Parque Gustavo A. Madero, conocido como El Parque del Mestizaje
La Ciudad de México posee un amplio y singular territorio limítrofe. En la zona norte, fueron colocados después de una larga travesía por diferentes puntos de la ciudad, un par de estatuas de bronce de enormes proporciones: entre tres y cuatro metros de altura y casi tres toneladas de peso, cada una. Su escultor, Alejandro Casarín (1840-1907), los creó para la Exposición Universal de París de 1889, presumiblemente para que lucieran en el fastuoso pabellón mexicano, aunque nunca llegaron a ese lugar.
Las figuras representan a Izcóatl y Ahuízotl, cuarto y octavo tlatoani, respectivamente, destacados por sus artes bélicas y espíritu combativo que llevaron, al primero, a la conformación de la triple alianza, y al segundo, a expandir desde el extremo norte y hasta la última frontera sur, el territorio mexica que heredaría el cuestionable Moctezuma II.
Para la imaginación popular mexicana, el óxido y el paso del tiempo le habían provocado a esas esculturas de gobernantes indígenas, su tan característico color verde. Por tal motivo fueron prontamente bautizados como “Los Indios Verdes”, y después de su reubicación en la entrada norte de la ciudad que conectaba la autopista de Laredo con la Avenida de los Insurgentes, darían nombre a la estación terminal del Sistema de Transporte Colectivo Metro y su atiborrado paradero de autobuses.
En la década de los setenta, el presidente (que después de su mandato se autoproclamaría la reencarnación de Quetzalcóatl) José López Portillo, inauguraría en compañía de los Reyes de España, un espacio dedicado a la unión de dos culturas: El Parque del Mestizaje, ubicado en las inmediaciones de la Calzada Ticomán, la Avenida de los Insurgentes, el último tramo sobreviviente del Acueducto de Guadalupe y la recién creada colonia Santa Isabel Tola, a las faldas del Tepeyac. Ahí serían reubicados los Indios Verdes junto con otros conjuntos escultóricos dedicados a las danzas típicas, El Quijote y Sancho Panza, y una fuente central que hace referencia al nacimiento de la raza mestiza y el inevitable vínculo entre la caballería española y las élites guerreras de los aztecas.
En la actualidad, dicho parque ha sido remodelado por cada nueva administración local de manera improvisada y sin gran acierto. Sin embargo, las gigantescas esculturas encontraron una justa restauración en 2005, y un lugar de honor en el Parque del Mestizaje, que puede visitarse todos los días del año, y disfrutar de sus eventos culturales los fines de semana, bajo la mirada marcial y circunspecta de los...
Read moreLlegué a vivir, por primera vez, a la Ciudad de México en el año de 1939, cuando tenía 4 años de edad y en verdad que era un deleite disfrutar de su agradable clima y recorrer sus calles y avenidas. Era la época en que Lázaro Cárdenas gobernaba este país y mi padre trabajaba en la SCOP, Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. En ese año se inauguró el primer paso a desnivel sobre el crucero de ferrocarril en Nonoalco, todavía existente, y también inició operaciones el entonces nuevo aeropuerto civil de la Ciudad de México, sobre la actual Avenida del Aeropuerto.. Pero también en ese año los Indios Verdes fueron cambiados de sitio y colocados a la entrada norte de la ciudad, viniendo por la entonces flamante carretera pavimentada de Laredo y que era donde comenzaba la Av. Insurgentes Norte. En un carrito similar al que aparece en la foto de arriba, tengo muy presentes las palabras de mi padre, tratando de explicarme la razón de ser de las enormes figuras de los Indios Verdes, recientemente colocados allí. Pero seguramente mi padre, como la mayoría de la gente, desconocía su origen y no sabía que para entonces ya tenían más de 40 años de vida y una larga historia que contar. Veamos a continuación lo que se sabe y se recuerda de ellos, en los 5 sitios que han ocupado desde...
Read moreLas esculturas representan a los reyes mexicas Izcóatl y Ahuizotl. Las efigies fueron creadas por el artista Alejandro Casarín para formar parte de la representación de México en la Exposición Universal de 1889, que se llevaría a cabo en París, Francia.
Una de ellas muestra a un hombre maduro que tiene ambas manos apoyadas en un mazo, y el otro representa a un joven. Los basamentos tienen inscripciones y grabados en náhuatl. Durante más de cien años estas dos esculturas han estado dispuestas en diferentes sitios. Primero en Paseo de la Reforma, luego, en 1902 a Calzada de la VIga, de 1920 a 1979 en la salida a Pachuca en lo que conocemos como la zona homónima del metro. Con la creación del Barrio Mágico Villa de Guadalupe se trasladaron en 2005 al parque del Meztisaje a un paso de la Basílica. Hace casi diez años que están ahí.
La pátina verde del bronce hace que tomen el color del que llevan el nombre. Es el fenómeno de oxidación del bronce mismo que tiene la estatua de la Libertad o el Caballito, que limpiaron con ácido. Es un efecto padre que se da con el tiempo. Las esculturas tienen rasgos duros y no son tan altas como las imaginé. Se han convertido en un símbolo de la ciudad y toda una amplia zona al norte es conocida...
Read more