Después de haber corrido una cursa TRAIL decidí HOMENAJEAR el cuerpo con un PICOTEO bien bueno, como acompañantes tenía a una pareja de buenos amigos y a mi mujer.
Todas las terrazas de Vielha estaban LLENAS a excepción de la del Coto Mazo, ¿Casualidad? No lo creo.
Durante la cursa TRAIL me picó una avispa (tuve que mear en la picadura) y también salvé a diversos animales, así que pensé que el KARMA me debía una y por fin tenía suerte.
Preguntamos a la amable camarera si la mesa estaba libre para PICAR ALGO y con una perversa sonrisa nos dijo que sí, seguido de una risa malvada (MUAHAHAHAHAHAHA), me recordó a la bruja Maléfica.
A partir de aquí es importante marcar el timing de la estancia. Nos sentamos a las 20:21h.
20:30h: Maléfica NOS TOMA NOTA después de darle varios toques de atención. Pedimos unas bravas, 3 jarras de cerveza y una caña de cerveza.
20:40h: Maléfica nos trae las cervecitas. 19 minutos después de habernos sentado.
20:45h: Maléfica nos trae las bravetllas.
20:57h: Nos terminamos las bravas, que estaban muy aceitosas y tenían una salsa bastante mediocre.
21:00h: Mientras nos terminamos las jarras de cerveza nos ponemos a jugar a un juego de mesa en el cual la partida suele durar entre 15 y 20 minutos.
(Durante este periodo de tiempo Maléfica sacrifica un cordero y logra atraer clientes, así que se le llena la terraza. (En Vielha no cabía un alfiler))
21:12h: Una empleada del local nos trae la cuneta sin pedirla. Primer toque de atención. ¿Aun tengo una brava bajando por la garganta y ya me estás trayendo la cuneta?
21:15h: Pagamos con tarjeta unos 28,8€ aprox por 4 cervezas y unas bravas. TI-MO.
21:18h: Maléfica embruja a una subordinada para que nos venga a decir que nos vayamos, pese a que aún nos quedaba un poco de cerveza. Nos decía que había gente esperando y que nosotros ya nos habíamos comido las bravas. Por suerte logramos romper el hechizo y la pobre hostelera admitió que simplemente era una mensajera de maléfica y que no comulgaba con el mensaje.
21:25h: Nos vamos de Coto Marzo con mal sabor de boca. Fue muy desagradable que a los 20 minutos de habernos servido la comida nos intentaran largar, la avaricia rompe el saco querida maléfica.
Creo que esta es una de las situaciones más trambólicas en las que me he encontrado, lo gracioso es que nosotros teníamos reserva en otro restaurante (gracias a dios), y que nos íbamos a ir a esa hora de todas formas. Así que únicamente nos fastidiaron la estancia.
Posiblemente maléfica responda a este comentario MINTIENDO sobre las horas, tengo tres cosas que decirle: Soy un DEFENSOR DE LA VERDAD, NUNCA MIENTO. Tenemos fotos donde se ve la hora reflejada de cuando nos sentamos, de cuando nos llegó la comida, y sabemos a que hora nos fuimos porqué teníamos reserva en un sitio cercano. Antes se coge a una mentirosa que a una coja.
PD: He intentando darle un toque de humor, creo que esta es la manera de lidiar con situaciones y personas tan...
Read moreResumen: Comida regular, atención nefasta, situación muy buena, precio normal, no apto para celíacos. Tenemos el hotel cercano al restaurante, así que hemos querido darle una oportunidad. Se ofrece un menú de mediodías a precio más que correcto (14€), sin bebidas incluidas. El hecho és que llegamos, nos sentamos con facilidad en terraza y nos traen rápidamente dos manteles de papel y la carta del menú. Y bueno, hasta aquí todo es normal, los manteles de papel volaban, sí, pero nada que no pueda arreglar uno con 4 cubiertos, los vasos y las llaves del coche. 20 minutos después, y gracias a que le llamé la atención, la camarera vino para tomarnos las bebidas. Pedimos agua. Nos traen, al cabo de 5 minutos, un agua a temperatura ambiente, no deben saber que el agua del grifo en el Valle, además de rica, sale fresca. Eso en julio hubiese ayudado. Claro está que el agua del grifo no la puedes cobrar a 3€. 10 minutos más tarde, vienen a pedirnos nota. Nos justifican la demora explicando que ellos atienden a las nuevas mesas cuando otra mesa ha recibido su comida, es decir, si las otras no tienen lo suyo, te esperas. Hubiese sido un detalle explicar esto al sentarnos. Si hasta aquí el personal demostraba cualidades justas para el trato del cliente, al pedir la comida se lo hemos puesto complicado, soy intolerante al gluten. He intentado tener una conversación para saber qué estaba pidiendo y si un plato (pollo al roquefort) se podia ajustar. No me ha ayudado mucho, de hecho cuando le pedía por la salsa, me hablaba de las patatas fritas; cuando intentaba cambiar las patatas, me hablaba de un pimiento que ya se servia en el plato. Algo surrealista, supongo que fruto de sus pocas ganas de adaptar el menú, lo qual encuentro normal por 14€ que pagas, pero si llevamos 35 minutos esperando más rodeos no ayudan. Nos traen la comida, todo normal, salvo que en mi pollo al roquefort había muchas más patatas que pollo. A media comer he tenido que quitar el mantel de papel y comer sobre la mesa porque no me era cómodo. El viento lo movia. Al final, cuando esperábamos para la cuenta, otros 10 minutos, una soplada de aire ha hecho que se cayera un gran parasol encima de la gente. Los propietarios han dicho "No si ya hemos pensada en cerrarlo, pero claro luego os daria al sol". La explicación no ha hecho mucha gracia a los padres del bebe al cuál, literalmente, le ha ido de un palmo que no le revienta la cabeza. Si los propietarios lean esta crítica. Estáis en un lugar de montaña, enganchar los manteles con pinzas, poned toldos preparados para la climatología que hay y, por favor, más brillo...
Read moreDe vegades, els millors descobriments són fruit de l’atzar. Així ens ha passat al Coto Marzo, un restaurant de Vielha que hem triat simplement perquè transmetia un ambient més agradable i tranquil que d’altres locals de l’entorn. L’encert no podia haver estat més gran: a més de la calma, des de la terrassa tens la vista privilegiada del campanar de l’església de Sant Miqueu.
La carta convida a picar diversos plats per compartir. Hem començat amb unes croquetes de pernil gegants —advertiment necessari!— que estaven molt bones: sabor intens de pernil i un arrebossat molt cruixent, fet amb panko. Tot seguit, unes braves amb una salsa amb gust de chipotle (el pebrot fumat), que els donava un punt diferent i molt encertat. Les puntillas o calamarç rebossat, servides amb pell de llima i un toc de sal negra, també han estat una grata sorpresa: cruixents, saboroses i amb un punt cítric refrescant.
Com a plats principals, la truita de riu ha superat totes les expectatives. Lluny de ser insípida, era realment gustosa i cuinada amb sensibilitat. Però si hi ha un plat que m’ha robat el cor ha estat el llom de cérvol amb salsa: carn tendríssima, al punt just de cocció, i una salsa suau que en potenciava tot el sabor. Sens dubte, el plat estrella del sopar.
En definitiva, Coto Marzo ha estat un descobriment inesperat i molt recomanable. Bon producte, cuina amb personalitat i un entorn agradable que convida a repetir. Hi hem entrat per casualitat, però en sortim amb ganes...
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