Imponente estructura de acero y vidrio que alberga un apacible jardín botánico. El edificio, antigua Nave de Patatas, se renovó y adaptó como invernadero en 1992. En los remates de las cornisas se encuentran cabezas de vaca en acero que aluden al uso de esta construcción en la lejana época en que formaba parte del Matadero Municipal: almacén de hortalizas para darle al ganado una última comida o cena por todo lo alto. Contiene cuatro zonas climatizadas de acuerdo a tres regiones: dos tropicales, una subtropical y una desértica. Están separadas por dos corredores que se cruzan y contienen estanques alargados de agua corriente. Allí dentro no llegan ruidos callejeros o comerciales, y se puede disfrutar de la contemplación de unas 9.000 especies vegetales foráneas y curiosas. Un molesto obstáculo para su visita es que el horario de apertura está restringido a las mañanas de martes a domingo. Se puede apreciar que algunas plantas no lo están pasando muy bien allí metidas. Los jardineros, floristas, agricultores y ecologistas concienciados en general estamos a la espera de una futura Ley de Bienestar Vegetal que regulará el cuidado de estas plantas y su eventual repatriación en casos desesperados. Mientras tanto, mostremos nuestro apoyo a los vegetales migrantes a pesar de las noticias tendenciosas sobre especies invasivas. Todos y todas unidos y unidas por los lazos de la savia y el amor a la clorofila.