El sitio es nuevo y estaba abarrotado, a juzgar por lo lentos que salían las hamburguesas y los olvidos que tenían con los pedidos los camareros estaban desbordados, la comida eso sí muy buena, sin embargo detallar un apunte que hubo por parte de uno de los camareros (Cristian) el cual, una mujer embarazada le preguntó si podría pedir la carne de las hamburguesas al punto en su pedido,aunque eso significará tostarla más por fuera, respuesta del camarero: "igual tendrías que haber pensado mejor el sitio al que ir a cenar, porque aquí solo hacemos Smash", cómo detalle diré que las Smash, al igual que lo pone en su carta al "al punto", pongo tres estrellas en servicio porque el otro chico fue un encanto, (este no se si nombre) así que como consejo es si vais ir con tiempo porque si está abarrotado nosotros nos costó pedir 3 hamburguesas para una persona cerca de 2 horas en total, pero como digo, se les veía completamente abarrotado y a los trabajadores...
Read moreHan bajado muchísimo el nivel. Algo que me encantaba de este sitio es que las patatas fritas eran naturales y eran una absoluta delicia, eso sumado a que podías pedir las que quisieras por 2€ más hacía que quisiera venir siempre, por desgracia lo han cambiado y ahora las ponen congeladas, por lo que la calidad en ese aspecto ha bajado muchísimo. Las hamburguesas un puntazo, ahí no tengo nada malo que decir, en especial la trufada. No sé si fue algo puntual del día en el que fuimos pero pedimos hielo para la Coca Cola y nos dijeron que no tenían, me parece algo tan básico tener hielo en un restaurante… eso nos dejó muy mal sabor de boca… las patatas eran lo mejor pero si las siguen poniendo congeladas por desgracia no volveré, es lo que hacía que este sitio fuera increíble, notabas el mimo y el cariño en la comida, cosa que ya se ha perdido. Ojalá lo cambien, de ser así editaré mi reseña y volveré a poner...
Read moreEntramos dos amigos, un judío y un marroquí, con la esperanza de encontrar algo que respetara nuestras tradiciones. Pues nada: ni rastro de comida kosher ni halal. Todo giraba en torno al cerdo, al queso con beicon y a las mezclas imposibles que harían temblar a cualquier rabino o imán.
Aun así, decidimos probar. Error monumental. La hamburguesa parecía un insulto en pan: la carne estaba más seca que un sermón eterno, el pan se deshacía como si lo hubieran dejado a remojo y las patatas parecían recién rescatadas de un congelador de hace diez años.
El servicio tampoco ayudó: caras largas, cero interés y una velocidad que haría parecer rápido al mismísimo caracol de Barrio Sésamo.
En resumen: si buscas un lugar donde no respeten ninguna dieta religiosa y encima te cobren caro por comer algo indigno de llamarse hamburguesa,...
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