramos. Una pena...Se negaba a darnos hoja de reclamación sin tener a nuestro abogado delante..bueno unas cosas que jamás había visto en ningún local o restaurante. Ojalá que antes o después llegue a este restaurante un profesional que sepa llevarlo, gestionarlo y sepa tratar a la clientela. Desde ayer pierde 2 clientes habituales y un evento de más de 70 personas....