Es un edificio con planta de pata de buey, con fachada semicircular orientada hacia el sur: el ingreso se realiza por la parte norte donde había una tenaza de protección delante de la puerta en arquitrabe, a la que se accedía después de haber cruzado un foso, sobre el que se disponía de un puente levadizo. En el proceso de restauración realizado los últimos años apareció un fragmento de esta puerta-puente que era de una gruesa madera protegida por una plancha de hierro.
Las paredes están en talud con una altura de 10 metros y construidas con mampostería ordinaria, revestido por sillares de piedra procedente de la misma zona costera. Una imposta de mediacaña marca el límite entre el cuerpo del edificio y la cubierta, protegida por una pequeño muro corrido que presenta siete aperturas en forma de saetera, donde se colocaban los cañones. En la esquina que mira hacia poniente se puede apreciar el arranque de lo que debió ser una barbacana o garita de vigilancia.
El interior está dividido en tres naves, separadas por dos gruesos muros. Las dos laterales son de dimensiones reducidas comparadas con la central que ocupa la mayor parte de los poco más de 200 m² que tiene de superficie total. Originariamente estas naves estaban cubiertas con bóveda construida con ladrillo macizo. Todo el interior quedaba iluminado por tres ventanas, situadas en la fachada semicircular, además de otras ubicadas sobre la puerta de entrada. Dos aspilleras situadas en la fachada norte iluminaban la escalera de caracol y una pequeña sala situada en la nave este.
Frente a la puerta de acceso a este fortín se encuentra una pequeña ermita cuyo antecedente fue una capilla, posiblemente ubicada en el interior del castillo, a la que el año 1746 el arzobispo Mayoral hizo donación de una imagen de la Virgen de los Desamparados y de un cáliz para la celebración de la misa. De ahí arranca la devoción a esta advocación mariana de la gente marinera.
A unos pocos metros al este del castillo, se encuentra un pequeño aljibe, de la misma época del fortín que servía para almacenar el agua para el consumo de su dotación. Es de planta rectangular y está cubierto con bóveda de sillares de tosca...
Read moreEl Castillo de Moraira es una joya histórica que no puedes dejar de visitar si estás en la Costa Blanca. Aunque es una construcción pequeña en comparación con otros castillos, su ubicación frente al mar lo convierte en un lugar verdaderamente especial. Las vistas son espectaculares, especialmente al atardecer, con el Mediterráneo como telón de fondo.
Es un sitio cargado de historia, construido en el siglo XVIII como defensa ante los ataques de piratas, y conserva ese encanto antiguo que te transporta a otra época. Además, la zona está muy bien cuidada y es ideal para pasear tranquilamente, hacer fotos o simplemente sentarte a disfrutar del paisaje.
Es de fácil acceso, incluso para personas con movilidad reducida, y suele haber paneles informativos que explican su historia de forma sencilla y clara. A pocos pasos tienes el centro de Moraira, con bares y restaurantes donde puedes completar tu visita con una buena comida o un café frente al mar.
Una parada obligatoria para quienes quieran combinar cultura, historia y belleza natural en un mismo lugar....
Read moreA well restored landmark with a beautiful surrounding area overlooking the sea. Moraira does a lot to keep its public places neat and clean. Bravo. The area around the castle could do with some benches to enjoy the sunset but all in all a nice plays to pass on an evening stroll through...
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