Posee artículos interesantes, pero podría "currárselo" un poco más. No es posible ponerse muy exigente ya que la señora pide la voluntad al salir, ¿pero cómo no echarle algo en el cepillo después del tiempo dedicado? Lo anuncian demasiado bonito para lo que es, pero con tanto turista nuevo ingenuo que pasa cada día y al que arañar unos euros, ¿para qué molestarse en mejorar? El jardín podría estar más cuidado, y las habitaciones recogidas, que tienen enseres personales por ahí desperdigados.

Resumiendo: madre e hija que han tenido la suerte de heredar artículos variopintos y vivir en una casa «histórica» y los enseñan a cambio de la voluntad. Tiene potencial el lugar, mas la carencia de necesidad no agudiza el ingenio. Una y no más.

PD: parece que como enfrente está el pazo de Ferfiñans, cuyos dueños todavía viven ahí y realizan visitas libres y guiadas, han querido copiar el ejemplo sin verguenza por la ordinariez.