Encontrar un edificio tan original, tan andalusí, en un lugar tan alejado en principio de los territorios naturales de lo hispano-musulmán, es, por lo menos, motivo de asombro.
Es cierto que para convertirse en el Real Monasterio de Santa Clara, desde que así Pedro I lo dispusiera en su testamento, el conjunto palacial se fue transformando notablemente, adaptándose por lógica y obligación a las funciones de un convento, y por otra parte, incorporando los cambios de gusto y conceptos arquitectónicos y decorativos que los siglos fueron trayendo. Algunas severas reformas del siglo XVIII y restauraciones de principios del XX contribuyeron también a alterar la construcción y su ornamentación original, lo que hace difícil comprender las características previas del edificio y ha dado pie a variadas hipótesis sobre su diseño, cronología o la primitiva funcionalidad de sus espacios. Por fortuna, nos han llegado suficientes y espléndidos vestigios de la obra que fue como para que podamos siquiera apreciar algunas porciones de ella.
Tras acceder al patio, o compás, del convento, nos recibe una fachada de piedra caliza que, aún siendo solo una muestra menguada del acceso originario, no puede ocultarnos su filiación y raíz, claramente vinculada al mundo Nazarí y a las obras de Sevilla. Y, hacia dentro, el vestíbulo plagado de ricas yeserías y pinturas, y el gran claustro central –Patio del Vergel- que lo articulaba todo y en torno al cual se distribuirían las principales estancias habitables, administrativas y de representación de la corte, luego convertidas, por el norte, en las celdas de las monjas, y, por el sur, en la iglesia gótica del convento. Su capilla mayor se cubre con una impresionante armadura mudéjar dorada de mediados del XIV, de forma octogonal y paños decorados por lacerías y grandes piñas de mocárabes, que se apoyan en un friso pintado con una colección de santos y apóstoles junto a Cristo y la Virgen; otras dependencias quedaron también definitivamente transformadas, por ejemplo en las zonas actuales del antecoro, coro, sacristía o el llamado “Coro Largo”, obra ya clasicista, que adapta el espacio de un gran salón con alcobas o cámaras, mientras que el “Salón del Aljibe” es una de las habitaciones más claramente identificables con las del antiguo palacio.
La capilla del palacio, hoy “Capilla Dorada”, quizá el recinto más antiguo del conjunto, con sus arcos polilobulados, columnillas de yeso y la cúpula de dieciséis lados decorada con cintas formando estrellas de ocho puntas, es un rincón que reproduce sin duda estructuras religiosas andalusís, con ejemplos comparables tanto en Toledo como en Andalucía. El pequeño “Patio Árabe o Mudéjar”, (aunque muy restaurado), nos sumerge en un universo de geometría vegetal en yeso de sabor gótico, alternándose los arcos de herradura y lobulados, que nos transporta a espacios granadinos. Y finalmente, los “baños árabes”, un sugestivo recinto hoy separado del resto del palacio, que conserva las cuatro habitaciones del modelo islámico, todas ellas abiertas por tragaluces con forma de estrellas y recubiertas de pintura mural con motivos geométricos y lacerías rojas sobre fondo blanco, presentando en los tímpanos los escudos de la familia Guzmán. Este dato tiene su importancia, pues Leonor de Guzmán fue la favorita permanente del rey Alfonso XI, lo que sugiere que la construcción de estos baños debe corresponder a una primera etapa del palacio. Además nos permite imaginar la hermosa quimera del monarca haciendo un lujoso regalo de amor a la que fue su dama de por vida, quién sabe si en pago de los diez hijos con los que ella le...
Read moreO Real Monasterio de Santa Clara é um importante local histórico e religioso situado em Tordesillas, na província de Valladolid, Espanha. Fundado no século XIV, o mosteiro é um excelente exemplo de arquitetura medieval e um centro significativo de vida monástica. A sua importância histórica e cultural faz dele um destino essencial para quem visita Tordesillas.
A fachada é um exemplo notável de arquitetura gótica e mudéjar, com uma aparência imponente que reflete a importância do edifício. O exterior do mosteiro é caracterizado por detalhes arquitetônicos elaborados e uma estrutura robusta. O interior do mosteiro é igualmente impressionante, com um claustro elegante, igrejas e salas monásticas bem preservadas. O claustro é um ponto focal, com colunas e arcos que criam um ambiente de serenidade e contemplação. A igreja do mosteiro é decorada com elementos artísticos que mostram a riqueza da arte religiosa da época.
Fundado em 1390, o Real Monasterio de Santa Clara tem uma longa história como um centro de vida monástica e religiosa. Durante séculos, o mosteiro foi habitado por freiras clarissas e desempenhou um papel crucial na vida espiritual e social de Tordesillas.
O mosteiro é conhecido por seu papel na história local, incluindo sua conexão com eventos importantes, como o Tratado de Tordesilhas de 1494. Embora o mosteiro não esteja diretamente associado a esse tratado, ele faz parte do contexto histórico e cultural da cidade.
A visita ao mosteiro oferece uma oportunidade para explorar a arquitetura medieval e a arte religiosa, bem como para aprender sobre a vida das freiras clarissas e a importância histórica do edifício. O espaço é bem conservado e proporciona uma experiência enriquecedora para os visitantes interessados na história religiosa e cultural.
O Real Monasterio de Santa Clara em Tordesillas é um importante marco histórico e arquitetônico que oferece uma visão rica da vida monástica e da arte religiosa medieval. Com sua arquitetura impressionante e seu ambiente tranquilo, o mosteiro proporciona uma experiência enriquecedora para os visitantes interessados em história, espiritualidade e cultura. A visita ao Real Monasterio de Santa Clara é uma oportunidade valiosa para apreciar a herança religiosa e cultural de Tordesillas e refletir sobre a...
Read moreReal Convento de Santa Clara (1340), en Tordesillas (Valladolid). Palacio real de los reyes Alfonso XI (1312-50) -residencia de doña Leonor de Guzmán (1310-51), su favorita y madre del rey Enrique II (1366-79)- y Pedro I de Castilla (1350-66), padre e hijo, llamado 'Pelea de Benimerín', edificado en 1340 como conmemoración y a coste del botín de guerra de la batalla del Salado (Cádiz, lunes 30 octubre 1340) -donde las fuerzas combinadas de Castilla y Portugal derrotaron al Sultanato de los Banu Marín (1215-1465) -bereberes zenatas-, poniendo fin a su dominio peninsular. Para su construcción se trasladaron alarifes -maestros de obra- árabes de Toledo y Sevilla. Ejemplo único en Castilla y Lleón de palacio mudéjar al estilo del Alcázar de Sevilla o la Alhambra de Granada. El edificio es un conglomerado de estilos entre los ss. XIV y XVIII, que se levanta sobre otro palacio, de los ss. XII-XIII, de los tiempos del rey Alfonso VIII de Castilla (1158-1214) -Capilla Dorada, arte taifa-. En 1363 el palacio se transformó en convento de dueñas, como Monasterio de Santa María la Real, de monjas clarisas (30), provinientes del monasterio de Santa Clara de Astudillo (Palencia), por donación de Pedro I a sus hijas doña Beatríz (1353-69) y doña Isabel (1355-92) -hijas habidas con su amante predilecta doña María de Padilla (1334-61), señora de Tordesillas (1354-66) y Huelva-, lo que implica una transformación edilicia. Cenobio de la alta nobleza y de la realeza, que engordó con fuertes donaciones. En el 2/3 del s. XV se amplia la iglesia monasterial, se edifica la Capilla de los Saldaña -gótico flamenco-borgoñón-, techumbre mudéjar del presbiterio -uno de los mejores de Castilla y Lleón-. Hermosos 'baños árabes' decorados con motivos geométricos o lazos y lar armas de Leonor de Guzmán -de los tiempos del palacio-. Museo vivo arquitectónico y obras de arte -escultura, pintura, instrumentos musicales...-. Pertenece a Patrimonio Nacional, no obstante una comunidad de monjas clarisas (8) aún lo habita en clausura, manteniendo la necesaria fe del lugar. Acceso gratuito: miércoles y jueves de...
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