En la parte baja del barrio de San Martín, se creó una plaza en zona llana, desde el límite del barrio hasta cerca del Camino Francés de Santiago. Conserva todo el tipismo leonés, a pesar de la indiferencia de los que desprecian las cosas antiguas, y se va defendiendo a pesar de las nuevas construcciones. Está en un barrio de gran devoción a María, a la ” Morenica del Mercado “, como se conoce a la antigua del Camino. Dan a esta plaza los ábsides románicos de la iglesia donde se venera esta Virgen, y es una de las plazas más originales y bonitas del antiguo León, y, por la noche, una de las más atrayentes y pintorescas. En esta plaza se hacía el mercado de los granos, así como el del pan y otras cosas, y se pregonaban las ordenanzas de las pesas y medidas, de las de caza y pesca, de zapateros y curtidores, etc. Fue plaza de toros con corridas bien sonadas, como la de 1663, festejando haber traído lluvia la Virgen. Al pie de la cruz se cantaba la Salve por los cofrades de Santa María “in sábato”. La Cruz de Piedra era considerada como el rollo o picota de la ciudad, e indica, según la tradición, el sitio exacto donde se apareció la Virgen un 9 de febrero. En 1889 se compuso la peana de piedra. La fuente del Grano está situada enfrente del ábside de la iglesia. Representa la confluencia en la ciudad de los ríos Bernesga y Torío. Se compone de un pedestal cuadrado, sobre el cual se eleva una columna, con base ática y capitel con hojas de acanto y espadaña, en lo alto dos bellos escudos de la ciudad. Unidos a la columna dos niños, de gran tamaño, que debajo de sus brazos cruzados por la espalda tienen una máscara de león, que vierte agua en abanico en una taza, que desde ella va oculta a dos caracolas. Esta fuente se terminó y colocó en el año 1769. Las esculturas las ejecutó Félix Cusac, ayudándole el leonés...
Read moreLa plaza del Grano, ubicada en pleno casco histórico, se encuentra al sur del barrio Húmedo de León, muy cerca de la plaza Mayor. Es una plaza histórica ya que tiene un origen medieval. Desde la Edad Media y hasta bien entrado el pasado siglo este espacio era utilizado como mercado popular de cereales, especialmente de trigo y cebada, y otros productos y herramientas agrícolas que atraía a una importante población de las cercanas comarcas leonesas. La plaza del Grano es una amplia explanada de forma irregular con un antiguo pavimento empedrado de cantos rodados que permanece inalterable y que le da un cierto aire medieval. Hasta hace unos años en torno a la plaza había edificios porticados de arquitectura típica leonesa con casas de adobe y madera. Hoy, alrededor de la plaza aún se pueden ver algunos de estos viejos edificios porticados . Aunque el edificio más importante que se puede ver en la plaza del Grano está situado en un lateral, es la iglesia de Santa María del Camino, un templo románico del siglo XI. En el centro de la plaza se encuentra una fuente con dos niños abrazados a una columna corintia con los escudos de la ciudad. Se trata de una representación alegórica de los ríos Bernesga y Torío, que confluyen al sur de la ciudad de León. Esta es una fuente antigua que permanece en este lugar desde su construcción a finales del siglo XVIII y que vino a sustituir a un antiguo pozo de agua. En torno a la plaza hay varios bares y restaurantes donde tomar un aperitivo o un vino en alguna de las terrazas disfrutando del entorno. Una de las plazas más bonitas y tranquilas de León cargada de historia, que ha permanecido casi inalterada a lo largo de varios siglos y que refleja ese carácter medieval que te transporta en el tiempo a...
Read moreLa Plaza del Grano es uno de esos rincones que parecen resistirse al paso del tiempo. En una ciudad como León, llena de historia, iglesias, y arquitectura monumental, esta pequeña plaza es un susurro antiguo, una postal viva del pasado que se cuela entre las calles con discreción y encanto.
Lo primero que llama la atención es el empedrado irregular, que conserva la esencia medieval y te obliga a caminar despacio, casi con respeto. Nada está nivelado ni pulido al gusto moderno, y eso es precisamente lo que la hace tan especial: aquí no hay prisa, no hay ruido. Solo las piedras, las casas bajas de fachadas sencillas, y una calma que contrasta con el bullicio del resto del casco histórico. Es un lugar para detenerse, respirar, y dejarse llevar.
A cualquier hora del día tiene algo único. Por la mañana, cuando está casi vacía, se siente como un rincón olvidado donde podrías quedarte leyendo durante horas. Al atardecer, la luz tiñe las fachadas de tonos cálidos y convierte cada rincón en una pintura. Y por la noche, si vas con suerte, puedes encontrar música callejera o simplemente disfrutar del silencio bajo las farolas.
La plaza está rodeada de bares y terrazas sin pretensiones, donde puedes tomarte un vino o una cerveza mientras observas la vida pasar con un ritmo distinto. Aquí no hay grandes monumentos ni reclamos turísticos evidentes, y sin embargo, es uno de los lugares con más alma de León.
Un consejo: no vayas con prisa. La Plaza del Grano no se visita, se vive. Siéntate, mira, escucha. Es uno de esos sitios donde el tiempo se detiene —y cuando te vas, lo haces un poco más lento, como si llevaras algo antiguo contigo sin...
Read more