El monumento que nos atañe en esta ocasión no es otro que el llamado Arco de Trajano, aunque todo parece apuntar a que se trata de la puerta de acceso monumental a un enorme recinto de culto imperial de la época de Tiberio. Pues bien la imagen que podemos observar hoy dista mucho de aquella que tuvo en origen, ya que toda la estructura de mampostería de sillares de granito que vemos, en su día estuvo recubierta por placas de mármol y seguramente adornada por estatuas y con un remate en ático, desaparecido en la actualidad. Sorprende que a pesar de ello la estructura superviviente cuente con unas dimensiones tan inmensas: 15 metros de altura y 13 metros de anchura impresionando a cualquiera que lo vea, funcionando como recibidor de lo que sería un complejo monumental y religioso de culto imperial todavía más hercúleo y magnánimo. Muy interesante y vistosa la fábrica utilizada, con unos sillares almohadillados de granito de grandes dimensiones, y un dovelaje robusto que se eleva en las alturas. Se pueden observar muy bien las marcas de elevación de las grúas que se emplearon para colocarlos, así como los agujeros provocados por el saqueo de las grapas de plomo que en su día cosían los sillares para mantenerlos juntos y robustos. En los sillares más altos se aprecian las marcas de las cimbras que se emplearon para colocar cada una de las dovelas que completaron el intradós y trasdós de la rosca, sobre la cual se debió elevar el ático del arco. Es prácticamente un milagro que haya llegado hasta nuestros días semejante monumento, que representa sin embargo solo una pincelada de lo que debió ser en su día una ciudad monumental, reflejo fiel de la inmensidad arquitectónica de Roma, exhibiendo su majestad en los confines de sus dominios por medio de estructuras tan grandes y robustas, que algunas de ellas han conseguido llegar hasta nuestros días, como es el caso de este magnífico arco. El visitante se sorprenderá paseando por las calles de la ciudad, cuando lo vea emerger de entre los edificios, testigo mudo de un pasado colosal. Destacar que al igual que con el resto de monumentos de la ciudad, está acompañado de una cartelería, clara y efectiva, que ilustra a la perfección sobre las características constructivas de este...
Read more'Arco de Trajano' (s. I D.C.), arco monumental de la ciudad romana de Emerita Augusta (25 A.C.), hoy en la calle Trajano de Mérida (Extremadura). Ni es un arco triunfal ni fundamento histórico alguno lo relaciona con el hispano de Itálica Marcus Ulpius Traianus, emperador romano (98-117 D.C.), sólo la relación errónea de la gente, fruto de la tradición popular, de hecho es anterior; tradición reciente porque en el s. XVIII se conocía como 'arco de Santiago' por estar contiguo a una ermita homónima. Arco monumental de medio punto, de granito, de 14 m. de altura x 5,70 m. de anchura -8,70 m. de luz-, que sería el arco central de una puerta de tres vanos -siendo los otros dos menores y rebajados-, de planta rectangular con dos vanos laterales internos en U. La puerta a la derecha se edificó en los años 1980. Grandes sillares de 3,2 m. de longitud y dovelas de 1,4 m. de altura, en origen recubiertos de placas de mármol -de ahí los agujeros en la piedra-, columnas, estatuas e inscripciones. En el cardo máximo -el eje principal de N. a S. de la ciudad, del que vemos algunas losas y parte del solado de mármol, de la entrada al foro, y con marcas en los sillares de los goznes de las puertas que cerraban el foro-, junto a restos de la cloaca hallada por don Manuel de Villena en 1791, año en que hizo la cata que vemos a la derecha; puerta monumental del primer recinto murado de la ciudad, del foro provincial, de tiempos de Tiberio (14-34 D.C.) -delimitando el temenos o espacio sagrado que circundaba el grandioso templo de culto imperial del s. I DC de la calle Holguín-, Emerita como capital de la Lusitania. BIC (1912), Patrimonio de la...
Read moreThe Arco de Trajano is an impressive Roman monument that stands as a testament to the city’s rich ancient history. Its intricate carvings and well-preserved structure make it a fascinating sight for visitors. The location is central and easily accessible, making it a convenient stop during a walking tour of Mérida’s historic centre. While the monument itself is remarkable, the surrounding area could benefit from better maintenance and more informative signage to enhance the visitor experience. Overall, it’s a worthwhile visit for history...
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