La mejor bodega de Zamora, sin duda alguna. Recomendable 100%, calidad-precio inmejorable.
Reservamos mesa para 6 personas. El aforo está limitado y lo cumplió a rajatabla.
Pedimos una ración de mollejas y 5 menús de carne y 1 parrilla de verduras, cada uno compuesto por entrantes, carne, agua, vino, postres caseros y café.
Los entrantes: Los embutidos, para mi gusto un poco fríos, dado que es en una bodega no es un pero. El chorizo, de lo mejor. Las croquetas son de jamón y caseras. Estaban espectaculares. Las ensaladas de acompañamiento, es básica, lechuga, tomate y cebolla. Todo fresco, de calidad y abundante. Lo que más me gusto sin duda es que te dan monodosis de aceite, vinagre, sal y pimienta. Al ser 6 personas esto lo pusieron en 2 platos para compartir en el centro. Las mollejas, cocinadas con salsa, estaban de vicio y mas si te gusta la casquería.
Los menús: La calidad de la carne, espectacular. Pedimos 2 de jato (se deshacía en la boca), 2 entrecot de 800gr y solomillo de Aliste, unos 400gr. El punto bien hecho, atendiendo a las ordenes de "que no sangre" y en caso de quererlo más pasado, lo hacen sin ningún problema.
La parrilla de verduras compuesta por champiñones, tomate berenjena, cebolla y hamburguesa de espinacas. La cantidad parecía poca, pero el tamaño de las rodajas era bien grande.
Los postres caseros: Pedimos: arroz con leche, 2 mousse de limón, tarta de queso y otro que no recuerdo. Buena porción y cantidad. Hacía mucho tiempo que no probamos unos postres tan ricos (y eso que vamos mucho a restaurantes).
El vino que entra en el menú, es D.O Toro, un vino normalito. Tienen mas variedad vinos si quieres algo de más calidad.
La atención de la camarera y dueña de la bodega 10/10. Atenta en todo momento de todo, profesional, sin correr, sin meter prisa... En ningún momento se quitó la mascarilla a pesar de necesitarlo de tantas escaleras para arriba y para abajo. Nos sentimos como en casa. Fuimos por recomendación y no se equivocaron. Recomendaremos la bodega y volveremos en breve.
El precio: no llegó a 140€ ¡TODO!.
Respecto a las alérgicas alimentarías. Tienen muchísimo cuidado con todo, cualquier duda preguntar sin problema, lo preparan a parte, con cuidado de la contaminación...
Si visitas Zamora, es parada obligatoria. Recomiendo ir en taxi. Te deja en la misma puerta. Eso si para volver dando un paseito, para bajar la comida, por que sales empachado y redondo. Además, a escasos 5 minutos está el puente situado en la playa de los pelambres y podrás ver las vistas de la catedral de Zamora desde el río Duero. A escasos 3 minutos hay...
Read moreLA BODEGA DEL ARRABAL-ZAMORA Para un buen yantar de fin de semana, y quedarse hasta los pelos de proteínas, que son tan necesarias para cumplir donde quiera que haga falta o se le requiera, si anda por Castilla, y se acerca a Zamora, le recomiendo calzarse un chuletón, de esos que se salen del plato y que no se ande con chorradas, pidiendo que esté pasado, que eso es un sacrilegio y no tiene bula posible. La carne se come en su punto. Si está muy poco hecho, está cruda, y es un error porque no tendrá todo el sabor de una carne a la parrilla. Y si se pasa, se seca lógicamente, y con ello se le ha ido el sabor y sus propiedades, además de que tendrá una digestión a base de sal de frutas y Almax. Siendo una tarde fría y siestera, recomiendo este restaurante, que de carne saben lo que hay que saber. Y de vinos de alta calidad y la bodega que es una de las más representativas de la región, ofrece vinos con un carácter especial. Descubre una de las mejores bodegas de Zamora donde podrás realizar una visita inolvidable conociendo todos los secretos de La Bodega y no te olvides de los postres típicos. La fruta, que tanto gusta a todo el mundo últimamente, mejor lejos de las comidas, para que no se pierdan las vitaminas. Pero vamos a lo que vamos. La Bodega del Arrabal es un restaurante ubicado en una antigua bodega de un convento de Zamora. Dicha bodega fue construida en el siglo XV en la ciudad de Zamora, de la mano de los monjes Jerónimos que se instalaron en el arrabal de Zamora. El convento donde se encuentra fue abandonado por la orden de los Jerónimos que se disolvió con el recorte de fondos durante la desamortización realizada por Mendizábal. El convento fue enterrado durante unos cien años, al final se desenterró, se recuperó y rehabilitó la bodega para convertirse en un restaurante encantador y con mucha historia. El edificio está totalmente restaurado, conserva aún elementos iniciales como dos chimeneas donde antes tiraban la paja y el hielo del invierno para convertir la bodega en una nevera con dos o tres grados menos durante el verano para poder conservar los alimentos. Lo mejor de una bodega de pueblo en la capital. Carnes y parrilladas (también de verduras) al calor de la hoguera y al frescor de la cuidada bodega. Luego un paseo por una ciudad llena de historia con monumentos hermosos que nos hablan de un pasado glorioso. Ya comentaremos eso más adelante. (Hay otras Bodegas con nombre parecido en...
Read moreEn nuestra visita a está bonita y recomendable de visitar ciudad de Zamora (y más si eres un friki del románico), este lugar es de lo mejor que he podido ver como opcion en Zamora, incluido el centro. Aunque está apartado, se llega muy bien en coche, prácticamente se aparca en la puerta y si no como hicimos nosotros, con un buen paseíto desde el centro, a unas 30 minutos andando, pero pasando por el puente, viendo el majestuoso Duero y andando a su ribera, que está acondicionada con ejercicios de calistenia o simplemente para estar contemplando el río, sea antes o después, para bajar la comida. Y si eres un fanático de la carne (solo tienen aparte de carne una parrillada de verduras, avisado estan todos) y de comer en una bodega antigua pero bien acondicionadas (la entrada parece, echando imaginacion claro, una puerta de una casa Hobbit) muy acogedoras, nada de pequeñeces, aunque lo mejor es ir con reserva porque si no te quedas sin comer o cenar ya que tienen esos dos turnos y no se puede tomar nada antes es un restaurante, así que a ceñirse al horario de apertura. Con una carta buena de vinos, la accesibilidad brilla por su ausencia, los baños están nada más entrar (amplios) y unas escaleras muy monas hasta llegar a la zona del comedor, y de cobertura lo justo. Es muy buena opción, no engaña a nadie porque son son lo que son y lo hacen muy bien, y la atencion es muy amable, ágil y atento. Que sigan así que seguro que les va a ir bien, aunque visto lo visto ya les va. Si estan por Zamora,salganse de los circuitos de restaurantes cerca de la Plaza Mayor, sobre todo las tabernas modernistas, y se desplazan en coche o con un paseo a este muy buen lugar que tiene buena calidad en la comida y unos buenos precios ( van a badr de menus y segun el segundo, asi cuesta el menu) incluido el vino, recomendable el de toro y en cantidades no exageradas pero que con...
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