Sidrería - Restaurante El Congreso de Benjamín — Restaurant in Villaviciosa

Mira que es difícil comer mal en Asturias... Pues esta debe ser la excepción que confirma la regla.

El local sin duda tuvo mejores tiempos, la humedad y olor en los baños no es buena referencia, incluyendo fugas del tanque de marisco que se filtran hacia el sótano.

Yendo a la comida, pasamos a este local que tenía el menú un par de euros más caro que otro cercano porque pensábamos que comeríamos mejor... ¡Qué desilusión!

No me gusta devolver platos, pero el primero tuve que devolverlo, un arroz meloso con almejas que no tenía nada de meloso, tenía poco de almejas, y lo que si tenía era un retrogusto picante y ácido que delataba que no era arroz del día sino seguramente recalentado.

Los segundos no mejoraron la comida, una pata de pollo insulsa de bar de carretera y unos escalopines al cabrales con una salsa al cabrales de bote, que era más nata que queso.

Nos saltamos los postres porque ya no nos fiábamos de lo que saliera de esa cocina. El café no estaba mal, pero el menta-poleo era más bien una infusión indeterminada entre una manzanilla y un té verde. Ni eso hicieron bien.

Le iba a poner 3 estrellas porque nos cambiaron el primero sin rechistar y al final salimos comidos, pero lo peor llegó al final. Se queda en 2 estrellas porque al ir a pagar me dicen que no tienen datáfono y que solo cobran en efectivo, cosa que no te avisan al sentarte y que tampoco está anunciada con ningún cartel en la entrada. Un despropósito. Menos mal que llevaba dinero y me pude ahorrar el paseo para buscar un cajero.

EN DEFINITIVA, un "llenabuches" lamentable con un menú caro para lo que ofrece, un servicio justito y una calidad de producto...

quieres tirar el dinero y comer mal pueden ir a este restaurante. Acudimos con reserva el viernes Santo. Cinco adultos y un niño. Pedimos el menú "especial" de 22 euros. Empezamos con el primer engaño ya que a las 14.30 que es cuando nos disponíamos a comer nos dicen que no hay salpicón de marisco que lo han cambiado por pastel de cabracho...(supongo que no se habrá agotado a esas horas en tal día como era y con mesas vacías). Seguimos Arroz con marisco sin sabor sin color sin nada...el cachopo para sorpresa nuestra era de cerdo y como sería que ni el queso estaba derretido, con un empanado de sabor..."raro" digamos...los escalopines al Cabrales..de cerdo también y tres contados...por no hablar de la salsa que ni Cabrales ni nada..un poco de nata por encima y escaso. Pero vamos a lo mejor...los postres!! La variedad de postres en este menú especial de 22 euros era "natillas, flan o cuajada". Le preguntó al camarero si no tiene nada más y me dice que "no"..le pregunto que si un yogurt, una fruta o un helado y me dice que "no," después va a mirar y que me trae una manzana ..yogures y helados no tiene al parecer nunca. Mi sorpresa también es cuando veo en la mesa de alado a una pareja comiéndose una tarta de queso y de manzana...le pregunto por qué no me la ofreció aunque la hubiese tenido que pagar a parte.. "fallo mío" dice. Todavía pregunta a la encargada si puede cambiarme el postre por café y si si, ahí he de decir que si y que gracias. Esta es mi experiencia en este sitio, para no volver nunca más, aunque ellos viendo el servicio que dan,...

Pésima experiencia. Si estás leyendo esta reseña, estás a tiempo de no entrar a este lugar, empezando por la atención del personal, los camareros no saben que ingredientes llevan los platos, preguntamos por un arroz meloso y no sabe decirnos que tenía (obviamente el arroz tenía de meloso solo el nombre, porque estaba más seco e insípido que chupar una piedra) la camarera está como de mal humor y contesta de malas formas, le pregúntanos por la ración de cabritín y nos dice que por el precio que tiene el menú no nos a poner un kilo (vale lo entiendo pero también puedes contestar de buenas maneras) por otro lado lo de cabritín solo el nombre porque estaba mas duro y chicloso que era casi imposible comérselo. Los escalopines al cabrales (una pechugas empanadas) con una salsa de bote. Y para remate pedimos fritos de merluza y en el plato venía un pelo, llámanos a la camarera para decírselo y nos contesta que eso será un pelo de la freidora de alguan cosa que haya frito antes, nos quedamos con cara de bobos porque ni siquiera hizo por cambiarnos el plato, obviamente mi hija no se comio ese plato y ella se quedó tan tranquila como si no fuera su problema. Los postres nada del otro mundo. No volveremos por allí ni aunque me regalaran la comida El baño es una cosa aparte, huele fatal, falta total...