Después de años parando en mi ruta, me tocó una camarera con muy poca educación. Cuando fuimos a sentarnos a una mesa nos pego dos gritos de muy malas formas y se puso a llamar a un tal Sergio a voces que por lo visto era el que tenía que ocupar la mesa. No me quedó duda de que lo conocía. Delante de nosotros se sentaron en otra mesa una pareja que entró a la vez. Se lo hicimos ver, que porque ellos no esperan vez y nosotros teníamos que ceder el sitio al tal Sergio que ni apareció y al que seguía llamando a voces. La contestación, que ella era la que dirigía las mesas, en un tono vergonzoso de mala educación nos hizo abandonar el local. Me fui a la venta San José y al menos nos trataron con educación