Chillón — Restaurant in Zamora

Great bar, tables in and out, gets very busy with plenty of locals. Staff are lovely and helpful, and as quick as they can but it can take a little while to order at busier times. Any wait is well worth it, the tortilla con salsa (Spanish omelette with the spicy sauce you get from making ‘callos’) is amazing, and the ‘callos’ themselves are delicious (tripe in spicy sauce in a stew style - sounds confronting but worth a try, it’s a small portion!). Good red wines by the glass from nearby Toro....

Me temo que es un sitio al que sin lugar a dudas no volveré. Intentamos ir la primera vez a las 15h y nos dijeron que ya no se servía comida, que era la hora de las copas. Por lo tanto, volvimos por la tarde a degustar la famosa tortilla. Encontramos una mesa en la terraza y preguntamos que si nos podíamos sentar, a lo que la camarera de forma bastante desagradable nos respondió que sí. Una vez sentados, pedimos la bebida y esperamos por si nos traían algún tipo de carta o QR para saber qué tapas había. La camarera nos trajo la bebida y la cuenta, y le dije que queríamos algo de picar, a lo que su respuesta fue que se lo dijera antes, que no la hiciera hacer 2 viajes...Atónita ante semejante respuesta le dije que cómo ibamos a saber lo que queríamos si no había carta, de forma que nos contó con la mayor desgana del mundo las tapas disponibles. No nos fuimos porque queríamos probar la tortilla, pero está claro que no vuelvo. En cuanto a la tortilla buena, lo más destacable es su salsa, ya que la tortilla en sí no va a ser la mejor que os comáis. La salsa es como la que hacía mi abuela, con pimentón, harina y agua, por lo que está muy buena. En resumen, no compensa la tortilla con el trato...

Desde que descubrimos este bar, repetimos cada de semana una o dos veces.

Los precios muy asequibles, café y pincho 2,20€; 7 cañas y 7 pinchos de tortilla 12.50€.

Hay mesas en la calle tanto altas como bajas. La calle es peatonal y céntrica. Hay parking a 3 minutos andando.

No hay una gran variedad de tapas puesto que lo más rico es el pincho de tortilla con salsa de callos.

Venir a Zamora y no probarlo es un pecado (modo broma) pero merece la pena probarlo una vez y luego decidir si volver o no.

La atención de los camareros, mejor el camarero de por la mañana, más atento y rápido. Pero cualquier de los dos, son profesionales.

Seguiremos repitiendo, volviendo y...