⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ IMPRESCINDIBLE
Si hay un lugar que encapsula la esencia de nuestro barrio, ese es, sin duda, Mesón Martín. Llevamos años siendo fieles clientes, y cada visita es una confirmación de que este sitio es mucho más que un restaurante: es un hogar culinario donde todo se hace con mimo, pasión y una atención al detalle impecable.
El equipo es sencillamente inmejorable. Desde la sonrisa cálida de Sergio, la simpatía contagiosa de Alejandra, la atención precisa de Benito y la cercanía genuina de Jesús, hasta el resto del personal que completa esta orquesta perfecta, cada uno aporta su granito de arena para que la experiencia sea memorable.
Y la comida… ¡qué decir de la comida! Es absolutamente imposible fallar con nada de lo que pidas. Aquí debemos hacer una mención especial a Mariví, quien lidera la cocina con una maestría que se nota en cada plato que sale de su cocina. Su talento convierte cada bocado en una experiencia inolvidable, y su dedicación hace que cada receta tenga ese toque especial que no encuentras en ningún otro sitio. ¡Gracias, Mariví, por darle tanto sabor y alma al Mesón Martín!
Puedes cerrar los ojos y elegir cualquier plato: las elecciones siempre son acertadas. Ya sea por los productos frescos, la maestría en la cocina o el cariño que se nota en cada elaboración, Mesón Martín nunca decepciona.
El ambiente acompaña a la perfección: acogedor, cercano, con ese bullicio del barrio que te recuerda que estás en un lugar auténtico, de esos que cada vez cuesta más encontrar.
En definitiva, Mesón Martín no es solo un restaurante, es un imprescindible. Si buscas un lugar donde cada visita sea un acierto seguro, donde la comida y el servicio te hagan sentir en casa, este es tu sitio. ¡Gracias a todo el equipo y en especial a Sergio por hacer de cada visita una experiencia maravillosa! ¡Volveremos...
Read morePoca formalidad.Hace unos días ,por teléfono reservó mi marido para ir a comer allí con nuestros amigos (nos hacia muchísima ilusión) El mismo día que teníamos la reserva, llamaron para confirmarla. Acudimos al restaurante a la hora reservada,miran el libro de reservas y nos mandan a la Taberna de Martín,bueno vamos ( otro local que tienen muy cerca que sirven la misma comida ) Pero cual es la sorpresa cuando vamos y el camarero nos dice que en la terraza.Hacia un día de mucho aire y frío, el día de San Jorge.El camarero en tono chulesco nos dice que ahí era la reserva,y mi marido dijo que no,que era en el meson Martín en el comedor.Luego el camarero nos dice que cuando haces una reserva,tienen por norma decir que es en la terraza ( me lo recalcó dos veces, en su tono chulesco y le dije que ya lo había escuchado antes ) En ningún momento a la hora de reservar nadie nos dijo que la reserva era en la terraza. Nos sentamos en la mesa que había en la terraza, corría un aire y hacía mucho frio ( si íbamos 4 comensales.solo había 3 servícios puestos en la mesa )La que atendía esa mesa nos dice que hay veces que la gente cuando ve que es en la terraza se va ( igual nos mienten diciendo que lo dicen y no lo dicen ) Entre tanto mi marido intentando hablar con la chica que le atendió por teléfono ( casualidad no estaba ) Ni intentaron acomodarnos en otra mesa. Así que decidirnos irnos a comer...
Read moreRestaurante con barra o barra con restaurante, no sabría como definir este lugar ubicado en El Barrio de La Romareda teñido por todo lo relacionado con el toreo.
Las mesas están justo detrás de la barra, es decir, la gente te puede observar mientras estás comiendo, algo que me inquieta mientras estoy comiendo. Al margen de esta opinión subjetiva, todo lo demás es positivo; el servicio del personal es muy correcto a la vez que cercano. Los platos son de mesón, sin florituras, solo sabor, y del de siempre. Las coquetas Victoria eran parada obligatoria, y quien me lo dijo no se equivocaba… parecían las croquetas que hace mi madre en casa.
Como otros entrantes, gamba fresca, queso de oveja de Ciudad Real (fuerte por cierto pero muy rico) y cecina de León con un ligero toque ahumado muy sabroso.
Como platos principales, la carne fue la reina. Solimillos y entrectottes (Uno de ellos con boletos y virutas de foie). La carne se deshacía sin apenas utilizar el cuchillo. Las guarniciones eran bastante generosas y muy sabrosas.
Para regar la comida un garnacha centenaria de bodegas Borsao y de postre, pastel ruso, crocante y coulant.
Antes de pedir l cuenta, han tenido el detalle de dejarnos una cremita y un orujo para digerir bien todos los manjares.
Algo mas de 35€/pax, pero sales muy satisfecho y con una sonrisa en la boca. Bastante...
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