Domingo 3 de julio del 2022 termino mi juerga nocturna en el resu cerca de las tres de la mañana y me dirijo feliz a la tienda después de una buena fiestuqui con los colegas.
De pronto una furgoneta negra con los cristales negros para a mi lado, no le doy demasiada importancia, pero salen tres tíos me dan con una porra en la cabeza y me dejan sin el poco conocimiento que me quedaba.
Despierto en una especie de bar/restaurante completamente lleno. Estoy atado a la silla, inmóvil, me han puesto unas pinzas en la boca y me obligan a tenerla abierta, tipo Naranja Mecánica. De pronto unas camareras antipáticas y repelentes me preguntan si me han atendido ya y me advierten que no tienen desayunos (11 de la mañana) y que estan tardando mucho. Consigo articular "un café por favor", y tras la espera de 1 hora me lo sirven. Aquí comienza la verdadera pesadilla.
Me obligan a tomarlo. Trago saliva, será medianamente soportable, me digo dándome ánimos. Pero no, no es soportable, de los peores cafés que he probado en la vida, noto como se inundan mis ojos de lágrimas que caen y terminan aguando aún más el café. Grito, pero nadie me oye.
Aquí no termina el sufrimiento. De pronto la camarera comienza a abrir botellas de leche CON LA BOCA mientras otro pobre cliente se electrocuta debido al estado deplorable de los enchufes. Quiero morir, no aguanto esta agonía, pido que alguien acabe con mi vida.
Consigo liberarme y refugiarme en el baño, pobre de mi. Me quedo atónito ante la horrible vista que contemplo. ¿Qué mal he hecho yo para merecer esto? El baño se encuentra completamente destruido. Los marcos de la puerta arrancados y sobre el suelo inundado de lo que probablemente sea orina humana. El unico papel de todo el lavabo esta desperdigado y sucio rodeando lo que parece un cagadero. Intento aproximarme para vomitar pero mi humano cuerpo desfallece y me desmayo entre gritos lastimeros.
Noto que me sacan del bar y me abandonan en medio de la calle, estoy llorando y pataleando, los viandantes llaman a los sanitarios y me traen al psiquiátrico desde donde estoy escribiendo estas líneas.
Queridos usuarios ya se que he sido malo, amigos fusiladores de verdad que en el fondo os aprecio, intentaré escribir mejor, intentaré ser bueno, pero por favor no me volváis a hacer esto, el sufrimiento humano es limitado y este lugar roza el máximo que una persona puede resistir.
Critica desde la sátira, pero no por ello menos acertada. Le pongo el minimo y porque la hamburguesa estaba...
Read moreLa experiencia en la hamburguesería fue tan decepcionante que aún me pregunto si fue real o una pesadilla gastronómica. Desde el momento en que entré, fui recibido por una camarera con una actitud que haría huir incluso al cliente más valiente. Su sonrisa ausente y su tono sarcástico eran el anticipo de lo que estaba por venir.
Las hamburguesas, supuestamente el plato estrella, eran tan insípidas como la actitud de la camarera. La carne estaba tan sobrecocida que parecía haber pasado más tiempo en la parrilla que en el ganado. Los ingredientes frescos brillaban por su ausencia, y el pan parecía reciclado de una semana anterior.
El ambiente era tan acogedor como una sala de espera de urgencias, con luces fluorescentes parpadeantes y una música que sonaba como un lamento continuo. La decoración, si se le podía llamar así, consistía en carteles desgastados y mesas pegajosas.
La camarera, en lugar de ofrecer ayuda o sugerencias, se limitaba a lanzar miradas de desdén y a soltar comentarios mordaces que dejaban claro que preferiría estar en cualquier lugar menos allí. Su actitud despectiva hacia los clientes convertía cada interacción en una batalla de egos perdida de antemano.
En resumen, la hamburguesería es un lugar que debería ser evitado a toda costa. La comida mediocre, el ambiente desagradable y el servicio grosero hacen de esta experiencia una experiencia que pronto olvidaré, pero no por las razones correctas. Si buscas una experiencia gastronómica memorable, te recomendaría que buscaras...
Read morePoco que añadir con otras reseñas que opinan lo mismo…. Trabajadores maleducados, pasotas, incompetentes, vagos, desagradables etc etc y podría seguir añadiendo adjetivos. El servicio no es pésimo, es que no hay directamente. El bar o la terraza vacíos y 40 minutos solo para pedir bebidas, una media hora para traer las bebidas. Lo mejor de todo son los chicos en la barra con el móvil y hablando entre ellos y pasando de la clientela. Qué será cuando se llene, que dudo que se llene porque ni ganas de volver ahí te dan. Te levantas tú a la barra para pedir de comer, no vaya a ser que les molestemos más. Las contestaciones de ellos son épicas, hasta que vaya uno y le ponga a cada uno de ellos lo pies en l tierra. Lo pinchos decir que han desaparecido. La comida no está mal pero viendo el percal en el salón con los chavales tan ineptos da hasta miedo comer. Para pedir una pizza y 3 raciones pasaron 1 hr. Y 49 minutos, estuvimos 3 horas allí solo para recibir nuestros pedidos. Ni una mariscada dura tanto Los baños dan asco, pero claro si ni en el salón o terraza hacen su trabajo como para que entren en el Reino! Si quieres perder tu maravilloso tiempo y que te insulten a la cara con contestaciones de unos chavales es tu restaurante/bar...
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