The cemetery comes to life on the last week of October/first days of November. People come and paint mausoleums, kids run around with colorful kites, candles are lit every night and flowers decorate the dirt paths. There are 2 ceremonial sites inside which are active all year round. By the way, if you hear a band approaching, it's a funeral. Taking pictures of funerals is disrespectful anywhere in the world. Just mentioning it because I've...
Read moreEl Cementerio de Chichicastenango es, sin duda, una experiencia única. No es el típico cementerio occidental al que estamos acostumbrados, aquí el color y el caos son protagonistas. Las tumbas están pintadas en tonos vibrantes como rosa, azul, amarillo, lo que contrasta con el ambiente sombrío que uno podría esperar de un lugar así. Pero, aunque el color te despista un poco, la disposición de las tumbas parece más un “sálvese quien pueda”. No parece haber un orden o concesiones municipales, como en España, y ves tumbas apiladas unas sobre otras en una especie de desorden organizado.
Lo más impactante, además del caos, son los rituales mayas que se practican allí mismo. Hay gente que realiza ceremonias con fuego e incienso, y dejan ofrendas de comida que, claro, atraen a una gran cantidad de perros callejeros. Ver a los perros merodeando entre tumbas poco profundas y entreabiertas añade un toque aún más “creepy” a la visita.
También me llamó la atención la cantidad de tumbas pequeñas, de niños, que hace que la experiencia sea un tanto abrumadora. Es un lugar que impresiona y que, aunque no lo recorrí entero, deja una sensación difícil de describir. Definitivamente, no es un cementerio al uso, pero tiene una mística particular que refleja muy bien la mezcla de tradición maya, religión católica, cultura y caos que caracteriza a...
Read moreEn Chichicastenango, incluso el descanso eterno es una celebración de color. El cementerio local no se parece a ningún otro: es un paisaje de tumbas azules, verdes, rosas y amarillas que se esparcen como flores gigantes sobre las colinas. Aquí, el color no es decoración, es símbolo: cada tono tiene un significado y cada tumba, una historia que sigue latiendo.
Lejos de ser un lugar sombrío, este cementerio es un reflejo del profundo respeto que el pueblo maya quiché tiene por sus ancestros. Durante el Día de Todos los Santos o el Día de los Muertos, el lugar cobra vida con familias que visitan, limpian, rezan, ríen, comen y comparten recuerdos entre tumbas adornadas con flores y velas.
Pasear por sus senderos es una experiencia conmovedora y hermosa, donde se siente la conexión entre el pasado y el presente, entre la tierra y el cielo. El cementerio de Chichicastenango nos recuerda que la muerte, en esta tierra de tradiciones vivas, es solo otra forma de...
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