En un rincón olvidado de la ciudad, entre callejones donde los gatos conspiran secretamente y las palomas discuten sobre la teoría de la relatividad, se encuentra una biblioteca que desafía todas las expectativas. Su fachada, decorada con murales que representan a personajes literarios haciendo malabares con libros y un letrero parpadeante que dice "¡Aquí la lectura es un deporte extremo!", invita a los valientes a adentrarse en un mundo de aventuras literarias.
Al cruzar la puerta chirriante, te recibe un caos organizado que podría rivalizar con una película de Indiana Jones. Las estanterías, que se elevan como montañas de historias esperando ser descubiertas, están repletas de libros que parecen susurrar promesas de mundos desconocidos y risas aseguradas. Cada sección de la biblioteca es un laberinto de sorpresas, donde los volúmenes saltan de las estanterías y a veces se esconden detrás de los libros de autoayuda, haciendo que cada visita sea una búsqueda del tesoro literario.
Los rincones más oscuros y enigmáticos son reservados para los buscadores de emociones fuertes. Entre pilas de libros que podrían haber sido robados de la colección personal de Sherlock Holmes, se encuentran desde manuscritos antiguos que prometen revelar secretos milenarios hasta guías de supervivencia para enfrentar ataques de unicornios en el siglo XXI.
Los bibliotecarios, con sus capas de polvo y gafas que parecen teletransportarlos a otra dimensión intelectual, son más como guías del safari literario que simples guardianes del silencio. Siempre están listos para contar historias increíbles sobre cómo George Orwell una vez fue sorprendido escondido detrás de las biografías de los presidentes o cómo Agatha Christie resolvió un misterio real en el pasillo de los libros de crimen.
Los visitantes son una mezcla explosiva de aventureros literarios, desde niños que se aferran a libros con títulos como "Cómo entrenar a tu dragón de mascota" hasta abuelos que buscan en las páginas de las memorias para recordar cómo esquivaron a los dinosaurios en la era prehistórica.
La biblioteca tiene su propia leyenda urbana, con historias de libros que desaparecen en las noches de luna llena para ser encontrados en la sección de ciencia ficción o de noches en las que los personajes de Jane Austen salen de las páginas para tener un baile de máscaras con los visitantes más entusiastas.
En resumen, esta biblioteca no es solo un edificio lleno de libros; es un parque temático literario donde cada página es un paseo en montaña rusa de emociones y cada estante es un cofre del tesoro lleno de sorpresas. Si alguna vez te aventuras a explorar sus pasillos llenos de maravillas y estantes cargados de historias, prepárate para dejarte llevar por la magia de la lectura y reírte hasta que te duelan los abdominales con las aventuras...
Read moreEsta tarde decidimos ir a la biblioteca, dos amigos y yo, con la noble intención de preparar un examen importantísimo. Como la planta superior estaba absolutamente a reventar, nos vimos obligados a refugiarnos en la sala infantil. Allí, para nuestra desgracia, había un grupo de niñas de unos 9 o 10 años que no paraban de hacer el payaso. Se quejaban sin motivo alguno —solo por hacer la gracia—, mientras estaban completamente absortas en sus móviles, sin hacer el más mínimo esfuerzo por comportarse.
Para colmo, el encargado de la biblioteca, cuya profesionalidad brillaba por su ausencia, decidió echarnos a nosotros, acusándonos falsamente de ser un alboroto constante. ¡Y eso que estábamos estudiando en silencio, con apuntes en mano y todo! Intentamos explicarle la situación con educación, señalando que el verdadero escándalo venía del grupito de niñas, pero fue como hablarle a una pared. Nos ignoró con una actitud borde, miradas fulminantes y respuestas groseras.
Para que os hagáis una idea, este vigilante (alto como un poste de 1,90, delgadísimo y completamente calvo) se comportó con una prepotencia tremenda, como si estuviéramos en un cuartel militar y él fuera un sargento amargado.
Gracias a su absurda decisión, terminamos estudiando en un parque, al aire libre y con mil distracciones, cuando todo lo que queríamos era aprovechar el espacio público destinado al estudio. De verdad espero que este incidente tenga consecuencias. Es indignante que se castigue a quienes realmente quieren aprender mientras se premia la falta de respeto y el desorden.
Lo mínimo que merecemos los estudiantes es un entorno digno y un responsable que realmente lo sea. Ojalá la próxima vez nos encontremos con un vigilante decente y justo. Porque lo de hoy ha sido...
Read moreFui hoy a las 12 para ser concreta y fui a la sala de estudio y había una chica, seguidamente llegó una chica y un chico de unos 16 años que estaban estudiando un poco mas alto de lo normal hasta eso sin problema (hay salas de estudio grupales para algo). A los 5 minutos llega un trabajador abriendo la puerta de una manera brusca, vale no pasa nada pero llega y se sienta en su puesto de trabajo y empieza a mantener una llamada telefónica para todo el barrio. La llamada decía que a él no le interesaba ese puesto pero tenia que gente que le podía mandar para eso, 5 minutos duró la llamada, podría haberse salido fuera la verdad. Y a los 3 minutos se arrepiente de haberle dicho que no y le llama él a esa persona diciendo textualmente “oye perdona que me ha dado pena de como te lo he rechazado y venga que si acepto” otra vez hablando para toda la biblioteca y ni que decir que no se nos veía. Le miré repetidas veces y no hizo nada por bajar el tono de voz. Y la verdad no se que pensar yo voy a estudiar y me encuentro con esto. Acto seguido se pone los airpods y empieza a arreglar libros haciendo otra vez el máximo ruido posible, me parece de chiste. Ya habia estado otras veces pero en la sala grupal de la planta donde se entra y cuando hablabamos un poquito mas alto ya nos estaban regañando. No entiendo nada. Definitivamente no regreso, se estudia mejor en un parque que con ese...
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