Las obras del puente comenzaron en 1683, quedando suspendidas en varias ocasiones. Finalmente, en 1718 el marqués de Vadillo, corregidor de Madrid durante el reinado de Felipe V, se propuso dar término a la construcción encargando a Pedro de Ribera su dirección. Los trabajos terminaron en 1732, pero las obras complementarias continuaron hasta 1735, fecha en la que se puede considerar finalizado el conjunto. Desde su inicio, habían pasado más de 60 años.
El Puente de Toledo es un ejemplo absolutamente singular dentro de su tipo de construcción, tanto por la importancia concedida a la estética y a la decoración como por su concepción de obra pública de utilidad y de ornato en uno de los más importantes accesos a la Corte desde Toledo.
En 1995 comenzó un proyecto de restauración integral. En 2007, el basamento y la cimentación se vieron afectados por el paso de varios cajones de hormigón, dentro de las obras de soterramiento de la M-30. En 2014 se llevó a cabo una restauración completa, permitiendo en la actualidad la visión global del puente en todo su esplendor, aunque recortado interiormente.
Este puente presenta todavía trazas constructivas y estructurales antiguas, muy similares a las del de Segovia: cauce común, muchos vanos de luces (incluso menores) y ratios geométricos similares.
La distinción planteada por Carlos Fernández Casado entre los puentes de Segovia y Toledo, como cumplidos representantes del Renacimiento purista del siglo XVI y del Barroco del XVIII, sigue plenamente vigente. Se trata de dos puentes con la misma longitud y soluciones técnicas casi iguales, con nueve arcos de similar luz, pero se manifiestan con lenguajes diferentes. El de Toledo presenta un perfecto encaje de alineaciones rectas y curvas, desde los 9,5 m de la calzada festoneada con los apartaderos hasta los 35 m de las entradas, por medio de amplias curvas simétricas que enlazan los pretiles con los muros de la plaza de las Pirámides. Su Barroco adventicio, surgido de la decoración, destaca independiente de la estructura como algo sobrepuesto a ella, como los templetes colocados en el pretil a la altura del arco central y las fuentes que remataban las curvas de ampliación de la planta. Construido con sillería granítica, consta de nueve ojos formados por bóvedas iguales de arco de medio punto con 11,1 m de luz y 13,2 m de altura y con una importante rampa de embocadura en su lado sur. Cuenta con importantes tajamares de sección semicircular con base apuntada y que se prolongan hasta el tablero dando lugar a descansaderos o miradores laterales. El pretil, formado por sillares de grandes dimensiones, discurre a lo largo de toda la obra bordeando también los miradores El Puente de Toledo, por ser uno de los mejores ejemplos del barroco español, ha sido de los pocos que han aparecido en los sellos de Correos. El más reciente es del año 2013. En la hoja bloque se observa una vista panorámica del monumento desde su lado este, mientras que el sello en sí enmarca las pilas centrales con sus dos hornacinas decorativas. En el interior de las mismas se aprecian las esculturas realizadas en piedra caliza y al estilo churrigueresco por Juan Alonso Villabrille y Ron, y que representan al patrón de Madrid y su esposa. Francisco Umbral también habla de este puente en sus Memorias, publicadas con el nombre de Trilogía de Madrid (1984): " El río por allí era escaso, por todas partes, y yo me sentaba en uno de los entrantes del puente, o en la balaustrada, junto a una farola, a ver pasar las mozas, a mirar la curva del tranvía, que allí daba la vuelta, muy bellamente, o a discurrir el Madrid lejano que, como una acuarela sucia mezclada con el cielo, se iba perdiendo o dibujando...
Read moreEl puente más bonito de Madrid. Situado sobre el río Manzanares, el Puente de Toledo es una de las obras monumentales más destacadas de la arquitectura madrileña. Fue construido entre 1718 y 1727 y a día de hoy sigue siendo un paso muy transitado sobre el río de Madrid. Totalmente peatonal, sobre sus sillares de granito encontramos algunas piezas ornamentales que lo convierten en una especie de museo al aire libre. El Puente de Toledo mide 180 metros de largo y consta de nueve ojos, con sus correspondientes arcos de medio punto. Sus 9,5 metros de ancho lo convierten en un paseo agradable con vistas a Madrid Río. Visto desde fuera tiene el aspecto de una gran muralla. En su parte superior alberga una serie de ornamentos, como las gárgolas, molduras, relieves y jarrones. Pero quizá los adornos más destacados sean las dos hornacinas, o templetes, colocados hacia el centro. En ellas se sitúan las esculturas de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, y su esposa Santa María de la Cabeza. El Puente de Toledo se hizo en el mismo lugar que otros anteriores que servían para cruzar el río por el camino hacia el sur. Se habla de puentes de madera o ladrillo en este lugar desde el siglo XV. El puente de 1677 se lo llevó una riada en 1680, cuando el Manzanares bajaba con más fuerza que ahora. Inmediatamente después se empezó a construir uno nuevo, pero los trabajos se paralizaron por distintos problemas administrativos. Fue en 1715 cuando el Marqués de Vadillo, entonces regidor de la Villa, encargó terminar el Puente. Tres años después se comenzó a construir, bajo la dirección de Pedro de Ribera y aprovechando las obras existentes. Ribera fue el responsable de otras obras importantes en Madrid como el Museo de Historia, la Fuente de la Fama o la Ermita de la Virgen del Puerto. Como era costumbre en la época, las obras se pusieron bajo la protección de San Isidro, patrón de la ciudad. Las esculturas del santo y su esposa fueron obra de Juan Alonso de Villabrille Ron. El conjunto ha sido objeto de diversas intervenciones a lo largo de la historia para asegurar su mantenimiento. En 1956 fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría...
Read moreEste puente de estilo barroco sobre el río Manzanares fue construido por Pedro de Ribera, se construyó entre 1719 y 1724, siendo considerado una de las obras más representativas del barroco castizo madrileño. Se compone de nueve ojos de medio punto con sillares de granito. Son característicos los semicírculos a lo largo del pavimento y los dos cuerpos en forma de templete a los lados del arco central, que albergan las esculturas de San Isidro y Santa María de la Cabeza, de Juan Ron. En 1956 fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Las obras de la M-30 para el tramo de los puentes de Segovia y Toledo ejecutadas en el periodo 1972-74 incluyen el desdoblamiento del puente de Toledo mediante dos pasarelas paralelas de trazado curvo proyectadas por Fernández Casado, peatonalizándose y cerrándose al tráfico. Entre 1986 y 1987 se remodela el entorno afectado por la M-30 con proyecto de Javier Bellosillo. Entre 1992 y 1997, el Ayuntamiento, realiza trabajos de restauración y consolidación dirigidos por José Mª Sendarrubias y Alberto Arias, actuación premiada por la Gerencia de Urbanismo en 1997.
La última intervención que ha sufrido el puente ha sido durante la construcción de Madrid Río, que le afectó directamente en los vanos laterales. Además, de marzo a abril de 2023 se llevó a cabo la restauración de las estatuas de San Isidro y Santa María de la Cabeza situadas en el arco central del puente, así como de los casalicios (templetes barrocos que...
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