A Casa de Miguel — Restaurant in Cambados

Un desastre. Coñecíamos este restaurante dende fai anos e, a pesar de que non íamos dende facía tres ou catro anos, as boas experiencias previas fixeron que reservaramos para unha comida de amigos (seis adultos e unha nena). Sentámonos ás tres menos cuarto, esperamos aprox 20 minutos para que nos colleran a comanda (ata ese momento só tiñamos servido o viño) e ás catro menos cuarto seguiamos sen servir sequera os entrantes (polbo e zamburiñas). Sen embargo, a mesa de detrás que chegou despois xa estaba comendo. Unha das amigas reclamoulle isto ao camareiro que alegou “que non era culpa del que sairan antes as croquetas da mesa do lado que o noso pulpo ou zamburiñas”. Ao rato, serviron o plato da nena e aprox sobre as 16,10 trouxeron os nosos primeiros, o polbo soso pero aceptable e as zamburiñas ou chamuscadas ou crudas, iso si… todas ben de area. A sorpresa maiúscula foi cando chegaron os segundos e vimos que o lenguado para compartir que pediramos dous de nós era a metade do exemplar que escolleramos e, para màis descaro, nolo serviron na mesma bandexa que o lenguado de ración que pedira unha terceira amiga. Co aforro que supón de guarnición e, supoño, pensando que así disimulaban o tamaño do noso que era a metade do que pagamos. E para rematar… a medio cociñar, cheo de sangue na parte do centro.

Para ese momento estabamos tan a contragusto que só queriamos acabar, pagar e irnos sen mirar...

Un lugar al que no volveremos. Ya de primeras la atención muy mejorable, el problema de esto básicamente está en que no se organizan bien. Hay bastante personal y con las mesas que tienen deberían llevar todo rodado. Cada camarero debe tener asignada una zona, no tener que salir el personal de barra a las mesas a tener que llevar los platos... Para una mesa tres camareros, cada uno a llevar una cosa... Para muchos clientes son detalles imperceptibles, pero para los que somos observadores y que trabajamos en el sector, son detalles que chirrían, y que somos conscientes de que se están pisando entre sí y entorpeciéndose. Otro detalle para que les digan a sus empleadas, el personal que sirva comida siempre con el pelo atado! Terminamos de comer, nos retiran los platos y curioso, viene una camarera ya a limpiar la mesa y a quitar las servilletas (a mi prácticamente me la sacó de la mano), cuando aún estábamos bebiendo y hablando. Automáticamente nos levantamos, pagamos y marchamos... Inaudito, había cinco minutos que termináramos de comer y ya estaba limpiando la mesa con nosotros allí y nuestros vasos... Pero ya cuando estábamos pagando y miro para el lado, veo un cartel anunciando corridas de toros...no por favor, stop maltrato! Pues si la experiencia no fue buena, la comida tampoco! Muy aceitosa, gambas de las congeladas y a...

La atención al público y los clientes es una vergüenza en este local. No tienen nada de respeto. En primer lugar, una señora bajita y ancha entra en cólera porque según ella (que no era así) le habíamos dicho 6 y éramos 7, aunque sólo tenía que añadir un plato prefirió discutir. Después, la peor de todos, una camarera rubia con cara de pocos amigos. Estuvimos una hora esperando (literalmente) y no nos pidió ni la bebida, atendieron a otra mesa antes que había llegado 20 minutos más tarde que nosotros. Cuando le decimos que llevamos una hora esperando, si le parece normal, la sujeto se pone a contestarnos y discutir como si estuviéramos en el barrio, faltando al respeto y justificandose, sin ni una disculpa, y con malas formas y palabras. Después de todo, ni siquiera un detalle por todas las molestias, porque después de una hora para pedir, otra hora para esperar la comida, que encima la sacaron de golpe y se olvidaron de un plato. La comida en sí no era tan mala, pero unos "profesionales" así, dignos de Chicote, le quitan a uno hasta el hambre. Ni siquiera fue maja la que cobraba en la planta de abajo, todos te hablan con borderías y de malas formas. Si no sabéis trabajar de cara al público buscaros otro trabajo, porque es una vergüenza lo...