Ambrosio y Justino — Restaurant in Zaragoza

Ayer, fui a comer a este restaurante con mis compañeros de trabajo, éramos 19 personas y asiduos al mismo. Nos tomaron la comanda de los primeros, segundos y postres del menú del día, al rato, la camarera que nos había cogido las comandas, se acercó a indicar a uno de mis compañeros, que uno de los segundos platos, no había y se lo cambió por otra cosa. Yo era otra de las personas que había pedido ese mismo plato, pero no se me comunicó. Entiendo que cuando cogen la comanda y hay dos personas que han pedido un plato que no hay y solamente lo ha cambiado una persona, el camarero o camarera, debería preocuparse por averiguar quién es la otra persona para cambiarle el plato de su elección, pero en este caso, no sucedió así. Para mi sorpresa, a mi no me sacan mi segundo plato y me indican, que ya lo habían dicho y que puedo elegir otro, pero el que elijo, tampoco hay, y me indican, que van a consultar con la cocina a ver qué me pueden ofrecer. La camarera en ese momento, sale de la cocina y se pone a recoger los platos de otra mesa y me acerco para preguntarle, cuál era la opción que le habían ofrecido para mi y continuando recogiendo los platos de otra mesa, me indica, que puedo elegir cerdo o que elija de los primeros platos del menú, que no me podían hacer otra cosa, ni siquiera hacerme una tortilla francesa o alguna tapa de la barra. Seguidamente, solicitamos hablar con el responsable y salió el cocinero, de muy malas maneras, gritando en la barra y sin saber qué estaba sucediendo, nos indicó que habíamos llegado tarde y que si a los 15 minutos de la hora de la reserva no hemos llegado, se pierde la reserva, lo cuál, no es cierto porque no llegamos más tarde de 15' y según palabras textuales del cocinero, su respuesta fue: "mira bonita, no me vas a decir tú como gestionar mi trabajo". Otra de las camareras, muy amable, hizo por solventar el problema y ofrecerme el plato que primeramente, había elegido, el que no había, no sin antes, hacerme saber tanto tanto por el cocinero como por la otra camarera, que era la comida de la camarera la estaba que me estaba ofreciendo a mi. Entiendo que para cobrar la cuenta de 19 personas con un servicio lamentable, con muy mala atención y con respuestas muy desagradables en varias ocasiones, no les importa la hora de llegada. La experiencia de ayer fue bochornosa, primero porque el error fue de la camarera y no buscaron ninguna solución al respecto, y posteriormente, porque las formas del cocinero fueron misóginas y sin ninguna educación. De nuevo, dar las gracias a la camarera, que supo como solucionar lo sucedido con toda profesionalidad, pero sin duda, un restaurante al que no volveré y por su puesto, no lo...

Aunque por fuera pase un poco desapercibido, merece muchísimo la pena entrar a disfrutar de este restaurante. Fuimos un sábado a medio día y no tenían disponible menú, pero la carta y las raciones que nos prepararon fueron una maravilla. Las croquetas totalmente caseras, y variadas (jamón serrano, huevos con chorizo, boletus, calamares en su tinta y carabineros), una delicia, y muy bien presentadas. Nos apetecía probar la madeja, típica de Aragón, y nos la trajeron en ración, también una delicia. Nos atrevimos a probar los huevos rotos con langostinos, por cambiar de los tradicionales, y estaban buenísimos. Y quisimos rematar con el cordero, super tierno, se separaba a la perfección del hueso, con un sabor espectacular. Todos los platos estaban acompañados por patatas panaderas, totalmente caseras, y con un sabor buenísimo. Todos los platos en general con una cantidad de comida bastante buena, nos sobró cordero y todo, pero pudimos llevárnoslo para disfrutarlo en otro momento en casa. Para terminar nos pedimos un coulant de chocolate con los cafés, riquísimos todos, y el detalle de la naranja en el coulant riquísimo. En cuanto al local, el salón de comidas era muy amplio, con un ventanal que iluminaba la sala, y la decoración de Navidad le daba un toque especial. Todo el personal que nos atendió tuvo un trato súper amable, muy atentos a cada detalle, y nos hicieron sentirnos muy a gusto comiendo. Nuestra experiencia desde luego fue estupenda, para repetir en nuestra próxima visita a la ciudad. Y añadir un agradecimiento especial a Yohanna, nuestra camarera, super amable en todo momento y preocupándose porque disfrutásemos de la comida....

Mesa reservada para el domingo a las 14,30 horas. Picoteo en barra y pasamos al comedor. Tras llamar al servicio nos toman nota a las 15,30 h. Los primeros platos de los 8 que habiamos pedido menu (30€) nos sirven a las 16 h. Los otros que van con menu a la carta tienen que esperar hasta las 16,25 h. tras quejarnos del retraso. De 4 primeros platos a elegir, ya solo hay 2. Terminamos de comer sobre las 17,30 h. faltando los cafes. Nos dicen que ya no hay copas, que tenian que cerrar a las 17 h. Salimos a las 18,15 horas, un poco mas y empalmamos con la merienda. El servicio un autentico desastre, aunque las 2 chicas no tenian la culpa, ya que no llegaban a servir a todas las mesas, pero las caras de enfado y de cansancio las tenian. La mesa de al lado nuestro con 6 señoras, pidieron las hojas de reclamacion ya que llevaban mas tiempo que nosotros. La comida muy del monton, nada especial y las cantidades minimas, de arroz o de cualquier plato. Los filetes de ternera, pequeños y nerviosos. Como anecdota, el postre de leche frita era de 6x30x60 mm, que lo medimos. En fin, no volveremos. No se puede tener nivel si se reduce el personal y falta la cantidad y variedad de comida. Ninguno entendimos la puntuacion que...